¿ y tú, abuelo, que hiciste?
Viña del Mar, 03 de Febrero de 2014.
Querida Michelle
A tu llegada a Chile en el mes de Marzo quedé confundido por tu
discurso ambiguo, inespecífico sobre la gratuidad de la educación,
te escribí y te preguntaba si te habían cambiado en los EEUU, país
cuna del neoliberalismo, luego tranquilicé mi conciencia y alimenté
mis esperanzas un 17 de Mayo del 2013 cuando nuevamente te escribí
diciendo.
“En la última carta que te envié defendí el derecho a la
educación de todos los jóvenes sin excepción, sin discriminar a
los que llaman últimos quintiles, concebida esta en que todos los
chilenos somos iguales ante la ley y autónomos en nuestro Proyecto
de vida personal, y que los Derechos deben estar garantizados por un
estado protector para generar una verdadera democracia con igualdad
de oportunidades, para que de una vez por todas empecemos a eliminar
las perversas desigualdades sociales en que vivimos. La clave está
en las tasas impositivas de los que tienen más. No sé si te haya
influido, pero estoy contento porque tu discurso ha cambiado en esa
línea y en otras. Seguramente algunos se molestan cuando se dice y
escribe desde las convicciones que uno posee, pero mi postura ética
en el mundo, junto a otras, es no ser obsecuente, esto daña las
ideologías y las doctrinas, además de enturbiar el alma”.
Estimada Presidenta, en esta pasada no voy a guardar ningún
silencio, ni postergar mi reacción esperando lo probablemente mejor.
Todo lo anterior porque eras mi candidata y serás mi Presidenta,
pues soy un convencido que el compromiso con el papel y el lápiz
significan participar de los destinos de la patria y su gente. Bueno
pasó el tiempo y todo el palomeo, carteleos, discursos van y vienen,
candidatos que suben y bajan, repartijas de territorios y poderes,
alianzas que son pero que no son, partidos autodestruidos, huelgas,
etc, etc. Nos llegó fin de año y tu triunfo, al contribuí con mis
legítimas dudas, que en términos reales, pero reales, representan
un tercio de la población, te lo ganaste y llegarás al poder el 11
de Marzo. Dese ahí empecé a construir nuevas esperanzas, todo bien
hasta que empezaste a construir tu aparato de gobierno; aparecen las
viejas caras que consolidaron la ideología de la dictadura, la que
nos ninguneó a los dirigentes gremiales y sindicales, la que terminó
por destruir la Educación y Salud Pública, aparece el Burgos,
camarada reaccionario y derechista, el que antes que se formara la
nueva Mayoría dijo que si se sumaban los comunistas se iba para la
casa, un Eyzaquirre que construyo y defendió el sistema de créditos
para la vergüenza de la educación y los miles de cabros endeudados,
se opuso a un sueldo ético, bueno para que decir de muchos otros
nominados. Para la política y el poder solo existen 50 chilenos, los
demás somos invisibles, no nos extrañemos que para las próximas
elecciones voten muchos menos chilenos que hablamos otro idioma o
dialecto.
Bueno uno dice, no siempre los jarabes para la enfermedad son
dulces, entonces con la capacidad de aguante a toda prueba seguía
esperando Marzo, y, nombras a los subsecretarios y entre ellos, en
Educación a la Sra. Peirano, entonces Michell, me vas a disculpar
pero se me derrumbó el mono. ¿ No hay ningún profesor en
Chile para tan importante cargo? , Michell sigues la misma
tónica de los presidentes, “ningunear a los Maestros”. No tengo
nada en contra de ella, pues tiene el legítimo derecho de pensar,
estudiar, pontificar y promocionar lo que quiera, pero no con mi
gobierno (aun), en que muchos estamos por “los grandes cambios”,
especialmente en educación, base fundamental en la construcción de
una sociedad más justa y humana, cuna de la siembra de derechos
fundamentales.
Estimada Michell, en las personas hay figuras, formas, conciencia y
existencia, pero la visión de mundo, su constructo axiológico que
aporta a una sociedad es un tema ideológico, interior y espiritual,
es la conciencia crítica permanente, es como te paras y enfrentas la
realidad para los cambios, para la felicidad del ser humano. Estas
son convicciones que van más allá del ser, es un logro que va unido
al crecimiento y a la historia personal y las opciones o caminos que
uno toma durante la vida, para la trascendencia, y para la
satisfacción de haber nacido. Por tanto Michell, ella, la Sra.
Peirano es lo que es, es así, tiene una concepción de sociedad, de
ser humano, de solidaridad social, de postura ideológica que no es
la mía ni la de los que votaron por ti. “Por sus huellas los
conoceréis”. Esto no cambia Michell, esos milagros no existen.
Michell la mujer del Cesar no solo tiene que serlo. Una persona que
ha estudiado, asesorado, escrito, firmado documentos, enseñado lo
legítimo del lucro, de la educación privada de elite, del estado
subsidiario (mercantilizado y tercerizado), de la gratuidad solo para
algunos (sectarismo y marginación por su origen) no puede tener el
cargo más importante desde el punto de vista ideológico, técnico y
legislativo del Ministerio de Educación.
Michell, tanto economistas y abogados, ¿no crees que es un gobierno
a la defensiva?
En política hay una sabia frase sabia, “Dime quien te apoya y te
diré quién eres”, pues en la prensa aparece un defensor acérrimo
y compuestito, el Sr. Brunner, siniestro personaje ideólogo de el
término y sepultación de la Educación Pública, llevado como gurú
al Ministerio en los 90, que dictó charlas y cátedra por todo
Chile, el padre de las decenas de leyes fracasadas que junto a otras
derrumbaron ideológicamente a la Concertación. Teórico defensor de
la economía de mercado en la Educación por su famosa
“Autorregulación” y achacarle las responsabilidades a los
Maestros y la familia. Personaje digo de olvidar.
Espero que lo sucedido es resultado de una mala información, algún
gato por liebre, informantes poco rigurosos, o algo así.
Entonces Michell ya tengo listo mi traje de Calle, de Marchas, mis
lienzos y carteles, para mí, mi familia, amigos y colegas; porque si
los cambios no vienen los haremos desde el pueblo organizado, de la
legítima lucha de los que nuevamente empezamos a no sentirnos
representados. Lucharé hasta el último aliento para dejarles a mis
nietos un Chile distinto, para tener respuestas cuando me pregunten ¿
y tú, abuelo, que hiciste?
Jorge Lindemann S.
Profesor de Estado.
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