En Elige Educar sabemos que a la
hora de lograr aprendizajes, todos los detalles importan. ¿Sabías que el
ambiente en el que aprendemos es uno de ellos y puede marcar la
diferencia? En el Día del Diseño quisimos conocer más detalles acerca de un proyecto multidisciplinario que está cambiando el diseño de las salas de clases de los jardines infantiles públicos de Chile.
Se trata del proyecto de Modelamiento del Ambiente Físico de Aprendizaje (MAFA)
que, bajo la premisa de que el mobiliario actual de los jardines
responde a requerimientos de hace más de 40 años, busca transformarlo
para relevar el ambiente de aprendizaje como un tercer educador, instalando una pedagogía consciente del lugar que logre impactar significativamente el aprendizaje.
Entrevistamos a Alberto González y Patricia Manns, académicos de la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigadores de MAFA, que junto a Cynthia Adlerstein,
académica de la Facultad de Educación y directora del proyecto, han
desarrollado esta iniciativa en los últimos cuatro años con
financiamiento público, en el marco de los proyectos I+D financiados
por Fondef-Conicyt y la UC. El año pasado lo implementaron en cuatro
salas experimentales de cuatro jardines de las comunas de Cerro Navia,
Renca, Peñalolen y Puente Alto, así como en los jardines UC, con mejoras significativas en el aprendizajes de los niños.
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¿Cuándo y cómo surge el proyecto MAFA?
¿Cuándo y cómo surge el proyecto MAFA?
Alberto: “El
proyecto tiene varias etapas. En un primer momento, desde la Junji nos
llegó la inquietud de que el mobiliario no era coherente con los
estándares antropométricos chilenos, debido al aumento de la altura de
la población en general. Con Patricia empezamos a repensar en el diseño, ya no solo desde las medidas, sino desde la relevancia que el ambiente de aprendizaje ejerce sobre las prácticas educativas, limitando
las oportunidades de aprendizaje y la calidad de la educación en el
ciclo inicial. Nos contactamos con Cynthia, del Programa de Educación
Parvularia de la UC, que estaba investigando el tema hace tiempo, y
armamos un equipo interdisciplinario que se materializó en el proyecto
MAFA”.
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¿En qué consiste la idea general del proyecto?
¿En qué consiste la idea general del proyecto?
Patricia: “La teoría de
la educación señala que el ambiente físico de aprendizaje es un factor
clave en la calidad educativa, después de la familia y las prácticas
pedagógicas, por lo que el proyecto busca innovar en el campo del
modelamiento del ambiente físico. Este concepto no ha sido considerado como un factor que favorece la resignificación pedagógica de los espacios educativos,
sobre todo en la educación inicial, ya que hasta ahora los ambientes de
aprendizaje han surgido de manera fragmentada, sin una mirada integral.
Para esto desarrollamos el modelo evaluativo MAFA, que nos permite
trabajar del concepto de habitabilidad educativa. El
sistema MAFA no son solo muebles, son tres componentes que
permiten vincular de manera efectiva los ambientes físicos de
aprendizaje, con las prácticas pedagógicas que involucran a los párvulos
y a los equipos técnico pedagógicos”.
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¿Cuáles son esos tres componentes del modelo?
¿Cuáles son esos tres componentes del modelo?
Alberto: “En primer lugar están los Soportes de Práctica,
que es el mobiliario propiamente tal, que son diferentes unidades y
elementos que promueven el diseño del ambiente por parte de los niños.
Esto permite que durante las clases el aula cambie su distribución entre
cuatro a seis veces, favoreciendo prácticas pedagógicas conscientes del espacio. El segundo componente es la MAFApp,
una aplicación para dispositivos móviles, diseñada para que las
educadoras documenten sus prácticas pedagógicas, produzcan comentarios y
puedan socializarlas dentro de la comunidad. Por último, está el DiME,
un modelo a escala del mobiliario de cada sala, para que los niños
puedan pensar, diseñar y tomar decisiones sobre cómo quieren usar el
espacio, para luego llevarlo a cabo”.
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¿Cómo fue la adaptación de las educadoras al proyecto?
¿Cómo fue la adaptación de las educadoras al proyecto?
Patricia: “Toda
innovación involucra un período de adaptación, sobre todo porque la
formación de las educadoras no contempla los conceptos que desarrolla
MAFA. Al principio, las educadoras pensaban que los niños se iban a
desordenar, pero con la práctica cotidiana, las capacitaciones y el
soporte continuo constataron que el sistema funciona de manera intuitiva, es decir, la participación de las educadoras y los niños permite descubrir su uso en conjunto, logrando mayor diversidad de actividades y prácticas al mismo tiempo”.
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¿Cuáles son los siguientes pasos del proyecto?
¿Cuáles son los siguientes pasos del proyecto?
Alberto: “Estamos en proceso de convertirlo en un sistema de productos y servicios,
que incluya no solo los componente de MAFA, sino que los servicios que
soportan su implementación, como inducciones, diagnósticos y mantención.
Como MAFA es un sistema, simplemente no se puede adquirir solo la
aplicación o solo los soportes, ya que se necesitan todo sus componentes
dentro del aula. Ahora estamos en proceso de inducción en 10 nuevos jardines experimentales de la Región Metropolitana y la Quinta Región“.
Y tú, ¿sabías que el diseño puede ser un
aliado clave para mejorar la calidad de nuestra educación,
especialmente de los más pequeños? Ayúdanos a difundir este proyecto
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