Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

jueves, 15 de julio de 2010

¿QUÉ TIPO DE OPOSICIÓN ES CAPAZ DE HACER LA ACTUAL CONCERTACIÓN?


legislaron en contra de los trabajadores, rebajaron al mínimo los impuestos a las empresas transnacionales...hoy dicen los dirigentes concertacionistas que están dispuestos a luchar en contra de ello. ¿Habrá que creerles si aún no reconocen su culpabilidad?
LOS DATOS DUROS y las realidades insoslayables señalan que el de hoy no es el mejor momento ‘concertacionista' para retomar una acción política que reanime y oxigene aquellos ideales que, durante décadas, impregnaron el alma del pueblo, toda vez que en estos últimos años tales sentimientos políticos han subsistido semi asfixiados bajo las miasmas del neoliberalismo salvaje, el cual construyó un extenso pantano engatusando a millones de seres haciéndoles creer que se trataba de un fértil valle.
La Derecha obtuvo finalmente el mando gubernamental que tanto deseó desde la caída de Pinochet, lo cual desarmó anímica y administrativamente a una Concertación que carece de alma y voluntad para hacer oposición efectiva.
Ello ha dejado al país sumido en un pantano político donde el sitio más fangoso está representado, precisamente, por los sectores descolgados de la antigua Concertación, quienes han servido de marionetas lúdicas (o ‘tontos útiles') a los intereses del neoliberalismo salvaje, como ha sido el reciente caso de aquel senador (ex ‘progresista') que dio su voto decisivo en el senado para la aprobación del miserable aumento del sueldo mínimo en exiguos $187 diarios (ciento ochenta y siete pesos), los que ni siquiera alcanzan para pagar el alza de un pasaje del ya insoportable sistema llamado Transantiago ($200 por dos pasaje individuales diarios).
En estos tristes asuntos -y en otros aún más relevantes- los dirigentes de varias tiendas concertacionistas deben guardar silencio, bajar la cabeza y aceptar callados la lluvia de críticas, ya que fueron ellos -y solamente ellos- quienes dejaron servido el plato a la derecha dura para que esta realizara todas las barbaridades anti trabajadores y anti clase media que hoy observamos con alarma cada día.
El caso de los despidos a granel en el sector público debe ser endosado no solamente a los ultristas y talibanes financieros que Piñera tiene como asesores en materias de economía, sino también a quienes co-gobernaron con el empresariado transnacional durante 20 años legislando en beneficio del capital financiero preferentemente, sin haber oficializado desde La Moneda y el Congreso Nacional UNA SOLA LEY en defensa del factor Trabajo, con lo que permitieron a esta actual derecha predadora encontrar campo abierto en la administración pública para cometer todas las arbitrariedades que deseaban realizar desde el día mismo en que Pinochet abandonó La Moneda.
De tal modo entonces, con un amplio historial de entreguismo, pusilanimidad y mayordomismo, iniciado visiblemente al día siguiente del Plebiscito de octubre de 1988 y sellado en el olvidado Plebiscito del 30 de julio de 1989 (muy bien expuestos en el libro "Chile: una democracia tutelada", escrito por el sociólogo y ex PDC FelipePortales), la actual Concertación -y algunas de sus desacreditadas cúpulas- se encuentra hoy ética y políticamente imposibilitada para realizar una oposición real al gobierno ultra capitalista de Piñera. Esta Concertación, con las jerarquizadas dirigencias familisteriales que continúan al mando de tiendas como la DC, el PS y el PPD, ya huele a cadáver que hiede y que debe ser enterrado a la brevedad para no gangrenar a todo el arco opositor.
A tal extremo profunda es la obnubilación política de las tiendas mencionadas, que el último despiste o patinazo político lo ha protagonizado uno de los candidatos a la presidencia del PS, un diputado y ex Ministro del Trabajo durante el gobierno de Bachelet, el cual pretende promover la puesta en marcha de una AFP estatal. Si ella se creara, ¿de que serviría, si con absoluta certeza estaría dirigida por un ex alto ejecutivo de las AFP's privadas funcionando bajo sus mismos criterios, y por tanto sin poner en peligro las altas ganancias del sistema ni al sistema mismo?
Hoy, una AFP estatal haría el idéntico triste papel del olvidado Plebiscito del 30 de julio de 1989: es decir, legitimar aún más el estafador y concentrador sistema de AFPs de lo que ya hicieron los cuatro gobiernos concertacionistas tutelados y auto amarrados de manos. Esa AFP estatal debió haber sido propuesta hace 10 años, pero nunca tuvo el visto bueno de los todopoderosos ministros de Hacienda neoliberales de los gobiernos Lagos y Bachelet (léase, sin temor a error: Nicolás Eyzaguirre y Andrés Velasco). ¿Quiere la Concertación actual hacer ahora las tareas pendientes para que las administre la derecha a su regalado gusto? Absurda propuesta e ilusa forma de plantear acciones de oposición política.
