Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

miércoles, 26 de enero de 2011

Colegios nuevos tendrán plazo para mejorar su rendimiento o perderán la subvención

Medida es parte del acuerdo entre Mineduc y Concertación, y será analizada en proyecto de ley que crea la Superintendencia de Educación.

Los apoderados de la comuna de La Pintana tienen el triple de opciones de escoger colegio que hace una década, según datos del Instituto de Políticas Públicas de la UDP.
Así también sucedido en casi toda la Región Metropolitana y en el país. En una década han aparecido más de mil nuevos colegios, de los cuales 400 están en la Región Metropolitana. Sin embargo, en el mismo período bajó la natalidad. Entre 2007 y 2009, toda la educación perdió 170 mil alumnos.
La tasa de colegios por alumnos ha pasado de 15 escuelas básicas cada mil estudiantes en la Región Metropolitana, en 1999, a 20 escuelas cada mil en 2009, lo que representa un aumento del 33%.
Sin embargo, la calidad de las escuelas no ha mejorado a igual ritmo. En La Pintana, por ejemplo, el Simce promedio para 1998 llegaba a 243 puntos en Lenguaje y 235 en Matemáticas, y 10 años después había bajado cinco puntos en Lenguaje y 14 en Matemáticas.
Por ejemplo, el colegio municipal El Olivar, que tiene al 27% de sus alumnos en nivel avanzado, según el Simce, y al 39% en nivel básico, ha perdido 832 estudiantes en los últimos años, según datos de la UDP. Cuatro colegios subvencionados ubicados a pocas cuadras se han llevado gran parte de sus alumnos, pero ellos son de peores resultados: tienen entre el 65% y 90% de sus escolares en nivel básico, según el último Simce.
"En Chile, los padres tienen más opciones de escoger colegio, pero no necesariamente de mejor calidad", sentencia Gregory Elacqua, director del Instituto de Políticas Públicas de la UDP. Según sus datos, un tercio de los colegios subvencionados creados en la última década tiene a más de la mitad de los alumnos en el nivel inicial de rendimiento.
Por eso, uno de los temas más polémicos del debate para aprobar la ley que modificó el Estatuto Docente fue el de buscar fórmulas para regular la entrada de nuevos establecimientos. En la ley que se aprobó se dobló el capital para abrir un colegio: por ejemplo, cuando se trata de un establecimiento de menos de 200 niños, se requerirán 200 UF de capital inicial, en vez de las 100 UF que se necesitaban antes.
Pero lo más importante es que se propondrá, en el proyecto de ley de Agencia de la Calidad que aún se tramita en el Congreso, que los nuevos establecimientos que se incorporen al sistema ingresen en la categoría de desempeño "Medio-Bajo". Esto implica que los dos primeros años serán visitados por dicha agencia, con el fin de evaluar su desempeño, y podrán recibir apoyo del Mineduc. Pero tendrán un plazo máximo para lograr un desempeño aceptable. En el proyecto de ley , que crea la superintendencia, deberá estimarse el plazo específico para que los colegios entrantes mejoren su nivel.
"No se trata de regular la entrada, sino de asegurarse de que los colegios donde el Estado invierte recursos sean de buena calidad", dice Elacqua.
Juan Pablo Valenzuela, del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile, agrega otro factor: "Un sistema con recursos limitados y cada vez más actores afecta económicamente a los colegios municipales y a los subvencionados". En resumen, más actores se reparten a menos niños. A ello hay que agregar que cuando se estimó el monto de la subvención, los cursos tenían 45 alumnos por sala. Hoy no tienen más de 30 como promedio. Y el 80% de los costos de los colegios es fijo. "Hay demasiados colegios. Desde nuestra experiencia, hemos visto que un colegio urbano de menos de mil alumnos es deficitario", dice Patricia Matte, presidenta de la Red de Colegios SIP.
Para los sostenedores, la medida es positiva, siempre y cuando los plazos sean mayores. "Un colegio necesita seis u ocho años para aplicar un modelo de gestión de calidad", dice Rodrigo Bosch, presidente de Conacep.

El caso de otros países

En Holanda y Bélgica, donde más del 50% de la matrícula está en manos de colegios subvencionados, el Estado aprueba la apertura de un nuevo establecimiento sólo si existe un número mínimo de estudiantes en determinada zona geográfica.
En Holanda, también se regula la mantención de la subvención según la matrícula que mantienen los establecimientos antiguos. Para los colegios urbanos, el mínimo es 143 estudiantes en primaria y 69 en zonas rurales. De lo contrario, los colegios deben fusionarse o cerrar.
En EE.UU., la legislación depende del Estado. Por ejemplo, en Connecticut, los colegios privados con financiamiento público no pueden superar el 25% de la matrícula del Estado. En Arkansas y Columbia, los futuros sostenedores deben realizar una solicitud formal, detallando la misión del colegio, plan educativo, presupuesto anual, las calificaciones de los docentes y la infraestructura.

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