Por un lado, hay oposición a la Reforma del gobierno de Bachelet debido a que no tiene por objetivo terminar con el negocio de la educación. A lo más busca regular el mercado, solo suavizando sus aspectos más irritantes (lucro, copago y selección), pero en un plazo irrisorio (¡15 años!). Por otro lado, la Derecha y los sostenedores movilizan a los apoderados contra todo posible cambio que plantee la Reforma –por mínimo que sea. Por su parte, y claramente, el Partido Comunista en cuanto parte del gobierno, busca terminar con la voluntad de los profesores de base de querer movilizarse por sus demandas y rechazan la política del ejecutivo de impulsar una reforma que no termina realmente con el negocio de la educación, un gobierno que viene cediéndole a la Derecha y los empresarios. Claramente el Partido Comunista como parte del gobierno tiene que imponer burocráticamente a las bases su colaboración con Bachelet.
¿Qué hacemos?
Esta práctica que se ha desarrollado por años, y que es similar en la CUT por cuanto es dirigida por Bárbara Figueroa del PC, no terminará en la medida en que las y los profesores incluyendo a dirigentes honestos de base e intermedios no constituyamos, una verdadera oposición docente de izquierda, que pueda sesionar semanalmente y sea abierta a las bases colegiadas y no colegiadas, para organizar concretamente el plan de movilización ascendente planteado en la última reunión del Directorio con los presidentes regionales, empalmando con el ánimo de las bases.
Hoy está planteado, como lo demostraron los dirigentes regionales que expresaron el ánimo y voluntad de movilización, sobrepasar a la burocracia vocera de gobierno y desmovilizadora de Gajardo, que desoye el sentir y mandato del profesorado. Para darle libre cauce a este impulso, es necesario organizar dicha oposición docente de izquierda, que sea una alternativa eficaz contra los métodos y prácticas matonescas y antidemocráticas de la burocracia PC y la NM; una oposición que pueda organizar a colegiados y no colegiados sobre la base de la unificación de las demandas (que ya sabemos cuáles son), organizando concretamente la movilización ascendente, se puede convocar abiertamente, por ejemplo, a la marcha del 9 de octubre, buscando empalmar con todas las organizaciones docentes de izquierda, tanto de dentro como de fuera del CdP. En la perspectiva de alcanzar este y otros objetivos estratégicos centrales para las y los trabajadores de la educación en la actual coyuntura, consideramos que es necesario conformar una alternativa política desde las bases, clasista, antiburocrática y de lucha, como la que buscamos levantar desde Nuestra Clase.
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