Peirano llegó ayer hasta el consejo de
gabinete, en las Termas de Jahuel, en el mismo auto que el futuro
subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, una señal de que algunos
sectores de la DC la respaldan y quieren jugarse por tratar de
mantenerla en el cargo. El punto es que ese sector no es la mayoría de
la falange y en la propia mesa directiva hay fuertes voces que
consideran que es inviable que la ingeniera comercial llegue al
Ministerio de Educación, porque es “una autoridad que está deslegitimada
desde ya” y se trata de un área que representa –dijeron– uno de los
compromisos políticos más complejos y relevantes que adquirió Bachelet
en su campaña: la educación gratuita.
La reunión extraordinaria de la mesa
directiva de la DC, que empieza a las 10:00 horas, no será fácil. Se
vaticina tensa y sus propios miembros reconocen que será un gallito no
menor entre la mayoría que quiere zanjar este foco de conflicto, que
temen terminará afectando al partido, y el timonel Ignacio Walker, que
se alzó como el guardián de Peirano.
Son varios los que dicen que Peirano es un nombre que “debería ser
rescatado”, pero saben que si su permanencia implica que “se golpeará a
Bachelet durante semanas sin tregua”, entonces es imposible que logre
asumir el 11 de marzo en la Subsecretaría. Es ahí donde se abre la
puerta, idea que se baraja en la DC, a la posibilidad de una salida
honrosa para la ingeniera comercial. Eso implica que la Mandataria
electa no la baje, sino que sea Peirano “por el bien de la Presidenta
electa, para no complicarla”, la que decida no llegar al gobierno y dar
un paso al costado.
Desde la directiva DC esperaban que
concluyera la primera jornada del consejo en Jahuel para coordinarse con
el entorno de Bachelet, ya que cualquiera sea la decisión que
finalmente se tome en este caso, la premisa sería que debe ser resuelta
“en conjunto y con todos remando para el mismo lado”. Por lo mismo, la
apuesta es que la mesa concluya hoy con una resolución, la que
–agregaron– debe ser entendida como un claro indicio de cómo se manejara
el asunto en los próximos días.
Son varios los que dicen que Peirano es
un nombre que “debería ser rescatado”, pero saben que si su permanencia
implica que “se golpeará a Bachelet durante semanas sin tregua”,
entonces es imposible que logre asumir el 11 de marzo en la
subsecretaría. Es ahí donde se abre la puerta, idea que se baraja en la
DC, a la posibilidad de una salida honrosa para la ingeniera comercial.
Eso implica que Bachelet no la baje,
sino que sea Peirano, “por el bien de la Presidenta electa, para no
complicarla”, la que decida no llegar al gobierno y dar un paso al
costado. Una fórmula que no suena descabellada, considerando que el
nuevo gobierno ayer en la tarde salió públicamente a respaldar a la
figura DC, reconocer su trayectoria en el área de la educación e,
incluso, el rol que jugó durante la campaña, como parte del equipo que
elaboró el programa de gobierno de Bachelet en el ámbito educacional.
“Claudia Peirano es una mujer honorable,
que tiene más de 25 años de trayectoria trabajando por la educación,
tiene una trayectoria reconocida, nacional e internacionalmente, se ha
desempeñado en el sector público, también en el ámbito académico y en
organismos internacionales y lo más importante, formó parte de la
comisión que elaboró el programa de gobierno en materia educacional de
Michelle Bachelet (…) está profundamente comprometida con esta reforma
que va a ser central en las tareas de los próximos cuatro años”, dijo
categórico ayer el futuro ministro de la Segegob, Álvaro Elizalde.
Sí, se le dio un piso no menor a Peirano
en medio de un día de duros cuestionamientos, pero tampoco Elizalde se
amarró públicamente con alguna frase que garantizara que la nominada
subsecretaria sí o sí llegará a jurar el 11 de marzo con el resto del
gabinete. Claramente, con eso dejaron abierta la puerta para la llamada salida honrosa.
Así, la salida airosa dependerá,
explicaron en la DC, de cómo se decanten los hechos en los próximos días
y, al final, puede terminar siendo la mejor solución para ambas,
Bachelet y Peirano. La primera, no aparece pauteada por el
movimiento estudiantil y, la segunda, no es denigrada con el hecho de
que se retire su nominación y se elija otro nombre para la Subsecretaría
de Educación.
Ayer, en la Nueva Mayoría era evidente
la profunda molestia que imperaba en todos los partidos por esta
situación. Pero no era con Bachelet, ni siquiera con Peirano, sino que
todos los dardos estaban dirigidos al entorno de la Presidenta electa, a
sus asesores, al futuro ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, los
que –se les criticó– no hicieron el chequeo exhaustivo correspondiente,
lo que implicaba una lectura política que adelantara que las
características de la elegida desatarían un conflicto en el minuto cero
de la nueva administración.
La situación ha generado coletazos
varios. El principal fue la postergación del anuncio de los quince
intendentes que eligió la Mandataria electa. Son varios los que
coinciden en precisar que la nómina estaba lista desde el miércoles en
la tarde, antes que Bachelet regresara de la Cumbre de la CELAC en La
Habana, pero que al final no se dio a conocer, porque se optó por un
chequeo riguroso y con lupa para evitarse un nuevo error forzado.
En todo caso, hoy se cumple el plazo que
se autoimpuso la Presidenta electa para dar a conocer su equipo
gubernamental. Ya están los ministros, los subsecretarios y –recalcan en
la Nueva Mayoría– no puede “no cumplir” con lo que dijo públicamente,
“es importante hacerlo”, porque, si no, dará la sensación errada de “que
el gobierno está perdiendo el ritmo antes de asumir”.
El Consejo de Gabinete de Jahuel debería
concluir hoy, cerca de las 14 horas, con una declaración pública y las
futuras autoridades con las directrices claras de sus prioridades desde
el primer día.