El estadounidense Hans Galassi
perdió varios dedos en un accidente de esquí acuático hace unos meses.
Ahora uno de ellos fue encontrado dentro de una trucha y fue
identificado gracias a sus huellas dactilares. Eso lleva a preguntarnos,
¿qué tanto pueden perdurar?
Una amplia mayoría de personas nace con una serie de huellas dactilares que permanecen intactas durante toda la vida.
Esos patrones, que los expertos
llaman surcos de fricción, se encuentran no solo en la yema de los
dedos, sino también en las falanges y las palmas de las manos, y los
dedos y la planta de los pies.
Los patrones son permanentes, pero se pueden
gastar. Los obreros que trabajan con ladrillos y aquellas personas que
lavan platos con mucha frecuencia pueden perder algunos detalles. Pero
una vez que dejan de realizar estas actividades, los surcos vuelven a
aparecer.
Cómo se forman
- Todo comienza en el vientre de la madre, durante la semana 17 de gestación.
- Son producto de los genes y los movimientos del embrión en el vientre.
- Eso significa que ni siquiera los gemelos idénticos pueden tener impresiones exactas.
- Los surcos de fricción se mantienen cuando las manos y los pies crecen.
De vez en cuando, como deben saberlo bien los
fanáticos de las películas de crímenes, la gente ha intentado cambiar
sus huellas dactilares de manera artificial.
Un corte a través de la capa externa de la piel,
la epidermis, hasta llegar a la dermis ocasiona una cicatriz que puede
modificar la huella. Sin embargo, no la vuelve menos única.
Las personas también han tratado de borrar sus
huellas quemando la punta de sus dedos con fuego y ácido, como lo hizo
el gángster John Dillinger en 1930. El método funcionó durante un tiempo
y luego la piel volvió a nacer.
En el agua
Otro criminal, Robert Phillips, realizó un
famoso injerto en sus dedos con piel de su pecho para borrar sus
impresiones dactilares. Sin embargo, logró ser identificado por las
huellas de las palmas de sus manos. Otros han intentado untar sus dedos
con goma de pegar y esmalte de uñas. Al final, las palmas de sus manos
también los han delatado.
Los surcos de fricción duran incluso mucho
tiempo después de la muerte, dice el experto Allen Bayle, autor de un
manual sobre las manos de los muertos que utiliza la policía de Reino
Unido.
"Si una mano es hallada en el agua, es posible
observar cómo la epidermis comienza a despegarse de la dermis como si
fuese un guante. Sé que esto va a sonar espantoso, pero si la mano está
muy maltratada, corto la epidermis y meto mi propia mano en ese guante
para intentar identifical las huellas", explica Bayle.
"Muchas veces, los peces han mordido una buena
parte de la epidermis. Sin embargo, los surcos aún pueden hallarse
debajo de esa capa. Si eso se ha perdido, se puede intentar con la
dermis. Por cada pliegue de la epidermis, hay dos en la dermis. A eso le
llamamos efecto riel".
La velocidad con la que una mano se desintegra en el agua depende de muchos factores. Uno de ellos es la temperatura del agua.
"Si está muy fría, se puede mantener intacta por
mucho tiempo", apunta Bayle. El cuerpo de una trucha, el pez que se
tragó el dedo de Galassi, es tan fría como el agua en la que nada.
Perdurables
La respuesta
- Las huellas dactilares duran toda la vida y, cuando se desgastan, vuelven a formarse.
- Pueden sobrevivir en el agua durante largos períodos de tiempo, mientras esté fría.
- En un cadáver, ambos lados de la epidermis (externo e interno) pueden proveer una huella.
- En las manos y pies, la dermis (la piel situada bajo la epidermis) también posee surcos y puede ser utilizada para crear un patrón de la epidermis.
El dedo de Galassi fue hallado en el tracto
digestivo de la trucha. Nunca sabremos cuánto tiempo pasó desde el
accidente hasta que el pez se tragó el dedo. Sin embargo, Bayle piensa
que aunque la gruesa capa de epidermis hubiese sido digerida, el dedo de
Galassi de igual forma hubiese podido ser identificado por su dermis.
"Podemos moldear (el dedo), con látex, por
ejemplo, y luego podemos teñir ese molde. O también se puede teñir la
dermis y enrollarla en algo con forma de dedo. Una vez que tengamos
algunos surcos, podemos colocarlos en la computadora".
En el caso de Galassi, la policía de Idaho pasó
un día investigando archivos y reportes que pudieran ayudarlos a
identificar de dónde pudo haber provenido el dedo. Luego tomaron las
huellas dactilares y enviaron el dedo al laboratorio forense de la
policía del estado, en donde técnicos fueron capaces de identificar al
dueño.
"Una de las últimas cosas en desaparecer cuando uno muere son las huellas dactilares", concluye Bayle. "Son muy duraderas".