Más de 360 de estos recintos obtuvieron la subvención. Dos de ellos remarcan la necesidad de tener un buen ambiente escolar. Estas escuelas recibirán recursos adicionales estatales para incentivar a los profesores en el aula.
M. Bustos
18 de septiembre del 2016 / 04:00 Hrs
Este año, 369 colegios recibieron por primera vez la excelencia
académica, acreditación entregada por el Sistema Nacional de Evaluación
de Desempeño (Sned).
Uno de estos establecimientos fue el Liceo Manuel Montt de Victoria,
en La Araucanía. Allí, hace 10 años comenzaron un proceso para poder
lograr la distinción en esta escuela técnica. De acuerdo a su directora,
Magali Orellana, se inició con un plan para mejorar la convivencia
escolar. “Partió un trabajo profundo, donde participaron todos los
estamentos: alumnos, profesores y apoderados”, explicó Orellana.
Luego de eso, el objetivo fue mejorar la motivación de los profesores
del establecimiento, “para que ellos entendieran que son capaces, que
nuestros alumnos son capaces”, agregó la directora, quien dijo que el
liceo, que tiene una matrícula de 876 alumnos, posee un alto índice de
vulnerabilidad, alcanzando un 92%.
Para ella, todo lo anterior dio paso a que los estudiantes
comenzaran a mejorar sus resultados en el Simce. En la última medición,
según ella, el establecimiento obtuvo 236 puntos en lenguaje, 16 puntos
más arriba que sus pares, otros liceos técnicos, a nivel nacional.
Orellana indicó que los resultados del proceso “significan que estamos
haciendo bien las cosas”.
Y son los docentes del establecimiento los que están más felices con
la excelencia académica, ya que recibirla no sólo significa ser
catalogado como un buen colegio, sino que también permite a las escuelas
recibir un incentivo económico para los profesores.
“Ellos nunca pensaron que se podía, pero siempre han continuado con
su trabajo”, dijo Orellana, quien remarcó que el desafío continúa, ya
que “debemos mejorar las debilidades que tenemos, pero también
fortalecer aún más lo mejor de nosotros”.
Mejor ambiente
En Iquique, en la Escuela Thilda Portillo Olivares, cuando supieron
que obtuvieron la excelencia académica, pensaron en el proceso que
comenzó en 2013, cuando llegó la nueva directiva liderada por Héctor
Inostroza.
“Cuando llegamos nos propusimos como objetivo obtener la excelencia,
pero no necesariamente enfocándonos en subir las notas, sino que en
trabajar para recuperar la felicidad de los niños”, dijo Inostroza,
quien remarcó que el establecimiento tiene un índice de vulnerabilidad
superior al 70%.
Según el director, cuando llegó al colegio, había un problema serio
de convivencia. “Había mucha pelea, y algunas familias eran
disfuncionales, por lo que comenzamos a trabajar en eso”, explicó.
De esta forma, el establecimiento se esforzó por mejorar el ambiente
escolar, para dar más afecto a los niños, así “fueron mejorando su
conducta y, por añadidura, también sus logros académicos”, dice el
director, quien remarcó que para mejorar el rendimiento de los
estudiantes es necesario que ellos se sientan protegidos, ya que así
“tienen una mejor disposición para trabajar y se hacen más responsables
de sus notas. No le dimos tanta importancia al contenido, en un
principio, nos importó que los niños estuvieran felices”.
Acá también fue importante la participación de toda la comunidad
académica. En ese sentido, Inostroza señaló que “fue importante trabajar
con los apoderados, alumnos y los profesores, para así recuperar la
confianza”.
También en la Escuela Thilda Portillo Olivares se plantearon, la
directiva y los profesores, “ser una escuela democrática y
participativa, donde todas las opiniones importan”, dijo el director.
En otro establecimiento donde ya corroboró que un mejor ambiente
ayuda para lograr la excelencia académica es en el Colegio San Joaquín,
ubicado en Renca, el cual este año mantuvo la categoría.
Magdalena Plant, directora del establecimiento, señaló que en esta
escuela se puso un énfasis en la convivencia. “Tenemos un programa de
virtudes, donde se trabajan la responsabilidad, el compromiso y el
esfuerzo. Así formamos personas y los niños tienen confianza en el
rendimiento académico”.
Pero también se trabajó la gestión y planificación de clases.
En ese sentido, Plant explicó que “aquí los profesores son
acompañados por equipo de coordinadores y existe un foco en el
aprendizaje, ya que las horas de clases se aprovechan al máximo”.
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