Autor: Daniela Muñoz
En 2016, 92 postulantes con capacidades diferentes respondieron el test, mientras que este año llegan a 452.
Víctor Silva es ciego, tiene 23 años y hace
tres rindió la Prueba de Selección Universitaria (PSU). La experiencia,
según cuenta, no fue la mejor, porque para completar el test otra
persona debió ayudarlo leyéndole las preguntas. “Tuve que estar en una
sala aislado del resto de los postulantes, con un ministro de fe y con
la persona que me leía la prueba, pero no tenía ninguna competencia,
actitud ni entonación para asesorarme”, relata.
Este problema se habría evitado, dice Víctor Silva, quien actualmente
estudia Sicología en la U. Católica Silva Henríquez, si para el proceso
hubiese existido un computador con un software especial para personas
ciegas. El ejemplo de este joven es uno de los que el Departamento de
Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) de la U. de Chile
tomó en cuenta para hacer una serie de cambios que apuntan a la
inclusión y equidad en la rendición de la PSU, según explica su
directora, Leonor Varas.
Así, las modificaciones se realizaron partiendo desde el formulario
de inscripción a la prueba, el que antes no incluía la consulta de si el
postulante tenía alguna situación de discapacidad. Esto trajo como
consecuencia que el número de personas con capacidades diferentes que
rendirán la PSU este año se quintuplicó en relación a 2016, pasando de
92 a 452 postulantes. Ellos podrán responder el test pudiendo contar con
algún ajuste, dependiendo de si su discapacidad es física, auditiva,
visual, intelectual o psíquica.
La encargada del área de inclusión del Demre, Alejandra Maldonado,
explica que “revisamos el proceso, evaluamos lo que funcionaba o lo que
no, conversamos con el Servicio Nacional de la Discapacidad, el Mineduc,
estudiantes que habían rendido la prueba años anteriores. Ellos nos
contaron su experiencia y conocimos las barreras que enfrentaban al
rendir la PSU”.
Según indica Maldonado, “hasta el año pasado las personas con
discapacidad eran tratadas como casos especiales, con una mirada médica,
se les pedían certificados y nos dimos cuenta de que no estábamos en lo
correcto”. Desde el proceso en curso, son vistos como cualquier otro
postulante, pero que requiere algún ajuste para poder desarrollar el
test sin problemas.
De esta forma, por ejemplo, por primera vez las personas sordas que
rindan el test, el próximo 27 y 28 de noviembre, podrán contar con un
intérprete en lengua de señas en cada sala y durante todo el desarrollo
de la prueba.
Leonor Varas, directora del Demre, destaca que “siempre nos preocupó
la equidad, de abrir sedes para llegar a lugares apartados y defender
los derechos de las minorías como son las personas aisladas, aquellos
que están en las cárceles”. Agrega que “antes considerábamos a las
personas con discapacidad, pero nos preocupábamos de manera primitiva y
ahora lo hicimos con un enfoque más moderno, que provocó un cambio en el
números de inscritos”.
Varas dice que el incremento en los postulantes en esta situación va a
generar nuevos desafíos y exigencias a las universidades para asegurar
que existan las mejores condiciones para recibirlos.
El rector de la U. Católica, Ignacio Sánchez, dice que el alza de
personas con discapacidad que se inscribieron para rendir la PSU,
“posibilita aumentar el acceso y las posibilidades de recibir a más
estudiantes que antes se restaban del sistema; esto es una gran noticia
para la educación superior del país”.
Sánchez manifiesta que “debemos avanzar en las políticas de inclusión , para capacitar a más profesores, adaptar los currículum, mejorar la infraestructura y realizar todos los cambios necesarios para acoger de mejor forma a los estudiantes. En la UC tenemos el programa Piane, que ha tenido una gran actividad durante los últimos 10 años y que sirve a la inclusión, acogida y graduación de cientos de estudiantes”.
Sánchez manifiesta que “debemos avanzar en las políticas de inclusión , para capacitar a más profesores, adaptar los currículum, mejorar la infraestructura y realizar todos los cambios necesarios para acoger de mejor forma a los estudiantes. En la UC tenemos el programa Piane, que ha tenido una gran actividad durante los últimos 10 años y que sirve a la inclusión, acogida y graduación de cientos de estudiantes”.
El vicepresidente del Cruch y rector de la U. de Valparaíso, Aldo
Valle, también destaca el avance en materia de inclusión y dijo que “aún
tenemos retrasos inaceptables”.
Él plantea que “los requerimientos de accesibilidad universal y de
recursos especiales para el aprendizaje no pueden exigirse sólo a las
instituciones. Sin estos apoyos, un mayor ingreso puede derivar en más
frustraciones. En consecuencia, ante estos cambios tan positivos, las
políticas públicas deben contribuir con mayor decisión para que estos
estudiantes, además de poder ingresar a las universidades, puedan
desempeñarse en condiciones de mayor igualdad y concluir sus carreras”.
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