Chile
tiene uno de los sistemas de educación más segregados del mundo. Así lo
ha dicho la OCDE. Nuestro sistema nos separa por nivel socioeconómico,
por barrio, por ser o no inmigrante, por tener o no discapacidad, sólo
por dar algunos ejemplos. En Chile, podemos saber las características de
las personas por el colegio al que asisten. Sabemos, por ejemplo, que
si alguien tiene discapacidad probablemente asiste a una escuela
especial o, si tuvo suerte, a un colegio municipal. ¿Es esto bueno para
el país?, NO, y lo dice la UNESCO y países desarrollados que cuentan con
sistemas de educación de mejor calidad que el nuestro. La Reforma
Educativa chilena lo ha entendido y está haciendo intentos por
cambiarlo, pero la tarea no es fácil.
El primer paso que dio la Reforma fue cambiar lo que
históricamente entendíamos por inclusión. Ya no se trata sólo de lograr
que estudiantes de todas las condiciones socioeconómicas accedan a
educación de calidad –relevante pero incompleta definición de
inclusión–, sino de lograr que ninguna condición en los estudiantes se
convierta en inequidad. La Ley de inclusión dice textual “inclusión en
el sistema de educación es la eliminación de todas las formas de
discriminación arbitraria que impidan el aprendizaje y la participación
de los y las estudiantes y que es deber del Estado propender a asegurar a
todas las personas una educación inclusiva de calidad”, y agrega
“asimismo, es deber del Estado promover que se generen las condiciones
necesarias para el acceso y permanencia de los estudiantes con
necesidades educativas especiales en establecimientos de educación
regular o especial, según sea el interés superior del niño o pupilo”. La
Reforma define a nuestro sistema de educación como uno que DEBE ser
inclusivo y, por lo tanto, sus componentes deberán ajustarse para dar
cumplimiento a esta definición. El ajuste de sus componentes tomará
varios años, pero algunos ya han comenzado a hacerlo.
Entre los avances importantes que se han hecho
destaca el cambio en el sistema de admisión de estudiantes a
establecimientos de educación regular. La Ley de inclusión señala que el
sistema de admisión de estudiantes a educación regular deberá ser
inclusivo y, para lograrlo, los colegios deberán utilizar admisión por
sorteo. La misma Ley elimina el lucro, y con él, los incentivos en
algunos sostenedores por aumentar utilidades a costa de no atender
adecuadamente las necesidades de algunos de sus alumnos o, incluso, a
costa de no aceptarlos. La Ley de Carrera Docente incorpora dentro de
las competencias necesarias en nuestros profesores la atención a la
diversidad en sus estudiantes integrándola en su formación inicial, en
la formación continua que entrega el Ministerio de Educación y como
especialización durante el desarrollo profesional de los docentes. El
SIMCE también ha comenzado a considerar la inclusión puesto que ha
incluido elementos de accesibilidad a estudiantes con discapacidad.
Sin duda el camino que queda por recorrer para afirmar que Chile cuenta con un sistema de educación inclusivo es largo. Será necesario evaluar el resultado de los avances ya logrados, y perfeccionarlos si la evaluación así lo recomienda, pero también se deben modificar elementos del sistema. Así, en el corto plazo, el Proyecto de Ley de Educación Pública deberá considerar la inclusión, también la Reforma a la Educación Superior, la Reforma a Educación Parvularia y la política de educación técnica.
Sin duda el camino que queda por recorrer para
afirmar que Chile cuenta con un sistema de educación inclusivo es largo.
Será necesario evaluar el resultado de los avances ya logrados, y
perfeccionarlos si la evaluación así lo recomienda, pero también se
deben modificar elementos del sistema. Así, en el corto plazo, el
Proyecto de Ley de Educación Pública deberá considerar la inclusión,
también la Reforma a la Educación Superior, la Reforma a Educación
Parvularia y la política de educación técnica.
Que el sistema de educación nos mezcle y nos permita
convivir con la diferencia nos hará bien como sociedad. Lo digo porque
lo he visto en terreno, pero también porque lo confirman diferentes
estudios. La inclusión mejora el ciclo de vida de quienes hoy viven
discriminación de parte del sistema, y mejora habilidades sociales en
todos los estudiantes. Y en Chile, país líder en segregación escolar, el
tamaño del aporte de la inclusión será particularmente grande.
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