Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

lunes, 23 de noviembre de 2009

CORRUPTO YO, CORRUPTO TU, CORRUPTO ÉL, CORRUPTOS ...

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Es corrupto un hombre que trabaja en un puesto donde no es para nada competente. Llegó allí, porque se lo consiguió un amigo corrupto, que pudo hacer algo corrupto por él. La sociedad a la cual pertenece el hombre corrupto, permite estas cuestionadas prácticas, porque no existe ni el clamor popular para terminar con éstas ni tampoco voluntad en las elites, que son las gentes que detentan entre otras cosas el poder, y que bien podrían ejercerlo para terminar con ellas. No hay interés en hacerlo.
Un mandatario es corrupto cuando ha engañado a los mandantes que lo eligieron. Ejemplo de ello es prometer “justicia en la medida de lo posible” y cuando ello es posible, se olvida lo prometido. Igual cosa ocurre con el que dijo con el propósito de ser elegido en segunda vuelta, “que había que escuchar la voz del pueblo” y cuando termina su período se jacta, que ahora tiene por amigos, a los enemigos de los amigos que lo eligieron.
Un empleado público o privado, debería postular a un cargo, igual como lo hacen los estudiantes que rinden la P.S.U: con un simple número. Allí debiera quedar consignados los méritos del postulante, y al ser aceptado, todo el mundo debería tener acceso a la información que se tuvo a la vista para ello.
Es enteramente corrupto que una Derecha recoja las banderas que desechó una Izquierda, aduciendo que la muy corrupta le arrebató las propias.
Y así como fue corrupto gobernar con decretos-leyes durante un período de emergencia que no fue tal, puesto que duró muchos años; entonces, es también corrupto mantener un partido instrumental, que ni siquiera tiene principios, ya que se dijo fue diseñado para un período de emergencia que tampoco resultó ser tal. Y que para sorpresa de nadie, permanece en el tiempo muchos años.
Desde luego es corrupta una transición que dura ya 17 años, por el solo hecho de ser permanente y no transitoria como su nombre lo indica.
Es enteramente corrupto decir una cosa por otra. Es corrupto un sistema electoral que diciéndose democrático, obliga a los concurrentes a ratificar lo que han designado las cúpulas de “obligadas alianzas”. Y por cierto que es muy corrupta la práctica de esas mismísimas alianzas, de acordar tácitamente impedir la expresión de las minorías.
Lo es también, la sociedad circunscrita a un lindo país llamado Chile, que permite que en su íntimo y entrañable hogar, ocurran odiosas diferencias entre sus miembros: “Los niños que nacen en La Pintana tienen el doble de posibilidades de morir antes de llegar al año de vida que los que nacen en Vitacura,” (1). Y extremadamente corrupto, es el hecho de tener 60 veces más de posibilidades de morir de cáncer al esófago la de los chilenos sin educación, comparados con otros chilenos que tienen más de 13 años de estudios. (2)
Tarde o temprano, estos estados de corrupción mayor, descritos anteriormente, terminan generando incontables casos de despreciables corrupciones menores, que dan tema para despreciables comentarios, como es el caso del denominado “escándalo de Chile deportes”, que no es más que una derivada de antiguos despreciables escándalos ocurridos en la otrora Digeder, generando ocasionales posturas aparentemente diferentes que terminarán muy pronto, para ser remplazados por otros casos ciertamente despreciables que vendrán ocurriendo sucesivamente en el corto y en el largo plazo.
NOTAS:
(1) Fuente: Estudio de Iris Delgado, bioestadística de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo y Clínica Alemana, en base a las encuestas Casen. Publicado en “La Nación” en la sección Reportajes, pag. 17.
(2) Fuente: Ministerio de Salud. Publicado en “La Nación” en sección Reportajes, pag. 16.
Autor:René Dintrans

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