“Soy director a la antigua.
Creo en los jóvenes con opinión, pero hoy no tienen límites. No concibo,
por ejemplo, que planteen un cogobierno. Así, era muy difícil seguir
dirigiendo el Instituto Nacional”, explica.
El saliente rector del Instituto Nacional,
Jorge Toro, arremetió contra los estudiantes del colegio más
emblemático del país y cree en que los jóvenes tengan opinión, pero “hoy
no tienen límite”. Además, critica la movilización de los escolares del
plantel al afirmar que no concibe un cogobierno y señala que
actualmente “hay una dictadura juvenil, que impone criterios”.
Luego de cuatro semanas en que los estudiantes
permanecen en paro, decidió dar un paso al costado como una forma de
destrabar el conflicto del liceo, asegurando que la alcaldesa de
Santiago, Carolina Tohá, le planteó que la solución era darle un enfoque
nuevo al problema.
En entrevista
a La Tercera, Toro consigna que “Soy director a la antigua. Creo en los
jóvenes con opinión, pero hoy no tienen límites. No concibo, por
ejemplo, que planteen un cogobierno. Así, era muy difícil seguir
dirigiendo el Instituto Nacional”.
El ex rector desmiente a su vez a los alumnos que lo acusan de fallas
en la administración, afirmando que “se nos evalúa por el sistema
público y mi equipo ha sido destacado cinco años. Entonces, no hay un
problema administrativo. Todos los años doy cuenta pública de lo que
entra y sale. Me ha molestado mucho que se haya tendido un manto de
dudas y de ofensas a mi equipo, profesionales que han dado su vida en la
educación…”.
Respecto a otras denuncias hechas por los estudiantes, Toro explica
que “tuvimos que reponer a 30 profesores. Nos costó mucho encontrar y lo
más irónico es que cuando los repusimos, vino el paro. Se han perdido
14 mil horas y se quejaban por 200. Me acusaban de un terreno en
Quintero. Le pedí al contralor que me dijera todas las propiedades del
Instituto. Nunca ha habido un terreno en Quintero. Es de los scout, que
es una corporación autónoma. Después, salían con otra cosa. Además, hay
adultos, una minoría, que generan rencillas personales. Son los mismos
que acusaron al rector anterior. Todo esto hacía conveniente buscar
otras soluciones. El Instituto en su bicentenario no puede dar este
espectáculo”.
Sobre la retoma realizada por los alumnos y la responsabilidad que
tendría al no recibir a los jóvenes, el saliente rector del IN precisa
que “nos íbamos a juntar un sábado. No vinieron. Después, yo estaba en
reunión con el consejo de profesores y ellos dicen: “Queremos entregarle
un petitorio”. Les dije que esperaran, que los recibía después o al
otro día. No, tiene que ser altiro. Hay que hacer lo que ellos quieren, a
la hora que quieren. Saben que este es su minuto de fama, ponen de
rodilla a medio mundo. Han demostrado más inmadurez. Los otros centros
de alumnos fueron más políticos. A la alcaldesa, un día le dicen una
cosa, después no cumplen”.
Y agrega que los alumnos nunca esperaron una respuesta y acusa que
“esa es la estrategia: la Aces llamó a tomarse los colegios, por
demandas internas, para mantener la efervescencia. No pueden pedir más
porque el gobierno se va. Por eso, pese a la renuncia, siguen en la
toma”.
Respecto a que si la alcaldesa le hizo un guiño al movimiento, Toro
sostiene que ella está conteniendo la movilización y busca estrategias
para no generar los mismos conflictos, “pero hay que tener cuidado,
porque los adolescentes no responden muy bien a los patrones.
Sobre su salida del establecimiento, la ex autoridad explica que fue
ingrata, añadiendo que “fui exonerado en la dictadura. Trabajaba en la
Industria de San Miguel, intenté formar un sindicato y nos echaron.
Cuando gritan malversación, sin nada concreto, uno siente que se repiten
cosas. Hay una dictadura juvenil, que impone criterios… Yo hice todo lo
que pude. Ahora tienen que venir otros. Si en cinco años no hay
educación pública, sabemos a quién pedirle cuentas”.
“A los que plantean nuevas estrategias. Los muchachos gritan, rompen y
no ganan nada. Están contentos, porque es primera vez que consiguen
algo: echar al rector”, menciona.
Tras la llegada de Tohá al municipio y si se sintió respaldado, el ex
rector argumenta que “ella desde un principio fue más proclive a los
alumnos. Ahora último ha estado más abierta… Parece que ella traía un
diagnóstico. Está bien que quiera ganarse a los chiquillos, pero no hay
que descuidar a los profesores, a la dirección, porque todos trabajamos
para lo mismo. Tenemos que ser aliados del sostenedor, no su
contraparte”.
Toro también hace una autocrítica, afirmando que su error fue “no
haber sido más populista. Creo que hay que hacerles ver a los jóvenes
que están equivocados. Otros se suben a la cola de ellos y se
identifican como sus amigos. Ahí cometí un error: quise ser demasiado
profesor y ese colegio es demasiado político”.