De acuerdo al informe de la OCDE, el 52% de los estudiantes chilenos tiene un bajo rendimiento en matemáticas. Pese a estar lejos de la media de los países desarrollados, a nivel latinoamericano Chile está bien ubicado.
María Paz Núñez
11 de febrero del 2016 / 14:35 Hrs
"En 2012, el 52% de los estudiantes de Chile tuvo un bajo
rendimiento en matemáticas", es una de las conclusiones que entregó el
último informe del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Pisa)
de la OCDE, dados a conocer ayer por dicho organismo. En él se señala
que pese a que el país es el mejor ubicado a nivel latinoamericano, en
promedio dobla la media de los países desarrollados de la OCDE, que es
de un 23%.
Otro de los datos entregados por el informe indica que "más
de 130 mil estudiantes chilenos de 15 años tuvieron un bajo rendimiento
en matemáticas en Pisa 2012, y unos 62 mil estudiantes tuvieron un bajo
rendimiento en las tres asignaturas (matemáticas, lectura y ciencias)".
De hecho, en lectura el 33% de los jóvenes evaluados obtuvo resultados
deficientes (mientras la media de la OCDE es de 18%), y en ciencias ese
porcentaje fue de 34% (donde el promedio de la OCDE es de 12%).
Pese a estos resultados, el informe señala que Chile es uno de los países "donde ha habido un mayor progreso en la reducción del bajo rendimiento en lectura", donde el procentaje disminuyó 15 puntos porcentuales entre 2000 y 2012.
MENOR INGRESO: MÁS POSIBILIDADES DE TENER BAJO RENDIMIENTO
En cuanto a las causas de los malos rendimientos, el organismo revela que en Chile un estudiante proveniente de una familia con bajos recursos tiene seis veces más posibilidades de tener bajo rendimiento que uno de más recursos, donde las cifras indicaron que un 75% de los estudiantes desfavorecidos económicamente tuvo un bajo rendimiento en 2012, mientras que este índice se reduce a un 25% en estudiantes con altos ingresos.
En cuanto a las causas de los malos rendimientos, el organismo revela que en Chile un estudiante proveniente de una familia con bajos recursos tiene seis veces más posibilidades de tener bajo rendimiento que uno de más recursos, donde las cifras indicaron que un 75% de los estudiantes desfavorecidos económicamente tuvo un bajo rendimiento en 2012, mientras que este índice se reduce a un 25% en estudiantes con altos ingresos.
Además se indica que en el país "la probabilidad de tener un
bajo rendimiento en matemáticas es mayor para los estudiantes
socio-económicamente desfavorecidos, las mujeres, los estudiantes que
asisten a escuelas en zonas rurales, los que no han recibido educación
preescolar y los que han repetido de curso".
Al ser consultada sobre estas cifras, la ministra (s) de Educación, Valentina Quiroga, dijo que "Chile
desde que es miembro de la OCDE sistemáticamente aparece con un
diagnóstico donde ha habido una mejora en general que se ha ido
estancando y a su vez muestra los altos índices de desigualdad, somos
uno de los países más segregados del mundo", pese a esto puntualizó que las comparaciones "siempre hay que hacerlas adecuadamente".
El documento de la OCDE además señala que "los estudiantes en Chile
que asisten a colegios donde los padres nunca o casi nunca ejercen
presión para que se mantengan los estándares académicos tienen, en
promedio, una probabilidad 36% mayor de tener un bajo rendimiento en
matemáticas que estudiantes en colegios donde los padres ejercen una
presión constante".
RECOMENDACIONES
En cuanto a las recomendaciones que da el organismo, se señala que "el primer paso para los gobiernos es hacer del bajo rendimiento una prioridad en su agenda de política educativa, y convertir esa prioridad en recursos adicionales".
En cuanto a las recomendaciones que da el organismo, se señala que "el primer paso para los gobiernos es hacer del bajo rendimiento una prioridad en su agenda de política educativa, y convertir esa prioridad en recursos adicionales".
Puntualiza que un plan para reducir estos índices debe incluir
medidas tendientes a "desmantelar las múltiples barreras de aprendizaje,
ofrecer refuerzo escolar tan pronto como sea posible, animar a los
padres y las comunidades locales a involucrarse en la vida escolar, y
reducir las desigualdades en el acceso a la educación preescolar y
limitar la separación de los estudiantes por nivel académico", entre
otras cosas.
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