El
agitado ambiente electoral de las últimas semanas nos ha hecho olvidar
que la crisis educacional que llevó a la destitución de un ministro
sigue ahí, esperándonos, sin haber encontrado una vía de solución. En
esta columna el investigador del CIDE Carlos Concha hace un necesario
recuento de los numerosos y acuciantes problemas que quedan por
enfrentar y que deben lograr espacio en el debate político. Entre ellos
destaca el hecho de que el 60% de los niños chilenos de Cuarto Básico no
alcanza el nivel adecuado en lectura.
La brecha entre los resultados SIMCE 2012 de los colegios municipales y particulares pagados no ha disminuido y los resultados de aprendizaje son similares al 2010. (…) A esa brecha hay que agregar que la mayoría de los estudiantes continúan sin lograr los aprendizajes que se espera: en lectura, en Cuarto Básico, el 60% no alcanza el nivel adecuado; en matemática, no lo logra el 75%
El país está viviendo uno de sus momentos más intensos y complejos en
educación en 30 años. La discusión será una constante este año, tanto
acerca de lo realizado en este gobierno, como sobre los desafíos y
tareas pendientes.
A la hora de los recuentos, lo que más importa sigue más o menos
igual. Ello no porque los cambios en educación sean lentos, sino porque
no tenemos acuerdo como sociedad acerca de cómo abordar temas muy
relevantes y que afectan directamente los aprendizajes de los
estudiantes y la justicia de su distribución. Por algo la brecha entre
los resultados SIMCE 2012 de los colegios municipales y particulares
pagados no ha disminuido y los resultados de aprendizaje son similares
al 2010. El mejoramiento en matemática en Segundo Medio es una buena
noticia, que sigue la tendencia iniciada en 2008. A esa brecha hay que
agregar que la mayoría de los estudiantes continúan sin lograr los
aprendizajes que se espera: en lectura, en Cuarto Básico, el 60% no
alcanza el nivel adecuado; en matemática, no lo logra el 75%.
Tampoco se aprecia avances en el fortalecimiento de la educación pública. Como en 2010, el país queda con un proyecto de ley que no se está discutiendo y con municipios de muy diversa capacidad y resultados que siguen administrando lo poco que queda de ella
Hay otras necesidades mayores en las que se ha avanzado poco. Nadie
discute la relevancia que el desempeño docente tiene en asegurar
aprendizajes en un sistema escolar. Aparte de lo iniciado en 2008 sobre
formación inicial, el tema no avanzó respecto de los docentes en
ejercicio, ni en apoyo ni en evaluación ni en una nueva carrera
profesional. Todo quedó en una Comisión, un informe y un proyecto de
ley. Tampoco se aprecian avances en el fortalecimiento de la educación
pública. Como en 2010, el país queda con un proyecto de ley que no se
está discutiendo y con municipios de muy diversa capacidad y resultados
que siguen administrando lo poco que queda de ella. La segmentación
social en educación sigue tal cual, con una casi perfecta homogeneidad
social y económica de estudiantes y familias en cada centro educativo.
¿Cómo podemos avanzar hacia una sociedad más inclusiva, si nuestras
escuelas no lo son?; los estudiantes siguen aprendiendo que por ir a una
u otra escuela, siguen siendo más o siguen siendo menos que los otros y
eso está lejos de la ciudadanía que aspiramos formar.
Tampoco es posible apreciar mucho avance en educación técnica de
nivel medio, en su vinculación con el mundo del trabajo y de la
educación superior, en el aseguramiento de su calidad y en su
pertinencia respecto de las necesidades de desarrollo productivo; la
educación de adultos, por su parte, sigue siendo una deuda social (ahora
se llama “normalización de estudios”, sin que se sepa mucho por qué);
la educación permanente quedó rezagada en su desarrollo; la
institucionalidad pública de la Educación Parvularia (JUNJI, Integra y
municipios) sigue con importantes temas pendientes.
¿Cómo podemos avanzar hacia una sociedad más inclusiva, si nuestras escuelas no lo son?; los estudiantes siguen aprendiendo que por ir a una u otra escuela, siguen siendo más o siguen siendo menos que los otros y eso está lejos de la ciudadanía que aspiramos formar
La valoración del aporte de los privados en educación no ha logrado
conciliarse bien con el uso de los recursos públicos y el lucro. Mayores
avances se reconocen en el tema liderazgo de directores, tanto en sus
procesos de selección, como en los de su formación. La nueva
institucionalidad (Agencia de Calidad, Superintendencia de Educación,
Consejo Nacional de Educación) queda a medio andar, en proceso de
constitución e iniciando sus tareas. Pendiente queda también la
modernización del Ministerio de Educación para que cumpla su nuevo rol.
Hay mucho sobre qué conversar y mejorar en educación. Es claro que no
se avanzará sin acordar como sociedad las mejores maneras de abordar
los temas señalados; hay países que lo han hecho y que han logrado
saltos en calidad e inclusión en poco tiempo. Seguro que este será un
año intenso y rico en discusión de estos temas, esperamos que también lo
sea en esperanzas.