Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

sábado, 4 de septiembre de 2010

POR EL DERECHO A TRABAJAR EN PAZ Y ARMONÍA


Aquellas personas que generan un mal ambiente de trabajo están destinadas a jamás sobresalir y vivir solas para siempre. La misión de un buen líder es guiar a sus trabajadores para que exploten sus potencialidades y las pongan al servicio de la organización.
Es ineludible. En cualquier momento de nuestra vida nos toparemos con alguna persona indeseable. Ya sea un mal profesor, un mal individuo o dentro de una organización, un mal jefe. Desafortunadamente en el caso de éstos últimos, los ejemplos abundan y hacen que la gente que se encuentre bajo su mando o supervisión, viva una verdadera pesadilla por los incorrectos procedimientos de dicha persona.
Lo peor de todo es que estos individuos no caen en cuenta de su error y creen que su proceder es el indicado, producen un mal efecto en toda la organización y causan innumerable perjuicios para la misma. La mayoría de estas personas no tienen ni idea de las responsabilidades que implica tener el mando, tales como la correcta dirección, administración o liderazgo, y cortan las buenas intenciones que puedan tener sus subordinados.
Así mismo, conocemos muchos casos de personas aburridas con sus jefes, pero no levantan su voz de protesta por miedo a perder el empleo o a que los juzguen mal. Unas, por el contrario, tratan de buscar nuevos y mejores horizontes en otras organizaciones que sí valoren su esfuerzo y las traten de una buena manera y donde puedan desarrollar todas sus habilidades y potencialidades

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