El presidente de la instancia, Alfonso
Muga, reconoció un avance en este proceso. Sin embargo, aseguró que la
institucionalidad de educación superior en nuestro país está lejos de
prescindir de un órgano que asegure la calidad de las instituciones.
De las 25 universidades del Consejo de Rectores, 13 se
encuentran acreditadas en todas sus áreas. Mientras, del total de 55
universidades privadas, 13 se mantienen sin acreditación, según datos
que se dieron a conocer en la Cuenta Pública de la Comisión Nacional de
Acreditación, CNA.
Una situación que no dejó de llamar la atención es el nivel de
acreditación en las carreras de pedagogía. De un total de 515 carreras
el 30 por ciento no están acreditadas, de ellas 98 carreras nunca se han
sometido a este proceso, 35 carreras tienen acreditación expirada y 19
carreras con resultado vigente de no acreditación. Un panorama
preocupante particularmente en educación diferencial y parvularia donde
las matrículas en instituciones no acreditadas alcanzan el 24 y el 12
por ciento.
Frente a estos datos, Alfonso Muga, presidente de la CNA, reconoció
un avance en este proceso. Sin embargo, aseguró que no todas las
instituciones han alcanzado un nivel óptimo de autorregulación.
“Hay quienes dicen que el mejor sistema de aseguramiento de calidad
es el que no necesita de agencias ni de comisiones porque las propias
instituciones son capaces de llevar adelante por sí mismas los procesos
regulatorios para mejorar la calidad de la educación de manera continua.
Pero es evidente que en un sistema como el chileno es necesario que
sigan actuando estos organismos”, enfatizó Muga
Por su parte, Francisco Martínez, jefe de la División de Educación
Superior, Divesup, dijo que se está trabajando en el nivel de autonomía
que debe tener la CNA para que no dependa ni del Mineduc ni del
Ejecutivo.
Además, respecto de la Reforma de Educación Superior, indicó que se
está trabajando para presentar el proyecto a finales de mayo, como se lo
habrían solicitado desde La Moneda.
Mientras, Marta Matamala, vocera de la Feusach, advirtió que las
carreras profesionales no necesariamente por estar acreditadas aseguran
las mismas competencias a estudiantes de distintas universidades.
Además, insistió en que las instituciones que se mantienen sin
acreditar no tienen ningún tipo de beneficio estatal lo que implica
mayores niveles de endeudamiento para los estudiantes.
Dentro de los desafíos que planteó la comisión, estaría doblar los
procesos de acreditación para este año, que en los casos de los
programas de pedagogía se aumentarían a 70 carreras tanto en
universidades privadas como del Consejo de Rectores.