Hoy la comunidad del Liceo Eduardo de la Barra volvió a
marchar por Valparaíso, pero no en el contexto de una nueva
manifestación del movimiento secundario, sino que para denunciar las
lamentables condiciones en las que se encuentra el establecimiento.
Las recientes lluvias dieron nuevamente muestras de la incapacidad de
la ciudad de sostenerse con normalidad ante un fenómeno natural. A
pocas horas de haber comenzado las precipitaciones, por orden del
municipio los establecimientos educacionales a su cargo debieron
suspender sus actividades por dos jornadas debido a filtraciones,
inundaciones, roturas del inmueble, voladuras de techos e imposible
accesibilidad, entre otras razones. Entre estos establecimientos se
encuentra el emblemático Eduardo de la Barra, cuya remodelación costó
alrededor de 3 mil millones de pesos al MINEDUC, al GORE y a la
Municipalidad, y que ya en años anteriores evidenció daños
estructurales.
Es por ello que, al retorno a clases luego de las lluvias,
estudiantes, profesores, apoderados y algunos administrativos dedicaron
la jornada para la elaboración de un petitorio al Concejo Municipal,
resumido en cuatro puntos: La reparación urgente del liceo y ejecución
de obras canceladas por la corporación pero no efectuadas; sanciones
administrativas y judiciales a los responsables; exigencia de prontitud y
calidad en los trabajos; y la validación de la boleta de garantía aún
no cobrada por la Corporación Municipal de Educación.
“Las salas se anegaron completamente”
Visitamos el establecimiento ayer y hoy para interiorizarnos en la
problemática situación que presenta. Valentina González, en
representación del Centro de Alumnos, nos contó que el liceo quedó en
malas condiciones después del terremoto de 2010. “Los materiales que se
usaron en su reconstrucción son de mala calidad. En el 3º Medio hay un
hoyo con hongos en el techo y sobre los puestos de los estudiantes”,
describe, agregando que estos daños “se hacen más notorios con la
lluvias: las salas se anegaron completamente y, como así no se puede
estudiar, los terceros se tomaron el pabellón y por lo insalubre decidieron no hacer clases”.
“La empresa no cumplió”
Patricia Navarro, vicepresidenta del Centro de Padres y Apoderados
del liceo, nos señala que emplazan al GORE, al MINEDUC y al municipio,
pues cuestionan la fiscalización que se ha hecho a la empresa
constructora responsable, Puerto Principal. “Hay serias
deficiencias, la empresa no cumplió y no sabemos cómo ser realizó la
fiscalización y por qué recibieron la obra en estas condiciones”,
explica.
Preocupada nos indica que “muchas de las reparaciones se hacen con
fondos fiscales y municipales, cuando debiera ser la empresa la
encargada de aquello. Aparece la siguiente figura: el Estado subsidiando
a la empresa privada”.
“Esto pone en riesgo la salud de docentes y estudiantes”
Catherine Cabrera, representante del Consejo Gremial, nos entrega
también su visión: “El cuerpo de profesores rechaza las condiciones
insalubres del establecimiento. Esto pone en riesgo la salud de docentes
y estudiantes: nos enfermamos y aumentan las licencias médicas. Por
ello nos plegamos a la movilización, para que nuestras prácticas
pedagógicas puedan ser realizadas debidamente”.
Deambulamos por el establecimiento para conocer más a fondo las
condiciones: Junto con la humedad, voladura de techos y daños que ha
dejado el temporal, podemos apreciar graves falencias estructurales: el
tamaño de las barandas es inadecuado para la protección de los
adolescentes y las mismas presentan desprendimientos con respecto a las
bases. “Anoche pusieron una solución parche a las techumbres, una
membrana asfáltica para evitar hoy los daños”, nos señala Marisol
Olguín, del Centro de Padres, quien además nos muestra las conexiones
eléctricas inacabadas y nos agrega: “Que la red húmeda esté al lado de
los generadores es lo más grave y esto ha sido fiscalizado y rechazado
por Bomberos”.
Alumnos y profesores rociados con químicos
Son estas las razones que llevaron hoy a los estudiantes a marchar
hasta el municipio porteño, donde serían recibidos por el Alcalde. Una
movilización autorizada y que, según lo acordado, sería “escoltada” por
Carabineros. Sin embargo, esto se tradujo en un desproporcionado
contingente policial que hostigó a los manifestantes y que terminó en
una violenta represión cuando la marcha ya terminaba, al punto que el
Servicio Paz y Justicia, Serpaj Chile, debió denunciar ante la opinión
pública el hecho.
En un comunicado, declararon que -de acuerdo a los antecedentes
entregados por los propios afectados- “efectivos policiales rociaron a
quemarropa una abundante carga de gases químicos irritantes que causaron
numerosos problemas de salud entre quienes se encontraban en el lugar,
siendo los más graves las quemaduras en sus manos de 1 alumno al recibir
la descarga y una fuerte crisis asmática en otra menor. Asimismo, todos
los afectados, cerca de 100 personas, resultaron con sus vías
respiratorias y ojos con severas irritaciones”.