Superó al
Instituto Nacioanal con una matricula que incluye a más del 50% de los
alumnos en situación vulnerable, la receta incluye más que el ranking de
notas, la posibilidad de que los estudiantes se apropien del espacio
del colegio.
Por segundo año consecutivo, el liceo Augusto
D'Halmar de Ñuñoa fue el establecimiento que mejor promedio obtuvo en
los resultados de la PSU, con 664 puntos.
Detrás de su gestión hace 23 años está el profesor Jaime Andrade, que
se hizo cargo del liceo a principios de los '80. El 50% de los alumnos
proviene de ambientes vulnerables. "Muchos no tienen agua caliente en
la casa, así que llegan a bañarse y para que no se enfermen les pusimos
secadores. Eso además hace que lleguen más temprano y mejoramos la
asistencia", dice a La Segunda, para explicar por qué instaló espejos,
alisadores y secadores de pelo en el recinto.
Después de una etapa en que fue despedido del colegio en el que
trabajaba por su historia política, ligada al Partido Comunista, llegó a
este establecimiento y su receta del éxito no parece muy
complicada."Este colegio era muy difícil, lleno de pandillas, de
marihuana. Partimos por darles cariño a los niños, darles la posibilidad
de apropiarse del espacio. Por ejemplo, incluso cuando no había jornada
completa, podían quedarse hasta a las 7:00 de la tarde. Y como no
tenían ambientación en las casas, les dimos este lugar, les vendimos
cuentos, y recién ocho años después, nos preocupamos de la calidad",
afirma.
Antes que la calidad, también, están los valores que tratan de
inculcar. "Muchos tienen problemas en sus hogares. Nosotros recogemos
eso, pero les enseñamos que los problemas son parte de la vida y que no
deben quejarse por lo que les tocó vivir. Por eso es que el trabajo es
nuestro principal valor" y también hay normas claras. "Nada de piercings
ni cosas en el pelo, ni escupir, ni tirar basura ni rayar los baños. El
profesor es el profesor. Exigir no es pecado, es cariño. Regalar es
pecado", enfatiza.
Andrade critica el ranking de notas establecido para la enseñanza
media. "Es un engaño, porque después les va pésimo en la PSU. Acá el
promedio es 5,5, casi no hay 6. Pero son alumnos muy buenos en la
universidad, que se anticipan a las clases, que llegan con el material
preparado y directo a debatir", concluye.
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