Humberto Soriano, presidente de la Sociedad de Pediatría:
"En Chile estamos abandonando a nuestros niños"
domingo, 12 de febrero de 2017
Reportajes
El Mercurio
"Tenemos los tristes récords de estar entre los más obesos del mundo, los niños que más consumen marihuana en el continente, los que van menos a los parques, los que hacen menos actividad física", advierte el especialista.
La mirada
del doctor Humberto Soriano, presidente de la Sociedad Chilena de
Pediatría (Sochipe), se desvía al entrar a la oficina en el segundo piso
de la entidad. En la mesa, frente a él, hay una bandeja rebosante de
galletas de chocolate y crema. Si estuvieran envasadas, tendrían más de
alguna etiqueta negra. "¡No es posible que ni siquiera nosotros podamos
dar el ejemplo sobre alimentación saludable!", exclama indignado,
dejando claro en ese gesto uno de los ejes que quiere marcar al frente
de la sociedad científica más numerosa del país (reúne a más de 2 mil
500 especialistas).
Soriano es
pediatra gastroenterólogo especialista en nutrición, y actualmente
trabaja en la Red de Salud-UC. Asumió en enero la presidencia de la
Sochipe, y quiere potenciar la presencia de esta en el debate de los
grandes temas que afectan a la infancia. Eso, a partir de un diagnóstico
lapidario:
"Tenemos los tristes
récords de estar entre los más obesos del mundo, los niños que más
consumen marihuana en el continente, los que van menos a los parques,
los que hacen menos actividad física. Y eso nos preocupa, porque se está
hipotecando el futuro de Chile, al abandonar a los niños de esta
manera".
-Respecto de la obesidad. ¿Son los niños más propensos que los adultos?
-Lideramos
los índices de obesidad en todo nivel etario. Nuestros jóvenes, más que
ser propensos a la obesidad, son más susceptibles a la prevención: la
evidencia científica muestra que si a un niño en edad preescolar se le
enseña a comer bien y no se le da azúcar ni líquidos endulzantes, ese
niño crece sin el gustito al dulce y ese buen hábito se mantiene de por
vida. La obesidad no se trata, se previene, y debe ser desde el
nacimiento.
-En esa línea, ¿cómo evalúa las políticas que se han adoptado?
-A
nivel de la sociedad, las medidas más efectivas son las que se han
tomado con la ley de etiquetado de alimentos. Esta normativa no solo
marca los productos con azúcar, sal o exceso de grasa con un logo negro,
sino que ataca directamente otros pilares claves: la publicidad y la
falta de ejercicio.
-Pero si se
considera que el problema no solo está los colegios, sino que también en
las casas, ¿es la ley una solución de fondo?
-Obviamente
que no basta con una ley. Esto se hace con todas las instituciones en
conjunto, pero sobre todo es un trabajo a nivel de las familias. Los
padres deben tomar en cuenta que la inactividad y el exceso de tiempo
frente a las pantallas dañan la nutrición de los niños. Estos hábitos
tienen una incidencia directa sobre la hiperactividad y la obesidad de
los menores, haciendo que en sus cerebros se genere un circuito de
gratificación fácil, muy similar a lo que ocurre con el abuso de
sustancias en los adolescentes.
-En
temas de nutrición, pero desde otra perspectiva, han tomado fuerza entre
los jóvenes los movimientos en contra del consumo de algunos alimentos.
¿Puede un menor ser saludable y vegano?
-Ser
vegetariano o vegano es una opción que debe tomarse con responsabilidad
y cuidado, porque si no se hace en forma adecuada puede llevar a un
déficit de vitaminas y micronutrientes específicos. Sin embargo, comer
exceso de carnes altas en grasas tampoco es sano. El consejo es buscar
un equilibrio. No es un riesgo ser vegetariano, pero hay que tratar de
que los niños no sean veganos extremos. Además, siempre se debe tener un
control con especialistas. Si no, nuestros hijos pueden sufrir de
anemia, alteraciones neurológicas, retraso en el desarrollo o en el
crecimiento.
-Como Sociedad de Pediatría, ¿cómo enfrentan los cuestionamientos que se han levantado al uso de vacunas?
-La
vacunas son el gran avance médico del siglo XX. En el caso de Chile, el
programa nacional de inmunizaciones, que lleva más de 60 años, es
excelente. Hace 50 años, el sarampión mataba niños y hoy está casi
erradicado. El problema es que las cosas por sabidas se callan y por
calladas se olvidan.
-Los movimientos contrarios hablan de efectos adversos...
-Si
se producen efectos adversos, se saca inmediatamente del mercado. Hace
diez años pasó con una vacuna de rotavirus: se demostró que tenía
consecuencias y se sacó.
-Pero se han
conocido casos de efectos adversos en Argentina y en diferentes países
que adquirieron la vacuna del papiloma humano (VPH). ¿La VPH plantea
algún riesgo?
-Es absolutamente
segura y no causa daños neurológicos. La gente confunde casos con
casualidades. Si se ponen 200 millones de vacunas, obviamente habrá
alguna persona que se sentirá mal, pero por otros motivos. Son casos
fortuitos. La medición real es la frecuencia de niñas que presentan
problemas versus las que no están vacunadas. Hasta el momento, la VPH se
ha aplicado en 140 países. De ellos, ninguno ha registrado problemas
asociados.
-¿Pero los padres tienen derecho a decidir sobre si sus hijos se vacunan o no?
-Los
padres deben tomar la última decisión. El llamado que hago es a
informarse en fuentes confiables. Si se toma la decisión equivocada, se
puede caer en riesgos o incluso en la muerte de los niños.
"Los
pediatras recomendamos que todos los niños se vacunen. No creemos en la
judicialización del tema, pero pensamos que el ejemplo de Estados
Unidos, de colegios donde no se permite entrar a niños no vacunados
porque pueden contagiar a sus pares, es muy razonable. Si no quieres
vacunar a tus hijos, estás en la libertad de hacerlo, pero también tengo
el derecho a decidir si es que deseo que tus hijos no vacunados estén
junto a los míos. Y en realidad no se trata solo de proteger a los
niños, sino que también a los ancianos, a personas enfermas de cáncer o
con defensas bajas".
Marihuana: Un "jardinero borracho" en el cerebro de los menores
-¿Por qué, como Sociedad de Pediatría, les interesa entrar al debate sobre la marihuana y las drogas?
-Hasta
los 25 años, el cerebro aún se está desarrollando. Antes de esa edad no
está completamente formada la mielina o cobertura plástica de los
axones, que son los cables eléctricos del cerebro. Hasta esa edadhay una
poda neuronal, en que se está gestionando lo que va a ser el cerebro
como adulto; si tú tienes un jardinero borracho te va a dejar una poda
horrible. Los menores son entonces más vulnerables a los efectos de las
drogas. No hay duda de que la marihuana daña el cerebro de los niños,
incluso bajando su coeficiente intelectual. Estamos abandonando a
nuestros niños cuando hacemos que la marihuana, los queques de marihuana
y el cannabis estén disponibles en la calle. Hipotecamos nuestro futuro
y dañamos el cerebro de nuestros hijos.
-Hoy se está discutiendo sobre permitir a los adultos el autocultivo. ¿Por qué creen que fomentaría el consumo en los jóvenes?
-No
es una creencia, está demostrado científicamente. El autocultivo y el
aumento en la disponibilidad resultan en un mayor consumo en
adolescentes. Todo el mundo que lo piensa un poquito y que estudia el
tema va a saber que la marihuana hace daño, pero la pregunta es si se
puede hacer algo al respecto. El senador Rossi dice que la marihuana
llegó para quedarse y hay que enseñarles a los niños a consumir alcohol y
marihuana. Eso revela ignorancia. Para realizar y cambiar políticas
públicas debemos tomar buenos ejemplos.
-¿Cuáles son esos ejemplos?
-En
Estados Unidos se ha legalizado la marihuana y esto trajo consigo el
aumento de las muertes y accidentes automovilísticos. Si tomamos el caso
de Europa, específicamente el modelo de Islandia y el programa llamado
Youth in Iceland, podemos hacer una comparación con nuestro país. En
Chile, el aumento del consumo se dio de un 15% a un 30% aproximadamente.
En Islandia se bajó de un 30% a un 2%. Era el país más alcohólico de
Europa, pero a través de buenas políticas se ha convertido en un ejemplo
para otros de la región.
-¿Qué medidas tomaron que se puedan replicar en Chile?
-La
sociedad completa adoptó la camiseta de mejorar las condiciones en que
se encuentran los niños, se trabajó con las familias, se generaron
actividades extraprogramáticas. Se llegó al extremo de que los niños
bajo 16 años tengan toque de queda en invierno a las 10 de la noche.
"A nadie con dos dedos de frente se le ocurriría darle opio a una persona con cáncer; pero todos los doctores, cuando una persona con cáncer tiene dolores, le dan morfina", ejemplifica Soriano frente al debate sobre uso medicinal de la marihuana. El punto, dice, es "no confundir peras con manzanas",ni tampoco permitirque los canabinoides "entren por la ventana", a propósito de esta discusión.
"A nadie con dos dedos de frente se le ocurriría darle opio a una persona con cáncer; pero todos los doctores, cuando una persona con cáncer tiene dolores, le dan morfina", ejemplifica Soriano frente al debate sobre uso medicinal de la marihuana. El punto, dice, es "no confundir peras con manzanas",ni tampoco permitirque los canabinoides "entren por la ventana", a propósito de esta discusión.
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