Natalia Figueroa
|
Profesores de la Universidad de Chile
afirmaron que la falta de investigación se ha reflejado en el actual
proceso constituyente, en la reforma de educación, incluso, en la grave
situación que se vive en Chiloé.
A través de una carta abierta, académicos e investigadores en
Artes y Humanidades exigieron su participación vinculante en el diseño
de la nueva ley sobre investigación y en la creación del Ministerio de
Ciencia y Tecnología.
“Nuestro diagnóstico no se refiere sólo a la institucionalidad de
Conicyt y de otros organismos que otorgan fondos para la investigación,
sino que parte de la consideración global de la situación crítica en que
se encuentra el sistema educativo chileno”, detallaron en el documento.
Además, apuntaron a que esta situación se relaciona con “el fracaso
social del diseño neoliberal de la producción y circulación de
conocimientos e ideas en nuestro país”.
En ese sentido, el profesor de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Chile, Claudio Nash, firmante de esta carta, manifestó su
preocupación respecto de la poca importancia que se lo otorga a la
investigación en el área de humanidades donde se prioriza lo que algunos
denominan “las ciencias duras”.
De esta manera, aseguró, se dejan de lado investigaciones
fundamentales para entender los procesos sociales en el país, como es el
caso del debate constitucional que, a su juicio, ha reflejado esta
misma ausencia de información y conocimiento previo.
“Todo el debate constitucional que se está dando está reflejando en
buena parte una ausencia de un conocimiento profundo de lo que implica
un acuerdo constitucional para un país. Los procesos sociales, lo que
está ocurriendo en Chiloé que anteriormente ocurrió en Aysén, son
importantes de investigar respecto de los cambios que se producen en
esta sociedad”, recalcó el profesor.
Para la profesora de la Facultad de Filosofía y Humanidades y
coordinadora del magíster de Estudios de Género en la Universidad de
Chile, Kemy Oyarzún, existe un serio problema en la distribución
presupuestaria de la investigación porque, a su juicio, “el Estado no
invierte en su propio conocimiento”.
Además, criticó la falta de una carrera universitaria dedicada
exclusivamente a la investigación: “Soy parte de una comunidad de
ciudadanía universitaria donde exigimos un compromiso real y contundente
del Estado hacia sus universidades estatales. En la Universidad de
Chile recibimos un presupuesto entre el 8 y el 9 por ciento por parte
del Estado. Sin embargo, no tenemos una carrera de investigación y se
nos exige que lo hagamos a pesar de que con esos recursos también
tenemos que estar preocupados de generar los fondos para el equipo
humano”, señaló.
Por su parte, Vania Figueroa, presidenta del Centro Regional para la
Investigación, Desarrollo e Innovación Científica, CRIDIC, expresó que
la creación de este ministerio debe responder no sólo a la demanda que
por años han planteado los investigadores, sino que también a la
incorporación de las mujeres a esta área.
Según un informe realizado en 2015 por la Unesco, en Chile sólo un 32
por ciento de las mujeres participa en investigación de ciencia y
tecnología, cifras que se posicionan muy por debajo de los otros países
de América Latina.
Además, la investigadora criticó la desigualdad de condiciones en que
se encuentran los investigadores jóvenes frente a los que ya se han
adjudicado fondos de financiamiento, los Fondecyt, con anterioridad.
Durante 2015 se entregaron 112 mil millones de pesos, postularon 3
mil 571 proyectos y sólo el 30 por ciento recibieron financiamiento
porque, según indicó, Dora Altbir, presidenta de los Consejos Superiores
de Ciencia y Desarrollo Tecnológico de Fondecyt, habrían faltado
sesenta mil millones de pesos adicionales para completar las necesidades
de investigación en el país.