La exigencia de una Asamblea Constituyente –representativa de chilenos y chilenas sin exclusión- que le devuelva al pueblo de Chile su soberanía y que nos permita elaborar un nuevo contrato político y social que exprese los intereses de todos los sectores del país, ha cobrado fuerza en el seno de la sociedad chilena. Los herederos de la institucionalidad pinochetista y sus medios de comunicación reaccionaron de inmediato, asociando dolosamente esta iniciativa a procesos recientes en otros países sudamericanos de los cuales se declaran férreos enemigos. Sin mencionar que las democracias europeas y anglosajonas que admiran nacieron gracias a procesos constituyentes.
Por eso me parece necesario enumerar algunas de las razones que han convertido a la Asamblea Constituyente en un camino no sólo posible, sino necesario. ¿Quieres ver más?