Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

domingo, 21 de septiembre de 2014

Fetiches y educación parvularia


Fetiches y educación parvularia

por Francisco Gallego - 21/09/2014 - 04:00


















UN FETICHE, según la Academia de la Lengua, es un “ídolo u objeto de culto al que se atribuye poderes sobrenaturales”. Me temo que lo que espera la discusión pública de la educación parvularia está cayendo en esta categoría.
En los últimos 20 años se ha producido un aumento importante de la cobertura y de los recursos que se destinan al sector. En la actualidad, se encuentra en trámite legislativo un proyecto de ley que crea una Subsecretaría de Educación Parvularia, una institucionalidad que mejora la supervisión y algunos otros cambios regulatorios. En el proyecto de ley hay avances importantes, como separar los roles de fiscalización y provisión y mejorar regulaciones. Además, el gobierno ha anunciado un aumento adicional de los cupos en educación parvularia.
¿Es suficiente esto?  Creo que no y es importante que seamos conscientes de ello. Déjenme agregar un poco de información al debate. La investigación de James Heckman y sus asociados sugiere que buenas oportunidades de desarrollo inicial proveen una avenida muy potente para corregir desigualdades de base. Pero, al mismo tiempo, otra investigación sugiere que hay tantos programas de educación inicial potentes como otros que no producen los resultados esperados. Un trabajo publicado por Sergio Urzúa para Chile confirma esto y muestra que la expansión de cupos de párvulos en los últimos 15 años tuvo problemas de calidad.
O sea, como siempre, el fetiche no basta.  Es entonces importante que no creamos que lo que estamos haciendo en preescolar es suficiente. Y que notemos que hay que hacer algo rápido (y que se puede avanzar en paralelo a las largas discusiones legislativas). Si bien hay programas fuera de Chile que son exitosos, “trasplantarlos” a gran escala en nuestro país va a requerir mucho trabajo de detalles y una mejora sustantiva en la formación de docentes de párvulos. La educación parvularia es probablemente una de las áreas en que menos sabemos cómo ofrecer programas públicos potentes. Entonces vamos a necesitar paciencia, experimentación y muchos aprendizajes.
Más aún, el desarrollo temprano no está sólo relacionado con programas de educación, es amplio, multisectorial y parte mucho antes del jardín infantil (con cuidados y estimulación que parten en la familia). ¿Cómo coordinamos estos programas? Por eso en el Grupo Res Pública Chile (GRPC) sugeríamos la creación de un Ministerio de Primera Infancia que coordine los temas desde una posición con peso político serio (¿si tenemos Ministerio del Deporte, por qué no podemos tener esto? ¿Es porque los niños pequeños no votan?). Todo esto, además, tiene costos importantes de dinero. En GRPC estimamos que mejoras en cobertura, en gasto para asegurar calidad, en programas de involucramiento parental y en mejoras institucionales requerirían al menos US$ 1.500 millones anuales.
En fin, no estoy diciendo nada nuevo: cuidado con los fetiches. Mejorar la cobertura y calidad de la educación parvularia es bastante más complejo que simplemente aumentar los cupos, ajustar regulaciones y esperar que opere un milagro.

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