Por esos mismos motivos, la anunciada tarea opositora de esta Concertación a medio vestir con harapos evidentes, ¿va a acometer con fuerza para poner de pie lo que ella misma dejó de cabeza en estos 20 años de trabajo mayordomil? Nadie olvida que esa herencia fue la contribución de los ‘progresistas renovados' al saqueo inmoral de nuestro cobre, asunto que desde 1983 nos ha significado no percibir US$500.000 millones (de dólares de hoy) entre ingresos directos no recibidos, robo de subproductos no declarados en concentrados, pérdidas falsas, privilegios impositivos de la dictadura mantenidos y hasta ampliados en 1990-2009, etc., lo cual constituye un enorme patrimonio minero, económico y social dilapidado por los "cerebros" de una Concertación entregada de pies y manos al empresariado transnacional... agregando a ello el inimaginable porcentaje de recursos acuíferos que esas empresas mineras transnacionales utilizan a destajo, dejando sin el vital elemento a decenas de pequeños valles donde los chilenos viven de las faenas agrícolas, condenándolos rápidamente a una miseria mayor debido a la depredación del suelo y contaminación de las aguas.
Podríamos gastar muchas páginas escribiendo en ellas los desaguisados que el bloque concertacionista cometió en sus cuatro gobiernos; desaguisados que por cierto atentaron -y siguen haciéndolo- no sólo contra las clases desposeídas sino, específicamente, contra la independencia y soberanía de nuestro país, el cual fue entregado gratuitamente a las insaciables fauces transnacionales, mismas que ahora esta Concertación (coja, tuerta y famélica) dizque está con voluntad, conciencia y ánimo disponibles para enfrentar y derrotar. ¿Es posible creerle?
Si esta última pregunta obtiene por respuesta un rotundo ‘SÍ' de las dirigencias de tiendas como el PDC, PRSD, PS, PPD y PC -luego de la necesaria y pública autocrítica y reconocimiento de haber servido a la derecha pinochetista como mayordomos o tontos útiles durante 20 años- se hace entonces imprescindible elaborar el programa popular que debería servir de base a la lucha política que habrá de librarse en estos próximos cuatro años y, luego, obviamente, de andamiaje intransable para un futuro gobierno concertacionista.
Tal como ya lo expuse en un artículo anterior, si los dirigentes de la Concertación quieren recuperar la confianza y apoyo del pueblo, tendrían que reflexionar seriamente respecto de estos temas y procurar un cambio drástico en su accionar. Ello es plenamente posible. Basta comenzar con la verdad como estandarte. Y no estamos hablando aquí de verdades a medias, sino de aquellas que se desglosan de las opiniones reales, auténticas, íntimas, que parlamentarios y políticos de todos los colores y pelajes tienen respecto de las materias que interesan a los chilenos.
Si se está de acuerdo con legalizar la marihuana, díganlo. Si se cree que el aborto es un asunto que debe ser decidido únicamente por la mujer que está en situación de embarazo no deseado, díganlo. Si se piensa que el imperio norteamericano es un depredador y merece que le den una zurra de vez en cuando, díganlo, hablen con la verdad. Eso se agradece y se aplaude, aunque no se comparta. De ello se trata realmente la actividad política decente, democrática y seria.
Por cierto, a lo anterior es imperativo añadir la recuperación total y universal de nuestros minerales por la vía de una nueva nacionalización, así como diseñar una legislación laboral que en absoluto transforme a los trabajadores -como sucede hoy- en vulgares elementos desechables sin derecho a nada que escape más allá del mísero salario recibido de manos de un empresariado expoliador, el cual cada día engorda económicamente a niveles de obesidad mórbida en este país que les perdona impuestos, royalties y mil gabelas que en otras latitudes son el pan de cada día.
Parte activa de ese programa de oposición (y luego, es de esperar, de gobierno) lo constituye una reforma impositiva de fondo, obligando -por fin- a las empresas a pagar impuestos en porcentajes civilizados y no de socios bucaneros. Obliga también esa programación a rediseñar la negociación colectiva y extenderla al mayor número posible de trabajadores, sean estos públicos o particulares, ya que ella es la única fórmula válidamente comprobada para reducir la profunda y clasista brecha económica que hoy tiene a Chile ubicado en la lista de los 10 países más injustos del planeta, económica y laboralmente hablando.
Así, tal como es posible barruntar, muchas de las materias que la actual deshilachada Concertación considera dignas de incorporar al cuaderno de tareas opositoras, proceden de los entreguismos, errores, cobardías y corrupciones de los propios cuatro gobiernos del bloque otrora ‘progresista'. Y estas, las materias sucintamente señaladas, conforman apenas el 20% de las metidas de pata y porrazos voluntarios que las administraciones de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet experimentaron conscientemente, pensadamente, adrede, en beneficio del capital transnacional y en deterioro de la misma gente y del mismo país que hoy, con un cinismo político que asombra (ya que no hay reconocimiento de culpabilidad), aseguran estar dispuestos a ‘defender y salvar'.
Por ello, lo dicho: señores actuales dirigentes de partidos de la Concertación (muy en particular los que conforman ‘familisterios' en la DC, PS y PPD), hablen con la verdad. Eso se agradece y se aplaude, aunque no se comparta. Sólo de ese modo y de ese talante, la gente -y en especial la juventud- podrá confiar nuevamente en las tiendas políticas que conforman el bloque concertacionista.

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