Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

sábado, 4 de septiembre de 2010

"Un buen director no es el que echa "a los malos profesores", es el que los ayuda a mejorar"


Tienen metas claras, son emprendedores y respetan a sus maestros. Así son los buenos líderes escolares según Stephen Anderson, experto de la U. de Toronto".
"Un buen director no es el que echa "a los malos profesores", es el que los ayuda a mejorar"
Hace dos semanas el Ministerio de Educación anunció que entre sus prioridades de este año se encuentra el fortalecimiento de la labor de los directores. Algo que el académico del Ontario Institute for Studies in Education, de la U. de Toronto, Stephen Anderson, aplaude: "Potenciar el liderazgo no es un desafío sólo de Chile, sino mundial. En general, es un asunto que ha sido desatendido por los gobiernos".
Este canadiense, con una larga trayectoria estudiando el tema en su país, Estados Unidos, África y Asia, afirma que por años las políticas públicas han buscado influir directamente en los colegios, saltándose al director. "Se los ve como administradores de las escuelas, no como figuras centrales en su mejoramiento", dice el experto, quien participó en un foro realizado en Copiapó por Fundación Chile y Fundación CAP, en el marco del programa Mejor Escuela, además de visitar colegios y universidades como la Católica de Valparaíso.
-¿Cómo es un buen director?
"Es el que pone el énfasis en la calidad de la enseñanza y lo hace basado en los resultados de sus alumnos. Sabe usar esos datos, detecta los problemas que revela esa información y propone las innovaciones necesarias en la sala de clase. Eso es clave, porque si el director propone cambios sin basarse en la evidencia, no motivará a los profesores".

-¿En Canadá los directores reciben alguna preparación especial?

"Tienen que pasar un curso de certificación y deben tener un magíster en educación. Los cursos los dictan las universidades, pero el gobierno fija los estándares. Es un proceso importante, pero no forma a un líder. Por eso, los distritos -el equivalente a los sostenedores en Chile- deben realizar procesos de formación continua".

-¿No basta sólo una formación al principio de su carrera?

"No, porque son pocos los directores que tienen un carisma y aptitud innatos para ser líderes excelentes y no podemos hacer políticas públicas pensando en que todos nacen con ese talento. Por eso hay que creer en el potencial del sistema de generar líderes, de lo contrario no hay mejoras. Entiendo que ahora en Chile los colegios deben hacer planes de mejoramiento, con metas anuales. Es una buena práctica, pero si bastara con eso, todas las escuelas del mundo tendrían éxito y no es el caso. Sin un liderazgo fuerte los planes pueden quedar sólo en el papel".
-En su experiencia, ¿qué cualidades de un buen director le han causado mayor impresión?
"Que trabajan hasta muy tarde y son buenos para buscar recursos, tienen una mentalidad emprendedora. Además, que respetan mucho a sus maestros, saben que hay unos más fuertes que otros, pero no necesariamente piensan en echar a los 'malos'. Al contrario, los ayudan a mejorar. Están en contacto con ellos, van a ver clases. Y no lo hacen porque sean expertos en lectura, matemática o ciencia, sino porque quieren saber lo que está pasando".
-Acá los directores se quejan porque tienen pocas atribuciones.
"Eso pasa en los sistemas públicos de todo el mundo. ¡En Canadá es casi imposible echar a un profesor! La falta de autonomía es un hecho, pero también es una forma de ver las cosas. Siempre hay trabas para la gestión escolar, pero también siempre hay directores capaces de liderar, que se atreven a probar las posibilidades y a desafiar esos límites".

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