El poeta argentino Juan Gelman, ganador del premio Cervantes
2007, falleció este martes a sus 83 años en Ciudad de México. Humor,
denuncia y absurdo marcan la obra de un artista cuya vida estuvo marcada
por su exilio y la tragedia de la desaparición de su hijo y su nuera
durante la dictadura (1976-1983).
El poeta argentino Juan Gelman, considerado uno de los poetas
más brillantes en lengua española, murió este martes en Ciudad de
México, donde se instaló desde hace más de 20 años, después de sufrir el
exilio por su lucha contra la dictadura militar de su país.
Las autoridades sanitarias mexicanas informaron que Gelman, de 83
años, había fallecido a las 4h30 p.m. luego de haber estado
hospitalizado mientras que el diario mexicano Milenio, en el que Gelman
escribía una columna semanal, reportó que el escritor falleció en su
domicilio.
Gelman destacó por su lucha contra la impunidad de las dictaduras
militares del Cono Sur latinoamericano, intensificada desde que su hijo y
su nuera resultaron víctimas de las desapariciones.
Hijo de emigrantes judíos ucranios, este poeta, traductor y
periodista nació en Buenos Aires en 1930 y tuvo una destacada carrera
periodística y un férreo activismo de izquierda. En 1963 estuvo preso
por sus ideas. Luego abandonó el Partido Comunista y comenzó a
vincularse con sectores del peronismo revolucionario.
En 1975 fue amenazado por la Alianza Anticomunista Argentina (AAA) y
viajó a Roma. En el exterior lo sorprendió el golpe de Estado de 1976 y
comenzó entonces un exilio forzado que lo llevó a Madrid, Managua, Nueva
York y finalmente a México.
Por su obra literaria -que incluye más de 30 libros como “Violín y
otras cuestiones” y “Gotán”- recibió numerosos premios como el Cervantes
-el más prestigioso en lengua española-, el Reina Sofía de Poesía
Iberoamericana en 2005 y el Juan Rulfo 2000.
La vida de Gelman estuvo marcada por su exilio y por la tragedia de
la desaparición de su hijo y su nuera durante la última dictadura
militar argentina (1976-1983). Su hijo Marcelo fue asesinado y su cuerpo
hallado en 1989 y su nuera María Claudia García sigue desaparecida.
García fue secuestrada en Buenos Aires en 1976 y trasladada a Uruguay
embarazada en el marco del Plan Cóndor, que coordinó la represión de
las dictaduras sudamericanas en los años 70. La hija de García fue
entregada ilegalmente a la familia de un policía uruguayo, mientras que
los restos de la madre no han sido encontrados.
Gelman luchó durante años hasta hallar a su nieta en 2000 pero aún
batallaba por encontrar justicia en este caso, uno de los más conocidos
de entre las decenas de robos de bebés durante la dictadura argentina.
El fallecimiento del poeta motivo inmediatos mensajes de pésame de
colegas y seguidores.
“Triste comienzo de año con la muerte del gran poeta de la lengua
Juan Gelman, escritor y luchador incansable y amigo” escribió en su
cuenta de Twitter el escritor nicaragüense Sergio Ramírez. “Ha muerto
Juan Gelman y no me alcanza toda su poesía para expresar mi dolor
inmenso por su ausencia”, lamentó Consuelo Saizar, expresidenta de
Conaculta.
“Su propia vida es un poema comprometido. Su obra demuestra una
relación profunda entre capacidad creativa, poesía, literatura y
compromiso”, opinó Jorge Coscia, secretario argentino de Cultura, en una
primera reacción del gobierno de Buenos Aires.
ALGUNOS POEMAS DE JUAN GELMAN.
Falleció el 14 de enero a los 83 años en la Ciudad de México.
Lluvia
Hoy llueve mucho, mucho,
y pareciera que están lavando el mundo
mi vecino de al lado mira la lluvia
y piensa escribir una carta de amor/
una carta a la mujer que vive con él
y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él
y se parece a su sombra/
mi vecino nunca le dice palabras de amor a la
mujer/
entra a la casa por la ventana y no por la puerta/
por una puerta se entra a muchos sitios/
al trabajo, al cuartel, a la cárcel,
a todos los edificios del mundo/ pero no al mundo/
ni a una mujer/ni al alma/
es decir/a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así/
como hoy/que llueve mucho/
y me cuesta escribir la palabra amor/
porque el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/
y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran/
y cuándo/y cómo/
pero el alma qué puede explicar/
por eso mi vecino tiene tormentas en la boca/
palabras que naufragan/
palabras que no saben que hay sol porque nacen y
mueren la misma noche en que amó/
y dejan cartas en el pensamiento que él nunca
escribirá/
como el silencio que hay entre dos rosas/
o como yo/que escribo palabras para volver
a mi vecino que mira la lluvia/
a la lluvia/
a mi corazón desterrado/
Hechos
Mientras el dictador o burócrata de turno hablaba
en defensa del desorden constituido del régimen
él tomó un endecasílabo o verso nacido del encuentro
entre una piedra y un fulgor de otoño
afuera seguía la lucha de clases/el
capitalismo brutal/el duro trabajo/la estupidez/
la represión/la muerte/las sirenas policiales cortando
la noche/él tomó el endecasílabo y
con mano hábil lo abrió en dos cargando
de un lado más belleza y más
belleza del otro/cerró el endecasílabo/puso
el dedo en la palabra inicial/apretó
la palabra inicial apuntando al dictador o burócrata
salió el endecasílabo/siguió el discurso/siguió
la lucha de clases/el
capitalismo brutal/el duro trabajo/la estupidez/la represión/la muerte/las sirenas policiales cortando la noche
este hecho explica que ningún endecasílabo derribó hasta ahora
a ningún dictador o burócrata aunque
sea un pequeño dictador o un pequeño burócrata/y también explica que
un verso puede nacer del encuentro entre una piedra y un fulgor de otoño o
del encuentro entre la lluvia y un barco y de
otros encuentros que nadie sabría predecir/o sea
los nacimientos/ casamientos/ los
disparos de la belleza incesante.
María la sirvienta
Se llamaba María todo el tiempo de sus 17 años,
era capaz de tener alma y sonreír con pajaritos,
pero lo importante fue que en la valija le encontraron
un niño muerto de tres días envuelto en diarios de la casa.
Qué manera era esa de pecar de pecar,
decían las señoras acostumbradas a la discreción
y en señal de horror levantaban las cejas
con un breve vuelo no desprovisto de encanto.
Los señores meditaron rápidamente sobre los peligros
de la prostitución o de la falta de prostitución,
rememoraban sus hazañas con chiruzas diversas
y decían severos: desde luego querida.
En la comisaría fueron decentes con ella,
sólo la manosearon de sargento para arriba,
pero María se ocupaba de soñar,
los pajaritos se le despintaron bajo la lluvia de lágrimas.
Había mucha gente desagradada con María
por su manera de empaquetar los resultados del amor
y opinaban que la cárcel le devolvería la decencia
o por lo menos francamente la haría menos bruta.
Aquella noche las señoras y señores se perfumaban
con ardor
pero el niño que decía la verdad,
por el niño que era puro,
por el que era tierno,
por el bueno, en fin,
por todos los niños muertos que cargaban en las valijas
del alma
y empezaron a heder súbitamente
mientras la gran ciudad cerraba sus ventanas.
Ahora
Ahora miguel ángel cruza la noche del país
va en un caballito de fuego /
se le caen palabras que tiemblan como el sur
tira balazos de esperanza
¿es verdad que te hicieron pedazos en la tortura militar?
¿te caíste a pedacitos? / ¿y qué
crece de cada pedacito tuyo? / ¿acaso otro ángel / miguel?
¿los demás? / ¿un vagabundo? / ¿una triste? /
¿un viejo sentimiento inmortal? / ¿santa teresa
la obrera / que montaba un caballo de fuego para vivir cada vez? /
¿cómo el olor de tu alma?
pedazos de la amadora escaparon a las uñas del tiempo
pregunto estas cosas para saber cómo me va
envuelto estás en pólvora y horrores
tus poemas cruzan la noche del país
tu ternura trabaja / obrera / delicada
andás por plazas y por calles con la memoria en la mano
llega la luz del alba torpemente
aquí ninguno da perdón /
te deshacés / miguel /juntando cielo
pero me acuerdo de cuando vas a volver
pegado a tu destino como una roca /
limpiándole la muerte a cada noche /
montado en un caballito de fuego.
Nota IX
Talmente llovió sangre/
sangre llovió por mi país
de las venas que el verdugo cortó/
del corazón que las recuerda/
hermanos en la sangre a navegar
cada día cada día cada día/
este viajar no nos conduce
al paraíso ni al infierno/
no vamos al paraíso/
no vamos al infierno/
¿a dónde vamos/sangre/
que cantás amada en la noche?
¿o como pájaro volás
de sangre a sangre/recordando/
o sea gorrión de resistir
al olvido/que ni una gota seque?
así navegamos/ciegos/
para que nadie se secase/
o volara de sangre a sangre
y pudiera cantar/cantar
Comentario XI
Este deseo de soledad con vos/amor
que apresa el alma/amor
que alimenta y devora y extiende el alma/ala
de vos a mí/llevadora
de vos lejos de mí/amor que viene y va
dando dolor de vos/pena de vos/dulzura
que bañás mis pedazos/unidos
en la dicha de vos/donde cantan
como veremos los exilios
de vos/país o fiebre/palito
revolviendo tristezas y deleites/amor
como un niño con los ojos cerrados
envuelto en su valor/o libre
en la cárcel de vos/bello amor
dando su amor para que amor conozca
por amor el amor.
El infierno verdadero
Entre las 5 y las 7,
cada día,
ves a un compañero caer.
No pueden cambiar lo que pasó.
El compañero cae,
y ni la mueca de dolor se le puede apagar,
ni el nombre,
o rostros,
o sueños,
con los que el compañero cortaba la tristeza
con su tijera de oro,
separaba,
a la orilla de un hombre,
o una mujer.
Le juntaba todo el sufrimiento
para sentarlo en su corazón
debajito de un árbol
El mundo llora pidiendo comida
Tanto dolor tiene en la boca
Es dolor que necesita porvenir
El compañero cambiaba al mundo
y le ponía pañales de horizonte.
Ahora, lo ves morir,
cada día.
Pensás que así vive.
Que anda arrastrando
un pedazo de cielo
con las sombras del alba,
donde, entre las 5 y las 7,
cada día,
vuelve a caer, tapado de infinito.
Así es así es
Es buena y bella como el mar
es oscura anterior rostros de mi silencio
ella es inmensa bajo el sol
en la noche crepita su profundo animal
tierra sin descubrir
no tenés nombre todavía.
Ropero
Esa ropita tuya que
tiene tu olor y apareció entre mis ropas
silencioso el total tal vez amándose
temblando lejos de los dos
lejos como los dos
al fondo del cajón.
El ladrón
En la noche silenciosa y oscura,
huyendo de toda presencia humana o animal,
evitando los ruidos, furtivamente roba
fuego de las palabras y palabras del fuego
para sí, para todos, para el amor que no conocerá
algún día
y la ceniza fría le castiga las manos.
Foto
En la fotografía que tus ojos vuelven dulce
hay tu rostro de perfil, tu boca, tus cabellos,
pero cuando vibrábamos de amor
bajo el oleaje de la noche y el clamor de la ciudad
tu rostro es una tierra siempre desconocida
y esta fotografía el olvido, otra cosa.
Presencia del otoño
Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Amada, tú, recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por él, amada.
No soy yo el que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.
Nota I
Te nombraré veces y veces.
me acostaré con vos noche y día.
noches y días con vos.
me ensuciaré cogiendo con tu sombra.
te mostraré mi rabioso corazón.
te pisaré loco de furia.
te mataré los pedacitos.
te mataré una con paco.
otro lo mato con rodolfo.
con Haroldo te mato un pedacito más.
te mataré con mi hijo en la mano.
y con el hijo de mi hijo/ muertito.
voy a venir con diana y te mataré.
voy a venir con jote y te mataré.
te voy a matar/derrota.
nunca me faltará un rostro amado para matarte otra vez.
vivo o muerto/un rostro amado.
hasta que mueras/
dolida como estás/ya lo sé.
te voy a matar/yo
te voy a matar.
Tu voz está oscura...
Tu voz está oscura
de besos que no me diste/
de besos que no me das/
la noche es polvo de este exilio/
tus besos cuelgan lunas
que hielan mi camino/y
tiemblo
debajo del sol/
tu boz sta escura
di bezus qui a mí no dieras/
di bezus qui a mí no das/
la nochi es polvu dest'ixiliu/
tus bezus inculgan lunas
qui yelan mi caminu/y
timblu
dibaxu dil sol/
Hoy llueve mucho, mucho,
y pareciera que están lavando el mundo
mi vecino de al lado mira la lluvia
y piensa escribir una carta de amor/
una carta a la mujer que vive con él
y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él
y se parece a su sombra/
mi vecino nunca le dice palabras de amor a la
mujer/
entra a la casa por la ventana y no por la puerta/
por una puerta se entra a muchos sitios/
al trabajo, al cuartel, a la cárcel,
a todos los edificios del mundo/ pero no al mundo/
ni a una mujer/ni al alma/
es decir/a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así/
como hoy/que llueve mucho/
y me cuesta escribir la palabra amor/
porque el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/
y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran/
y cuándo/y cómo/
pero el alma qué puede explicar/
por eso mi vecino tiene tormentas en la boca/
palabras que naufragan/
palabras que no saben que hay sol porque nacen y
mueren la misma noche en que amó/
y dejan cartas en el pensamiento que él nunca
escribirá/
como el silencio que hay entre dos rosas/
o como yo/que escribo palabras para volver
a mi vecino que mira la lluvia/
a la lluvia/
a mi corazón desterrado/
Hechos
Mientras el dictador o burócrata de turno hablaba
en defensa del desorden constituido del régimen
él tomó un endecasílabo o verso nacido del encuentro
entre una piedra y un fulgor de otoño
afuera seguía la lucha de clases/el
capitalismo brutal/el duro trabajo/la estupidez/
la represión/la muerte/las sirenas policiales cortando
la noche/él tomó el endecasílabo y
con mano hábil lo abrió en dos cargando
de un lado más belleza y más
belleza del otro/cerró el endecasílabo/puso
el dedo en la palabra inicial/apretó
la palabra inicial apuntando al dictador o burócrata
salió el endecasílabo/siguió el discurso/siguió
la lucha de clases/el
capitalismo brutal/el duro trabajo/la estupidez/la represión/la muerte/las sirenas policiales cortando la noche
este hecho explica que ningún endecasílabo derribó hasta ahora
a ningún dictador o burócrata aunque
sea un pequeño dictador o un pequeño burócrata/y también explica que
un verso puede nacer del encuentro entre una piedra y un fulgor de otoño o
del encuentro entre la lluvia y un barco y de
otros encuentros que nadie sabría predecir/o sea
los nacimientos/ casamientos/ los
disparos de la belleza incesante.
María la sirvienta
Se llamaba María todo el tiempo de sus 17 años,
era capaz de tener alma y sonreír con pajaritos,
pero lo importante fue que en la valija le encontraron
un niño muerto de tres días envuelto en diarios de la casa.
Qué manera era esa de pecar de pecar,
decían las señoras acostumbradas a la discreción
y en señal de horror levantaban las cejas
con un breve vuelo no desprovisto de encanto.
Los señores meditaron rápidamente sobre los peligros
de la prostitución o de la falta de prostitución,
rememoraban sus hazañas con chiruzas diversas
y decían severos: desde luego querida.
En la comisaría fueron decentes con ella,
sólo la manosearon de sargento para arriba,
pero María se ocupaba de soñar,
los pajaritos se le despintaron bajo la lluvia de lágrimas.
Había mucha gente desagradada con María
por su manera de empaquetar los resultados del amor
y opinaban que la cárcel le devolvería la decencia
o por lo menos francamente la haría menos bruta.
Aquella noche las señoras y señores se perfumaban
con ardor
pero el niño que decía la verdad,
por el niño que era puro,
por el que era tierno,
por el bueno, en fin,
por todos los niños muertos que cargaban en las valijas
del alma
y empezaron a heder súbitamente
mientras la gran ciudad cerraba sus ventanas.
Ahora
Ahora miguel ángel cruza la noche del país
va en un caballito de fuego /
se le caen palabras que tiemblan como el sur
tira balazos de esperanza
¿es verdad que te hicieron pedazos en la tortura militar?
¿te caíste a pedacitos? / ¿y qué
crece de cada pedacito tuyo? / ¿acaso otro ángel / miguel?
¿los demás? / ¿un vagabundo? / ¿una triste? /
¿un viejo sentimiento inmortal? / ¿santa teresa
la obrera / que montaba un caballo de fuego para vivir cada vez? /
¿cómo el olor de tu alma?
pedazos de la amadora escaparon a las uñas del tiempo
pregunto estas cosas para saber cómo me va
envuelto estás en pólvora y horrores
tus poemas cruzan la noche del país
tu ternura trabaja / obrera / delicada
andás por plazas y por calles con la memoria en la mano
llega la luz del alba torpemente
aquí ninguno da perdón /
te deshacés / miguel /juntando cielo
pero me acuerdo de cuando vas a volver
pegado a tu destino como una roca /
limpiándole la muerte a cada noche /
montado en un caballito de fuego.
Nota IX
Talmente llovió sangre/
sangre llovió por mi país
de las venas que el verdugo cortó/
del corazón que las recuerda/
hermanos en la sangre a navegar
cada día cada día cada día/
este viajar no nos conduce
al paraíso ni al infierno/
no vamos al paraíso/
no vamos al infierno/
¿a dónde vamos/sangre/
que cantás amada en la noche?
¿o como pájaro volás
de sangre a sangre/recordando/
o sea gorrión de resistir
al olvido/que ni una gota seque?
así navegamos/ciegos/
para que nadie se secase/
o volara de sangre a sangre
y pudiera cantar/cantar
Comentario XI
Este deseo de soledad con vos/amor
que apresa el alma/amor
que alimenta y devora y extiende el alma/ala
de vos a mí/llevadora
de vos lejos de mí/amor que viene y va
dando dolor de vos/pena de vos/dulzura
que bañás mis pedazos/unidos
en la dicha de vos/donde cantan
como veremos los exilios
de vos/país o fiebre/palito
revolviendo tristezas y deleites/amor
como un niño con los ojos cerrados
envuelto en su valor/o libre
en la cárcel de vos/bello amor
dando su amor para que amor conozca
por amor el amor.
El infierno verdadero
Entre las 5 y las 7,
cada día,
ves a un compañero caer.
No pueden cambiar lo que pasó.
El compañero cae,
y ni la mueca de dolor se le puede apagar,
ni el nombre,
o rostros,
o sueños,
con los que el compañero cortaba la tristeza
con su tijera de oro,
separaba,
a la orilla de un hombre,
o una mujer.
Le juntaba todo el sufrimiento
para sentarlo en su corazón
debajito de un árbol
El mundo llora pidiendo comida
Tanto dolor tiene en la boca
Es dolor que necesita porvenir
El compañero cambiaba al mundo
y le ponía pañales de horizonte.
Ahora, lo ves morir,
cada día.
Pensás que así vive.
Que anda arrastrando
un pedazo de cielo
con las sombras del alba,
donde, entre las 5 y las 7,
cada día,
vuelve a caer, tapado de infinito.
Así es así es
Es buena y bella como el mar
es oscura anterior rostros de mi silencio
ella es inmensa bajo el sol
en la noche crepita su profundo animal
tierra sin descubrir
no tenés nombre todavía.
Ropero
Esa ropita tuya que
tiene tu olor y apareció entre mis ropas
silencioso el total tal vez amándose
temblando lejos de los dos
lejos como los dos
al fondo del cajón.
El ladrón
En la noche silenciosa y oscura,
huyendo de toda presencia humana o animal,
evitando los ruidos, furtivamente roba
fuego de las palabras y palabras del fuego
para sí, para todos, para el amor que no conocerá
algún día
y la ceniza fría le castiga las manos.
Foto
En la fotografía que tus ojos vuelven dulce
hay tu rostro de perfil, tu boca, tus cabellos,
pero cuando vibrábamos de amor
bajo el oleaje de la noche y el clamor de la ciudad
tu rostro es una tierra siempre desconocida
y esta fotografía el olvido, otra cosa.
Presencia del otoño
Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Amada, tú, recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por él, amada.
No soy yo el que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.
Nota I
Te nombraré veces y veces.
me acostaré con vos noche y día.
noches y días con vos.
me ensuciaré cogiendo con tu sombra.
te mostraré mi rabioso corazón.
te pisaré loco de furia.
te mataré los pedacitos.
te mataré una con paco.
otro lo mato con rodolfo.
con Haroldo te mato un pedacito más.
te mataré con mi hijo en la mano.
y con el hijo de mi hijo/ muertito.
voy a venir con diana y te mataré.
voy a venir con jote y te mataré.
te voy a matar/derrota.
nunca me faltará un rostro amado para matarte otra vez.
vivo o muerto/un rostro amado.
hasta que mueras/
dolida como estás/ya lo sé.
te voy a matar/yo
te voy a matar.
Tu voz está oscura...
Tu voz está oscura
de besos que no me diste/
de besos que no me das/
la noche es polvo de este exilio/
tus besos cuelgan lunas
que hielan mi camino/y
tiemblo
debajo del sol/
tu boz sta escura
di bezus qui a mí no dieras/
di bezus qui a mí no das/
la nochi es polvu dest'ixiliu/
tus bezus inculgan lunas
qui yelan mi caminu/y
timblu
dibaxu dil sol/
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