Estos se concentran en colegios subvencionados y también en los liceos técnico-profesionales.
por Javiera Herrera
Las opciones son variadas y acordes con las necesidades de cada
colegio. Un constructor civil puede hacer clases de física y un abogado,
de lenguaje. Lo cierto es que actualmente hay 7.534 profesionales que
se encuentran haciendo clases en los cerca de 12.500 colegios del país, a
pesar de que no cuentan con el título de profesor.
Este número representa, según las estadísticas del Ministerio de
Educación, un 3,6% de las 207 mil personas que realizan actividades
académicas, y pueden estar en las aulas luego de que la Ley General de
Educación (LGE) los habilitara en 2009, tras su promulgación.
Paula Pinedo, directora del Centro de Perfeccionamiento,
Experimentación e Investigación Pedagógica (CPEIP) del Mineduc, cuenta
que “a los profesionales que trabajan como profesores sin ser docentes
se les exige que, transcurrido un período de cinco años, para continuar
ejerciendo la docencia deberán poseer un título profesional de la
educación o acreditar competencias docentes”.
Si esto no ocurre, deberán salir del sistema escolar hasta tener el
título idóneo y el primer plazo para su salida comenzaría el 2014.
Hasta antes de que entrara en vigencia la LGE, los licenciados podían
hacer clases en los colegios, con autorización de la seremi. Sin
embargo, ese permiso se otorgaba sólo por un año y si es que el cupo que
debían llenar no se completaba con un titulado de Pedagogía. Y una de
las razones que se esgrimió para habilitarlos por más tiempo fue la
falta de docentes especializados, sobre todo para ramos como química,
física y biología.
En ese momento, el Colegio de Profesores manifestó su rechazo a la
autorización, y hoy el presidente del gremio, Jaime Gajardo, señala que
esta opción “debilita a la profesión docente” y agrega que la enseñanza
que pueden entregar “pone el acento sólo en el conocimiento y no en la
formación valórica”.
Quiénes son
La encargada del CPEIP cuenta que, hasta el año pasado, los títulos
más recurrentes entre los no docentes fueron los de Sicopedagogía,
Contador Auditor, Ingeniería Comercial, Agronomía y Sicología. En 2012,
además, el Mineduc informó que el 46% de esos profesionales trabajaba en
colegios subvencionados, el 43% en municipales y otro 5% en colegios
particulares.
Además, según Educación 2020, de los cerca de 8.600 profesores que
enseñaban en 2010 las especialidades en los liceos técnicos, el 48% no
tiene el título de Pedagogía. “El superávit de profesores en educación,
humanistas, en términos de titulados, en enseñanza técnica no existe. Ni
la carrera docente ni las universidades ofrecen alternativas.
Actualmente, sólo hay dos programas de pedagogía técnica en
universidades”, señala el investigador Carlos Figueroa. Añade: “Cómo
podemos pretender tener profesores que hagan docencia en las escuelas
técnicas si no tenemos las carreras”.
Agrega que es importante desarrollar las habilidades pedagógicas, por lo cual es necesario ese título profesional.
Algunos resultados
A juicio de Jaime Gajardo, la habilitación de los profesores no
tradicionales “no ha resultado mucho, porque hoy la función docente no
es muy atractiva”, e indica que tampoco ha habido una mejora en la
calidad de la educación, pues “todo el mundo hace el diagnóstico de que
se ha estancado”.
Sin embargo, un estudio realizado por el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) a la fundación Enseña Chile (ver recuadro) sostiene que
los alumnos con profesores de ese programa “poseen puntajes
significativamente más altos” en subsecciones de la prueba de lenguaje.
Un alumno con un docente de ese plan tiene 6,2 puntos más en una prueba
estandarizada que un joven con un profesor tradicional. El estudio
también estableció que en matemáticas, los alumnos logran 3,1 puntos más
que sus pares.
La diferencia también se da en las competencias socioemocionales.
Según el informe, los alumnos beneficiarios del programa Enseña Chile
presentaron puntajes mayores en pruebas de habilidades sociales y de
autoestima.
La experiencia de los profesionales de Enseña Chile
El programa Enseña Chile está basado en el modelo Teach for
America y Teach First, y busca que profesionales altamente capacitados
trabajen durante dos años en colegios vulnerables del país.
Tomás Recart, director ejecutivo de la iniciativa, que está activa
desde 2008 en el país, señala que para preparar a los profesionales
“tenemos una formación de 480 horas, y una universidad que entrena a
licenciados y titulados (...) les da 420 horas de educación”. Dentro de
esas horas, especifica, hay instrucción lectiva, “lo cual nosotros
consideramos un factor muy importante”.
En el último proceso de postulación llegaron 1.387 solicitudes, de
las cuales sólo 99 fueron aceptadas, luego de pasar varios tests. En
2012 fueron 126 los que hicieron clases.
Según estadísticas de la iniciativa, el 36% de los profesionales que
estuvieron haciendo clases en las escuelas se queda en esa posición.
Para ello, se cuenta con un convenio con la U. Mayor para que los
profesionales saquen la carrera de Pedagogía. También hay convenios para
perfeccionamientos en el área de dirección de colegios.
Además, según cuenta Recart, hay un grupo importante que está
trabajando con educación, “desde una ONG, un emprendimiento o en el
gobierno”.