Me golpeo fuerte la foto donde sales con Raúl Torreblanca, con el fuimos colegas y amigos en el Liceo Gabriela Mistral.
En
mayo del aciago año 73, yo ingresaba al Gabriela como profesor de Ed.
Musical, ahí encontré a Raúl, a quien ya conocía desde fines de los años
60.
Mi hermano Oscar, llegó un día con un compañero de 6º
humanidades del Liceo Valentín Letelier. Era un flacucho simpático
llamado Raúl, que ya se destacaba por su gran sensibilidad artística,
tanto plástica como musical. Oscar, mi hermano siempre llegaba del Liceo
con hermosas mujeres dibujadas con grafito, o bien con caricaturas que
Raúl regalaba generosamente a sus compañeros de curso.
Aquel
año ingresé al Liceo, con cara de "centro-centro", la situación política
estaba revuelta, y la división del país se microreplicaba en el
Gabriela. Al ingresar a la sala de profesores habían dos bandos,
coincidentemente a mano izquierda estaban los "humanoides" como habría
dicho el filósofo Merino(el del vino), y a la derecha estaban los
seguidores del Psicodélico "padre Hasbun".
Por su parte
algunos profes fachos dirigían una brigada interna de "Patria y
Libertad". Como yo era pajarón nuevo, me llegaron invitaciones tanto de
los humanoides como de los fachoides. Verdad, aún recuerdo a una
simpática profesora que me vino a invitar a las reuniones de los
derechistas, sin embargo, aunque conservando mi cara de centro-centro
Raúl ya me tenía un asiento reservado en las reuniones del CUP(comté de
undad popular).
Ahí conocí a mi otro gra amigo Fernando
Arraño, excelente escritor y profesor de Castellano. También trabajaba
otro gran profesor de Castellano, Don Edmundo de la Parra, él había sido
de los fundadores del ITUCH(Instituto de Teatro de la U. de Chile).
Estos tres brillantes profesores son los que fundamentan ahora la siguiente historia:
Ocurrió
el golpe militar, y como bien sabemos vino la persecución en todos los
niveles de trabajadores y pobladores. El Gabriela, aún recuerdo recibió
la visita del brutal Dictador, que fue muy bien atendido por sus
adherentes. Por su parte nosotros, ya sabíamos lo que estaba ocurriendo
en nuestro Chile, en las poblaciones, la muerte de Allende había sido un
golpe también para nuestro sueños de una sociedad mejor, en fin,
mientras viviamos nuestro duelo internamente, no faltaron los profes
fachos que se paseaban por los pasillos e ingresaban a la sala de
profesores luciendo en sus solapas la swastica chilensis de Patria y
Libertad.
Un día de aquellos llegó la atenta invitación del
comandante del regimiento Buin, para los profesores de izquierda. Tenían
que presentarse en el Regimiento de acuerdo al listado entregado por
los informantes "sapos" del Liceo.
Llegado el día partieron
los profes a la citación del Comandante del Buin, como es de imaginar
iban muy preocupados, sin saber si volverían o quedarían retenidos en el
Regimiento. También en sus casas la preocupación era inmensa, eran
horas y tiempos de persecución, encarcelamiento y muertos flotando en el
Mapocho.
LLegaron los Profes al Regimiento, los recibió la
guardia y los hicieron pasar a un frío galpón, ahí tenían que esperar al
Comandante, que obviamente retardo su salida seguramente para
amedrentar más a los invitados. Así fue que apareció el mentado
Comandante, de gafas oscuras y bigote sanguinolento. Miró a la
concurrencia y sin siquiera saludarlos les habló con voz de mando, con
voz segura detrás de sus pistolas con la personalidad que le daba su
uniforme y sus ridículos bototos: "Señores los hemos convocado a este
lugar, porque sabemos que ustedes realizan reuniones políticas en el
Colegio, también hacen proselitismo político en sus clases, contaminando
las mentes de los jóvenes estudiantes. Levantó la voz les dijo
amenazadoramente, este es el primer y último aviso, y el que no entienda
tendrá que atenerse a las consecuencias.
Don Edmundo de la
Parra, profe valiente y corajudo, levantó su mano pidiendo la palabra,
el Comandante en un gesto de generosidad le cede la intervención, y el
profe Edmundo la replica:" Me extraña el trato tan poco deferente que
usted ha tenido con nosotros, porque yo tengo un hermano que es General
de la República y tiene el mayor respeto por la labor del profesorado".
¿Y quién es su hermano?
pregunta el Comandante, Edmundo contesta: "es el General____________de la Parra(no recuerdo el nombre).
Al
comandante le zapatearon los bigotes, se le apretaron todos los
esfinteres con salida al Universo Claro le habia hablado el hermano de
un superior en la jerarquía militar. De ahí en adelante el Comandantillo
cambio su discurso y les sugiere al profesorado que se olviden de la
política y que ustedes con esta digna profesión pueden ayudar a ser más
grande a Chile. Por tanto les pide que lo comprendan y que pueden
retirarse tranquilamente a sus casas.
En recuerdo de tres magníficos profesores: Raúl Torreblanca-Fernado Arraño y Edmundo de la Parra.
Roberto Morales Ávalos.
3 archivos adjuntos
No hay comentarios:
Publicar un comentario