“Falta poner más pasión en el aula, el sistema está agotando a los profesores”
Sin dudas, el bienestar emocional
de las salas de clases, así como de las comunidades educativas, es una
de las temáticas que preocupan a todas las escuelas y colegios. Es por
eso que en el seminario “Bienestar emocional y clima de aula”,
organizado por el Programa Interdisciplinario de Investigación en
Educación y la Universidad Academia Humanismo Cristiano, diversos expertos se dieron cita para hablar sobre los desafíos de estas temáticas.
Uno de ellos fue Hernán Aldana, decano
de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Belgrano de
Buenos Aires, quien habló sobre la necesidad de integrar las emociones al aula para producir más interés y atención en los alumnos.
Te invitamos a leer la siguiente nota de “El Mostrador” para conocer más detalles sobre las conclusiones de este seminario.
a
Hernán Aldana: “Falta poner más pasión en el aula, el sistema está agotando a los maestros”
El biólogo argentino, quien en un seminario organizado por el programa PIIE y la UAHC abordó la problemática del bienestar emocional en las salas de clases, sostiene que “integrar las emociones produce más interés y atención. El cerebro es una máquina que busca sobrevivir”.
Al hablar de educación, el rendimiento
académico ya no es el único factor que prima; un buen estado emocional y
entorno sano son aspectos importantes que también influyen en el
desarrollo escolar. Precisamente, con el objetivo de analizar las
diversas experiencias y puntos de vistas sobre este tema, expertos/as en
educación, profesores/as, educadores/as y estudiantes de pedagogía se
dieron cita en el seminario “Bienestar emocional y clima de aula: un
desafío que nos convoca”, organizado por el Programa Interdisciplinario
de Investigación en Educación (PIIE), y la U. Academia de Humanismo
Cristiano.
El biólogo y Decano de la Facultad de
Ciencias de la Salud de la Universidad de Belgrano de Buenos Aires,
Hernán Aldana, plantea que “integrar las emociones en el aula produce
más interés y atención. El cerebro es una máquina que busca sobrevivir”.
Aldana, quién aborda el tema desde la
neurociencia o “neuroeducación”, sostiene que “no podemos estudiarlo
todo, el saber ocupa lugar en el cerebro y no hay espacio para todo.
Solo se aprende si se aplica. Cuando el alumno encuentra motivación, la
atención es mayor. Por ejemplo, aprender idioma después de los 7 años
ocupa mucho espacio cerebral. A medida que crece el hipocampo se achican
otros espacios, es por eso que lo que queda, lo que impacta e importa,
son las emociones, porque sirven para sobrevivir”.
El biólogo propone hacer los contenidos
interesantes, utilizando el cuerpo; hacer actividades llamativas antes
de la presentación de un contenido considerado difícil, y luego repetir
lo enseñado. De esta manera, la atención y por ende el aprendizaje
serán más efectivos. “En el aprendizaje es imposible pasar un ramo sin
repetir la materia. Al otro día se pierde el 80% de lo que se enseñó en
el aula. La atención es relativa: si la clase varía, la atención es
total; no así si la información es repetitiva”.
Además, considera que la creatividad,
afectada por estos días por estímulos de la modernidad, es fundamental
para la concentración y producción. “Para ser creativos necesitamos que
la mente se concentre en una sola cosa, por eso el celular es el peor
mal de estos tiempos, es lo peor para la producción y la concentración.
El celular hace estragos en la creatividad, cada vez que éste suena se
activa el estrés y agota el cuerpo. Nos está haciendo mucho daño a la
creatividad, y es ésta la que nos hace felices en el amor, en el aula y
en lo que sea, por eso es importante concentrarnos en una sola cosa”,
sostiene.
Precisamente, el proyecto “Estrategias
para el mejoramiento del clima emocional en el aula”, impulsado por el
PIIE junto a la Facultad de Pedagogía de la U. Academia de Humanismo
Cristiano, pretende dar respuesta al creciente deterioro en el clima
emocional en las escuelas, situación que afecta a la comunidad educativa
en su conjunto. La iniciativa desarrolla, mediante un sistema de apoyo
metodológico, mecanismos para mejorar el bienestar psico-social en el
primer ciclo de la enseñanza básica, aplicado en doce establecimientos
de la Región Metropolitana.
Ana María Cerda, una de las directoras
del proyecto y docente de la U. Academia, explica que tanto
directivos/as, docentes y estudiantes concuerdan en que aplicar estas
estrategias conlleva a un mejor clima escolar. “Se evidencia más y mejor
concentración en alumnos, menos estrés en los docentes, mejor
comunicación y cambios en las relaciones interpersonales al interior de
la sala de clases”, entre las principales conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario