El profesor de filosofía Nelson Cataldo debió
renunciar a la asesoría que le brindaba al Centro de Alumnos del liceo
emblemático de Providencia luego de una polémica por dichos misóginos en
sus clases. La polémica reveló, además, la reticencia que provoca al
interior del Lastarria la militancia de Cataldo en una agrupación de
carácter nacionalista inspirada en el franquismo. Un grupo de
estudiantes presentará en los próximos días una denuncia a la
Superintendencia, mientras en el establecimiento señalan no tener
ninguna investigación sobre él.
La semana pasada, el profesor de filosofía Nelson Cataldo Giuffra
protagonizó una polémica interna en el Liceo José Victorino Lastarria.
En una clase, realizó un comentario sobre la supuesta “superioridad
biólogica” del hombre sobre la mujer para justificar un impasse que
había sostenido con una colega.
La situación derivó en una denuncia al interior del liceo, que hizo
renunciar a Cataldo como asesor del Centro de Alumnos del
establecimiento (CALL), directiva conformada por algunos estudiantes que
también participan en la Sociedad de Debate del liceo, que el mismo
profesor dirige.
Los dichos de Cataldo fueron considerados inaceptable por un grupo de
estudiantes y profesores, que, además, pusieron sobre la mesa otra
situación preocupante: la publicación de fotos de alumnos haciendo
saludos fascistas y mostrando símbolos de una agrupación nacionalista
inspirada en el franquismo llamada Movimiento Revolucionario Nacional
Sindicalista (MRNS). Cataldo forma parte, precisamente, de este
organismo.
El tema ha escalado rápido en el liceo emblemático ubicado en Miguel
Claro con Avenida Nueva Providencia y motivó a alumnos a presentar en
los próximos días una denuncia formal ante la Superintendencia de
Educación para que se investigue la actuación del profesor “filo-nazi”.
La militancia con el MNRS
El profesor Cataldo no esconde su militancia política. A fines del
año 2010, después que un alumno que integraba el Centro de Alumnos de la
época se quejó por la presión y acoso de los estudiantes “seguidores”
del educador ante la dirección del colegio, el profesor reconoció ante
el consejo de profesores del establecimiento ser miembro del Movimiento
Revolucionario Nacional Sindicalista de Chile (MRNS), una organización
política e intelectual de ultra derecha inspirada en el franquismo.
En su propia cuenta de Facebook, Cataldo comparte artículos de esa
organización, de la desaparecida Revista Forja -que según el propio MRNS
es “reconocida como la continuadora de otros medios escritos, tales como Guerra Obrera, Bandera Negra y Aspas”– y de otras páginas web que se declaran “abanderadas del neofascismo”, como El Cadenazo.
Por ejemplo, en febrero de 2011, el mismo profesor compartió la foto
de un viaje en la que aparece poniéndole flores a la tumba del “cda.
poeta” Ezra Pound, un escritor admirador de Benito Mussolini.
Por eso la conexión entre el MRNS y los miembros de la Sociedad de
Debate del Lastarria -llamada Debatópolis- es tan estrecha, según
cuentan alumnos, exalumnos y profesores de ese establecimiento. De
hecho, el secretario general del MRNS y uno de los autores que se más se
repiten en los artículos compartidos en la página web del movimiento,
autodenominado con el nombre Lug Pizarnik, es un exalumno y un
exintegrante del grupo de debate.
Según varios testimonios recogidos desde el Lastarria, Cataldo logra
formar un grupo de “seguidores” en el liceo, principalmente los que
comulgan con sus ideas. Entre ellos, algunos les llaman “El Duque”,
mismo apodo que tenía Mussolini. El resto son los “malditos liberales”,
como se refiere a quienes no comulgan con sus ideas.
Un exalumno contactado por este medio señaló que en las clases del
profesor Cataldo en el electivo “Problemas del conocimiento” muchas
veces los debates giraban en torno a discutir temas como “¿por qué vivir
en democracia es repugnante?” o “¿por qué la democracia es la peor
forma de gobierno?”. “Su proselitismo era tan grave que las respuestas
buenas siempre eran las que se asemejaran más a su forma de pensar”,
dice.
Otro exalumno cuenta que el año 2010 invitó a un grupo de estudiantes
de la Sociedad de Debate a comer al restaurant Lili Marleen, un
conocido lugar ubicado en Providencia que lleva el nombre de una canción
militar alemana y tiene varias fotos de Augusto Pinochet de decoración.
“En esa época habían otros profesores asesores del CALL (Centro de
Alumnos del Liceo Lastarria) y dijeron que no iban a ir. Yo no entendí
por qué. Dijeron que no iban porque ‘se cocinaban judíos’ y cuando
entré, caché la estatua a Pinochet, la música prusiana y entendí todo”,
dice.
Pero más allá de las ideas encubiertas en sus clases, la mayoría a
tono de broma, Cataldo hoy tiene la pista pesada. Hace unas semanas unos
alumnos levantaron una denuncia pública porque había denostado a una
colega suya en clases en varias ocasiones. Según lo relatado, en ese
momento el profesor tuvo comentarios misóginos y habría remarcado la
“superioridad biológica del hombre sobre la mujer”.
Tras la declaración, Cataldo sacó de su ramo electivo a los
denunciantes y los ánimos se caldearon aún más en el liceo. Por eso, un
grupo de estudiantes ingresará en los próximos días una denuncia formal
ante la Superintendencia de Educación, para que investigue el actuar del
maestro.
“Nación, patria y destino”
Aunque algunos de sus alumnos cercanos bromean con la cercanía del
MRNS y las ideas fascistas, la agrupación política es sindicada
efectivamente por varios historiadores como la más antigua organización
de ultraderecha radical católica del país.
Aníbal Pérez, un historiador que investigó al movimiento, los define
como un grupo de extrema derecha católica, que no cree en la democracia
porque considera que ésta abre el camino a ideas como el marxismo y el
capitalismo y que se asigna a sí mismo la tarea de realizar una
salvación nacional, en espíritu de cruzada.
“Siempre fue el movimiento más radical de la extrema derecha. Se
reunían a cantar himnos del franquismo español, a leer Nostalgia de
Vásquez de Mella y usaban una camisa negra con el símbolo del MRNS con
las aspas rojas, que se llama así porque se inspira en el movimiento de
la extrema derecha nacionalista española”, explica Pérez.
Entre sus principios señalan luchar “por la instauración de un Orden
Nuevo, basado en la Unión de la Nación con Justicia, con miras a la
realización personal y espiritual de todos los chilenos” y reconocen que
su pensamiento es heredero de ideólogos nacionalistas como el español
Ramiro Ledesma y los chilenos Ramón Callís y el sacerdote Osvaldo Lira,
quien también fue mentor de Jaime Guzmán.
Según Aníbal Pérez, autor de “Religiosidad, imaginario y cultura
política: El caso del MRNS”, con la dictadura de Augusto Pinochet este
movimiento político fue parte de la Secretaría Nacional del los Gremios y
la Escuela Nacional Sindical, donde ellos formaban a cuadros sindicales
desde la variante corporativista, hispanista y antiliberal de extrema
derecha.
Sin embargo, tras la muerte de Tucapel Jiménez quedaron relegados a
segundo plano “y como ese tipo de nacionalismo nunca fue masivo, la
tesis de Guzmán y el gremialismo se terminó imponiendo”. Pero, de todas
formas, mantuvieron una dinámica desde la época del cura Lira: la de
agrupar estudiantes o seguidores en círculos íntimos y reclutar nuevos
militantes.
*Crédito de foto: Facebook Nelson Cataldo
Lastarria
Hace tres años, cuando un exintegrante del Centro de Alumnos del
Lastarria de ese año denunció acoso y prácticas que inducían a los
estudiantes al pensamiento nacionalista, el tema se tocó al interior del
liceo. Pero la dirección desestimó lo relatado y se limitó a cambiar de
curso electivo a los alumnos afectados.
Desde entonces, Cataldo no tuvo mayores cuestionamientos, hasta
ahora. Consultado por este diario personalmente, el profesor de
filosofía prefirió no hacer comentarios a ninguna pregunta y sólo se
limitó a decir que no haría declaraciones públicas porque había
concordado con la dirección del liceo no hablar hasta que se resolviera
“una investigación”.
La dirección del colegio, en tanto, declinó referirse al tema
oficialmente, porque justamente este viernes la directora Malva Venegas
dejó ese cargo, que será asumido de manera subrogante por María Angélica
Urzúa. Eso sí, Venegas descartó lo dicho por Cataldo y señaló que “la
Dirección del liceo no está llevando adelante ninguna investigación al
respecto”.
Por su parte, la directiva del Centro de Alumnos del Liceo Lastarria
(CALL) no respondió a los llamados de este medio hasta el cierre de esta
edición.
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