Autor: Javiera Guajardo
La sala de calle Agustinas abrirá el año el 6 de marzo con un show extraordinario: Canto para una semilla, de Luis Advis, en homenaje a la artista chilena, con Inti Illimani, Isabel y Tita Parra.
Violeta Parra tenía siete años cuando
descubrió dónde escondían la guitarra. Cada vez que don Nicanor Parra
-su padre- salía de casa, ponía llave al cajón de la máquina de coser de
su esposa, Clarisa Sandoval. Tras descubrir el secreto, vino el robo.
Mirando las posturas de su padre, Violeta, apoyando la guitarra contra
el suelo, comenzó a sacar sonidos del instrumento y a cantar despacito
canciones que escuchaba a los mayores. “Un día que mi madre me oyó no
podía creer que fuera yo”, dijo para una entrevista en 1958, publicada
en la Revista Musical Chilena, y recuperada en Violeta Parra en sus
palabras, recopilación de entrevistas por Marisol García.
El encuentro entre Violeta y la guitarra de su padre es uno de los
recuerdos que se amontonan entre los primeros contactos que tuvo con el
mundo del folclor, mucho antes de convertirse en la cantora popular de
la historia musical de Chile y de recorrer el país en busca de cantos
perdidos.
Este 2017, Violeta Parra, la ‘recolectora de cántaros’ -como la
recordaría su hermano Nicanor Parra en Defensa de Violeta Parra-, con su
guitarra al hombro y su voz, con su talento y corazón devoto, cumpliría
100 años.
Después de vivir un siglo, y en el marco de su conmemoración, la
Fundación Violeta Parra, en conjunto del Consejo Nacional de la Cultura y
el Teatro Municipal de Santiago, preparan un homenaje que se realizará
el 6 de marzo, a las 20 horas, en el escenario de calle Agustinas. El
grupo Inti Illimani dirigido por Jorge Coulon, que celebra 50 años desde
su formación, interpretará Canto para una semilla, elegía compuesta por
Luis Advis (Cantata de Santa María de Iquique, 1970) a partir de las
décimas de Violeta Parra.
El grupo se presentará acompañado por las voces de Isabel y Tita
Parra, y la narración de la actriz Tamara Acosta y Javiera Parra.
“Violeta no fue reconocida en vida, por eso me parece súper
importante que se realice este homenaje”, dice Jorge Coulon, músico y
miembro fundador de Inti Illimani.
“Pasó todas las pellejerías que un artista podría pasar y nunca fue
reconocida en su grandeza de creadora, poeta y artista que fue. Chile se
lo debe, además en Violeta
Parra tenemos una personalidad que es de primer nivel en el mundo.
Creo que a través de sus 100 años hacemos no sólo un homenaje a su
música y a su historia, sino que a la mujer chilena” agrega.
El Municipal dará por inaugurado 2017 con este show extraordinario,
cuyas entradas ya están a la venta. El espectáculo estará dividido en
dos partes. La primera será el canto conjunto de Canto para una semilla,
que tiene una duración de 40 minutos; la segunda estará dedicada al
medio siglo de la agrupación chilena, que presenta su gira La exiliada
del sur. Durante el concierto se proyectarán también imágenes que
recorrerán la vida de la compositora.
La presentación en el Municipal es una de las numerosas celebraciones
que se inspiran en el centenario de la artista. Hoy, a las 12.30 horas,
en el auditorio del Centro de Extensión del Consejo de la Cultura
(Centex), ubicado en Plaza Sotomayor 233 (Valparaíso), se exhibirá en
forma gratuita el documental Violeta más viva que nunca. La cinta,
realizada por Angel Parra, reúne testimonios de amigos y cercanos, como
Gonzalo Rojas, Alejandro Jodorowsky, Gastón Soublette y Lalo Parra.
Mientras, el Museo Violeta Parra en Santiago planea hacer un cambio en
su muestra permanente en octubre, cuando se cumple el aniversario.
Canto autobiográfico
La tercera de los hermanos Parra Sandoval nació el 4 de octubre de
1917 en San Carlos, Provincia de Ñuble, y vivió su infancia en Chillán y
Lautaro. Ciudades donde cultivó sus aptitudes musicales: aprendió a
tocar la guitarra y el canto en compañía de sus hermanos menores. Con 14
años pescó sus pilchas, guitarra cruzada al cuello, y partió al
Santiago de 1932. Ya en la gran ciudad, bajo el cuidado de su hermano
Nicanor, Violeta ingresó a la Escuela Normal de Niñas, que abandonó
rápidamente llevada por su ímpetu juvenil que le dictaba hacer lo que
quería. Así, por esos años, apiló cuadernos con versos y canciones
propias.
Durante la década del 50, el influjo de su hermano matemático y
físico fue decisivo en su carrera artística. Entre muchos de sus
oficios, el de viajera recolectora de voces en extinción lo inició
empujada por de él. Gracias a esta tarea, se fue haciendo conocida poco a
poco en las localidades remotas del norte y sur de Chile. En paralelo,
la cantautora empezó un trabajo de autoconocimiento: redactar un libro
de décimas.
Las Décimas de Violeta Parra, escritas en verso y rima consonante,
fueron recopiladas y publicadas en 1970. Las mismas, de carácter
autobiográfico, recorren su vida desde la infancia hasta fines de 1958.
En 1971, Luis Advis junto a Isabel Parra e Inti Illimani
seleccionaron, arreglaron y grabaron un disco de 45 minutos titulado
Canto para una semilla. Esta elegía, interpretada por primera vez un año
más tarde, busca ser una aproximación a la vida y obra de Violeta,
pasando por las décimas Los parientes, La infancia, El amor, El
compromiso, La denuncia, La esperanza, La muerte, Epílogo y Canción
final.
Medio siglo
La trayectoria de la artista, con su voz sufrida, como deslizó en
entrevista con la Radio de la Universidad de Concepción en 1960, acabó
pocos meses antes de cumplir los 50 años. En paralelo al centenario de
su nacimiento, mañana se cumple medio siglo desde que se disparó en la
sien. Fue en 1967, a las 17.40 horas y en su carpa en La Reina, cuando
la llama artística de Violeta Parra se apagó por voluntad propia.
Mañana, desde las 11 y hasta las 18 horas, intervenciones de música,
danza y poesía se realizarán frente a su tumba en el Cementerio General.
El homenaje es ejecutado hace 20 años por el colectivo Canto General.
En la mañana del 1 de enero de 1967, un mes antes de suicidarse,
Violeta dio la que sería su última entrevista a René Largo Farías, en la
desaparecida Radio Magallanes. En ella habló de sus últimas
composiciones y las que hoy la sitúan al centro de la Nueva Canción
chilena: Gracias a la vida, Volver a los 17 y Run Run se fue pa’l norte.
Las reconoció como “las más enteras que yo he compuesto. Yo estoy
contenta de considerarme, en estos momentos, compositora”, dijo. Además,
expresó sus deseos para el año que comenzaba: “Que todos los deseos de
los chilenos se cumplan y que la Violeta Parra tenga la suerte de seguir
cantando como hasta ahora”.
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