“Un
sistema elitista apoyado en las leyes del mercado. Michelle Bachelet
promulgó la ley reclamada por los estudiantes. Desde la dictadura, en
las universidades estatales se pagaban altos aranceles. Y muchas
familias terminaban endeudadas. El cambio empezará en marzo”, afirma el
diario argentino, Clarín, sobre el comienzo de la gratuidad en nuestro
país.
El
diario argentino Clarín, en su edición de hoy, trae un artículo sobre
la promulgación de la ley corta que dará el vamos a la gratuidad el
próximo año, en que cuestiona el actual modelo educacional chileno y lo
vincula a la herencia de la dictadura.
“La presidenta chilena
Michelle Bachelet celebró ayer la aprobación en el Parlamento de la
esperada ley de gratuidad de la universidad pública, que rompe después
de cuatro décadas con el controvertido modelo de enseñanza que heredó de
la dictadura y que se basaba en las rígidas leyes del mercado”, se lee
en la entrada del artículo.
Junto con explicar el alcance de la
política gubernamental, Clarín se refiere así al conflicto educacional:
“El problema del financiamiento de la educación de los jóvenes se
arrastraba desde la reforma educativa que implantó la dictadura de
Augusto Pinochet, al obligar a las universidades públicas a
autofinanciarse y a imponer aranceles. Hasta ahora ninguna universidad,
incluyendo las estatales, era gratuita. Por el contrario, cobran tasas
anuales que ascienden a miles de dólares, desembolso que muchos
estudiantes y sus familias no pueden solventar”.
“Enviar a un
integrante del hogar a la universidad implica un enorme esfuerzo para
los hogares chilenos y un prolongado endeudamiento bancario. En Chile,
alrededor de la mitad de los trabajadores percibe salarios inferiores a
los 500 dólares por mes, y los costos anuales de las universidades
suelen rondar los 3.400 dólares. Pese al oneroso pago, tampoco se
garantizaba una educación de calidad”, continúa el texto.
Además
alude al movimiento estudiantil del año 2011: “La gratuidad
universitaria era un anhelo de millones de jóvenes chilenos, así como de
docentes y padres, que encabezaron desde 2011 las multitudinarias
protestas estudiantiles para exigir una educación sin costo, de calidad y
sin fines de lucro”.
Por último, sobre la fórmula de
financiamiento de esta medida, el emblemático diario argentino, explica:
“Para solventar la política, el gobierno hizo el año pasado una
profunda reforma tributaria que modificó el sistema impositivo en Chile
por primera vez en décadas. Uno de los principales cambios fue aumentar
en forma gradual los impuestos a las grandes empresas de 20% a 27%, lo
que permite sumar 8.300 millones de dólares a la recaudación y asegurar
así la financiación de la educación gratuita”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario