Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

martes, 29 de diciembre de 2015

El liceo que desplazó al Nacional

El Augusto D'Halmar promedió 664 puntos en la PSU, el mejor rendimiento entre los recintos municipales. Música clásica, áreas de esparcimiento y clases a los padres explican su éxito.

Myriam Bustos Verdugo
Mozart y Bach suenan de fondo en las salas de clases, mientras los alumnos escuchan a sus profesores. Si alguna vez aquellas melodías se silencian, los estudiantes reclaman y solicitan que vuelva la música. 
En el receso, el ritmo cambia. Ya no es clásico, sino que una mezcla de los gustos de los estudiantes que cursan cuarto medio. Ellos son los DJ.  
Este debate musical ocurre en las aulas del liceo Augusto D’Halmar, ubicado en calle Ramón Cruz, comuna de Ñuñoa. Este establecimiento logró 664 puntos promedio en la PSU y se ubicó en el primer lugar en el ranking de los colegios municipales, desplazando al Instituto Nacional de Santiago. 
La música no es la única particularidad que tiene este liceo. Jaime Andrade, director del colegio, explica que desde hace 19 años tienen un sistema especial, donde se enseña la materia por aulas: durante la clase de lenguaje, los alumnos reciben la instrucción en una sala especial para esa materia y cuando terminan ese ramo, toman sus cosas y se dirigen a la sala de matemáticas. “Cada pabellón responde a una especialidad, los estudiantes tienen que ir rotando, como en la universidad. Eso le da variedad al colegio”, cuenta. Los espacios de esparcimiento también son diferentes a otros colegios, agrega Andrade, ya que “hay lugares de recreación con mesas de taca-taca y ajedrez, un área deportiva y otra para estudios”.
Sin embargo, el detalle que diferencia al establecimiento con otro es lo que se denomina la “escuela para padres”. En ese espacio, los apoderados son preparados en los métodos de estudio que se aplican y aprenden a acompañar a los alumnos en algún tipo de trabajo de valores. La idea, según Andrade, es integrarlos a los en la educación de sus hijos. 
El alcalde de Ñuñoa, Andrés Zarhi, sostiene que el caso del Liceo Augusto D’Halmar es un “colegio atípico”, donde el papel del director es fundamental, ya que “se preocupa de sus alumnos. Los motiva y exige. Es un complemento que crea buenos resultados”.
Situación de Ñuñoa
Hace 21 años que Andrade es director del establecimiento y recuerda que los primeros resultados en la entonces Prueba de Aptitud Académica era bajos. “Teníamos menos de 450 puntos, y ahora estamos en los 664. Es increíble. Aunque no ha sido un trabajo fácil ni rápido”, reconoce y agrega que la “clave” ha sido el trabajo “serio esforzado y sin horario” del equipo de profesores.
El Augusto D’Halmar no fue el único establecimiento municipal de Ñuñoa que obtuvo buenos puntajes en la PSU. Son cuatro los colegios que están dentro de los mejores 15 en el ranking de los municipales.
Para Andrade, esto demuestra la dedicación que se aplica en la educación de los estudiantes, y de demuestra que “se puede llegar a grandes cosas si de hace bien el trabajo. Así lo refleja la comuna”. 
Desde el municipio reconocen que son los directores de los colegios los que ayudan a lograr estos resultados. Tania Alvarado, directora del Departamento de Educación de la comuna, señala que el liderazgo de los en los colegios es crucial. “El trabajo que realizan con los profesores y las ayudas que le prestan a los alumnos han empujado a la mejora. También el compromiso de los profesores por que hacer un trabajo sistemático y bien hecho”, dice. 
Para el alcalde, Andrés Zarhi, el alto rendimiento de los liceos en la  comuna “es un fenómeno que se viene dando desde hace años por el compromiso de los directores, profesores apoderados y alumnos”. Además, se aventura a dar un consejo a otros municipios: dar independencia a los directores para el manejo de los establecimientos. “Eso es lo que ha dado buenos resultados, ha sido un trabajo exitoso, y la idea es seguir mejorando”, asegura. 
Sobre el Augusto D’Halmar, Zarhi reconoce que es una colegio atípico, en donde Andrade “se preocupa de sus alumnos. Los motiva y exige. Es un complemento que crea buenos resultados”, señala, y da un consejo para los otros municipios. Según él, lo importante es dar independencia a los directores para el manejo de los establecimientos. “eso es lo que ha dado buenos resultados. Ha sido un trabajo exitoso, y la idea es seguir mejorando”.

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