Las comisiones
investigadoras de la Cámara de Diputados no hacen honor a su nombre:
investigan muy poco y, cuando sacan algunas conclusiones, los ministros y
funcionarios del gobierno las usan de “papel confort”. En Chile existe
una monarquía absoluta, por consiguiente, los balances de poder no
existen.
Muchos diputados están
coludidos con empresas que financian sus campañas. Mónica González
destapó la olla de las malas prácticas que todos conocían, pero que
nadie se atrevía o no quería denunciar: las universidades que lucran
financian las campañas electorales de los parlamentarios. Según la
periodista de CIPER Chile, nadie se ha atrevido a investigar, por
ejemplo, cuánto han ganado los ministros Lavín y Larroulet en la
Universidad del Desarrollo.
En su “clase magistral”
esta investigadora comenzó exigiendo a los parlamentarios que “hagan su
trabajo” – reciben sueldo fiscal, financiado por todos los chilenos y,
además, se autodenominan Servidores públicos y representantes de sus
electores; dichos muy hilarantes, pues el 80% es designado a dedo y
están asegurados por el sistema binominal -.
Continuó con su
intervención diciendo que “le gustaría tener por un día las facultades
para investigar, que ustedes, diputados tienen y no usan”. Muy
hábilmente les enrostró su colusión con el lucro en las universidades
sin insultarlos diciéndoles, incluso, que ella respetaba profundamente y
apreciaba las instituciones e, incluso, llegó a ofrecerles capacitación
sobre métodos científicos.
Es obvio que la
investigación no sólo se recibe por medio de oficios; aquí, la
periodista nuevamente les dio clases: “la información se conoce por
otras vías que no los medios tradicionales”. Como se ha comprobado, en
múltiples ocasiones, el Ejecutivo, que no le gusta nada ser fiscalizado,
pues siempre piensa que lo están atacando, responde con vaguedades las
consultas de los diputados, que carecen de poderes fiscalizadores. Por
lo demás, los partidos políticos del duopolio sirven a los mismos
intereses de las grandes empresas – el recién renunciado gerente de
CORPESCA lo expresó claramente al confesar que había financiado a todas
las candidaturas por igual, malas y antiéticas prácticas que usa la
mayoría de las empresas -.
Y Mónica González
continuó su exposición: “lo que haga esta comisión – lo del lucro en las
universidades, en este caso – va a ser mirado por la opinión pública.
No se olviden que ya no hay espacio para negociar. Ya es tarde”. Más
abajo dijo: “La Universidad San Sebastián se ha vendido tres veces; la
Andrés Bello también se vendió” Estoy convencido de que se podrían
agregar otras cuantas que han sido vendidas con estudiantes incluidos –
como los españoles hacían las Encomiendas de Indios -.
Para concluir, la
investigadora agregó sobre otro tópico, deslizando que Horst Paulmann
filtró la información sobre las cuentas de Laurence Golborne: “en tanto
depositante, sólo Paulmann podía saber cuánto tenía Golborne en su
cuenta”.
A las universidades
privadas les llueve sobre mojado: ahora el fiscal a cargo de las
pesquisas sobre cohecho para lograr la acreditación formalizó a tres
universidades: la U. del Mar, la Pedro de Valdivia – dirigida por un
democratacristiano – la U. Sek - uno de sus socios es Jorge Segovia –
director del Club Unión Española y que, además, tuvo un rol especial en
la derrota de Harold Mayne-Nicholls y, por consiguiente, la salida de
Marcelo0 Bielsa -. En este bendito país, la colusión entre
universidades, empresas, política y negocios se extiende hasta los
clubes de fútbol. No en vano, en pocos días hemos visto a dos
presidentes de corporaciones deportivas, Jaime Estévez, de la UC, en el
escándalo del BancoEstado, y Jorge Segovia, de Unión Española, en la U.
Sek.
De no existir CIPER
Chile, hoy por hoy, la corrupta casta política y los mercaderes, podrían
hacer lo que quisieran con este pobre y pequeño país. ¡Ha llegado la
hora de despertar, expulsemos al duopolio del poder”.
Rafael Luis Gumucio Rivas
23/05/2013