Sebastián Izquierdo
Ex Secretario Ejecutivo Agencia de Calidad de la Educación.Educación de excelencia, privilegio de pocos
Como ya es conocido por la opinión pública,
el gobierno ha decidido que en materia de educación, es más prioritario
la restricción de la selección en base al mérito y del aporte de las
familias en la educación de sus hijos, que la promoción de políticas que
fortalezcan la educación pública, y que directamente, mejoren la
calidad de la educación de todo el sistema educacional nacional.
Pese a las innumerables criticas de diversos actores
relevantes, la entredicha reforma educacional se encuentra en actual
fase de implementación, y no sorprenden las innumerables dificultades de
ejecución que tienen cada una de sus temáticas. Ahora es el turno de un
reciente borrador de reglamento – a la espera que sea corregido
prontamente por las autoridades- que desconoce lo estipulado
originalmente en la ley aprobada por el congreso en relación a permitir,
en establecimientos de altas exigencias académicas, la selección del
30% de sus estudiantes en base al merito académico. Dicho borrador
establece que los establecimientos educacionales con subvención
proveniente del Estado deben contar con una antigüedad de más de 30
años, deben estar dentro del 20% superior en las mediciones Simce y
deben tener el doble de postulantes por vacantes. Frente a esto, se
pueden observar una serie de falencias que debieran ser corregidas
previamente a su publicación definitiva.
En primer lugar, la decisión de incorporar un criterio de
existencia (al menos 30 años), excluye a una serie de liceos de alta
exigencia, como lo son los Liceos Bicentenarios, fundados en democracia,
y que han demostrado un rendimiento académico superior al 20% de la
región, en los resultados de las mediciones nacionales.
En segundo lugar, con respecto a la necesidad de contar con el doble
de postulaciones al número de vacantes, algunos establecimientos
estarían quedando fuera, pese a su indiscutible carácter de
establecimiento de altas exigencias con resultados históricamente
destacados. A modo de ilustrativo, el Instituto Nacional, que
últimamente se ha visto perjudicado fuertemente por medidas como la
introducción del Ranking de Notas como criterio de admisión a la
universidades; y los innumerables meses de clases perdidas producto de
las tomas, ha tenido como consecuencias una baja en las postulaciones.
Además, se estaría excluyendo ipso facto a aquellas localidades con una
baja densidad poblacional donde, independientemente del carácter de
alta exigencia del establecimiento, este nunca podrá optar por dicha
excepción por su mera ubicación geográfica.
Y en tercer lugar, si este reglamento entrase en vigencia, los
sostenedores tendrían lo que resta del mes de febrero y marzo, para
presentar una solicitud de excepción a la discrecionalidad del
funcionario de gobierno de turno, para poder admitir a aquellos alumnos
que han demostrados los méritos académicos y que han manifestado su
voluntad de asistir a dichos establecimientos.
La evidencia disponible es clara sobre el impacto positivo que tiene
la selección estudiantil en liceos de excelencia en alumnos que carecen
de la posibilidad de solventar el arancel de colegios privados con
destacados resultados académicos. Pensar que esto responde solo a un
beneficio personal en vez de a un beneficio colectivo para la sociedad,
es sesgar la discusión a márgenes ideológicos. ¿O acaso una educación de
excelencia debe ser solo un privilegio para quienes pueden pagarla?
Al parecer, en esta reforma la ideología ha nublado todo acto
de racionalidad que debiera tener una política pública. Si no, cómo
explicar el absurdo de que el poder ejecutivo vaya a tergiversar una ley
aprobada por el congreso, promocionada por el mismo gobierno, y que
viene a regular materias como la selección, que ellos mismos juraron
eliminar en sus promesas de campaña. No se entiende.
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