Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

lunes, 26 de octubre de 2015

Denuncian que Centro de Perfeccionamiento Pedagógico (CPEIP) del MINEDUC será un “negociado”


Lunes 19 de octubre de 2015
Por el proyecto de carrera profesional docente, el CPEIP recibirá por concepto de mentorías y certificaciones, $4.793 millones el 2107, $9.587 millones, el 2018 y $14.380 millones el 2019.
El 31 de enero de 1967, bajo el Gobierno de Eduardo Frei Montalva se formó el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas (CPEIP), en virtud de la Ley Nº 16.617 y comenzó a funcionar el 22 de noviembre de 1968. Se trata de una entidad, de la cual quizás usted no ha escuchado hablar, pero ahora sabrá por qué su nombre está en el centro de una polémica que recién comienza.
El CPEIP depende del  Ministerio de Educación y esta iniciativa tuvo, en su origen, la idea de aglutinar las distintas instancias de capacitación y perfeccionamiento realizadas en aquella época en favor de los profesores del país. Incluso, en la página web de esta entidad se señala expresamente que “desde su fundación, ha contribuido tanto nacional como internacionalmente al perfeccionamiento docente, con una clara orientación a la renovación de las metodologías de enseñanza y las estrategias de aprendizaje, alentando de este modo la innovación en las aulas”.
Al interior del Colegio de Profesores no se discuten los aportes que, durante años, el llamado Centro de Perfeccionamiento hizo. Como muestra, algunos ejemplos concretos y de los que, por lo demás, se deja constancia en el mismo sitio web del organismo: entre 1969 y 1995, estuvo a cargo de producir material audiovisual como herramienta de apoyo a los docentes, entre 1998 y 2003 desarrolló el programa de Perfeccionamiento Fundamental, orientado a que los profesores estuvieran al tanto de los nuevos programas de estudio que se lanzaban, y en 2011, publicó los Estándares Orientadores para Educación Básica.
Guido Reyes, Vicepresidente Nacional del Colegio de Profesores asegura a EL MURO que “el CPEIP fue creado, fundamentalmente, para la investigación pedagógica, para la formación y perfeccionamiento continuo de los profesores. Nosotros íbamos, hasta la década del ’80 a perfeccionamientos sistemáticos los primeros quince días de enero, o bien, los sábado, de acuerdo al trabajo que realizábamos en la enseñanza básica o media, o dependiendo de la especialidad de cada docente”. Agrega, a modo de ejemplo, de la importancia que este organismo tenía, que se dictaban cursos de perfeccionamiento en el verano de 60 horas y, durante el año, de 800 horas. “Eran cursos gratuitos y muy masivos. Todos los profesores de Chile participábamos en un proceso de perfeccionamiento constante y, por supuesto, de calidad, porque teníamos supervisores universitarios que nos monitoreaban y eran los responsables de evaluar nuestro desempeño dentro de los cursos”. 
Pero, ¿cuál es el problema que denuncian algunos profesores? El tema es que este centro habría perdido la razón por la que se creó y, en la práctica, dicen, desde hace años se ha convertido en un licitador de servicios y, peor aún, en un administrador de nichos de negocios. ¿Qué pasa, entonces, con las capacitaciones y el perfeccionamiento docente? Según las mismas fuentes consultadas, prácticamente no hay capacitación y, recalcan, que el organismo está focalizado en derivar a terceros los servicios y, es ahí, donde su accionar se transformaría en un negocio.
Cabe señalar que el pasado viernes 16 de octubre de 2015, se festejó el Día del Profesor y la Ministra de Educación, Adriana Delpiano –en el marco de un encuentro con docentes-, anunció un cambio en la dirección del CPEIP: asume el profesor, Jaime Veas. A juicio de los profesores que denuncian el mal funcionamiento de este centro, fue una sorpresa la designación de un nuevo timonel y aseguran, en todo caso, que su llegada no genera garantías de que la entidad modifique sus políticas y retome sus lineamientos del pasado.
No es en todo caso, la primera vez que el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas está siendo observando de reojo, porque en 2013 se produjo una situación compleja, tras la salida –presuntamente por razones personales y profesionales- de la entonces directora, Violeta Arancibia, a quien los funcionarios del Ministerio de Educación responsabilizaron, en la época, de llevar a cabo una gestión deficiente, aunque en rigor, el calificativo utilizado fue de “mala gestión”, para no caer en eufemismos.
Faltan garantías
EL MURO también conversó con el Prosecretario Nacional del Colegio de Profesores, Mario Aguilar sobre el polémico funcionamiento del CPEIP. En términos generales, el dirigente del Magisterio está convencido que la llegada de Jaime Veas no cambia el escenario por el que atraviesa la entidad, sino más bien, cree que será más de lo mismo, es decir, se mantendrá el espíritu de negocio.
Según Aguilar, con el arribo del profesor Veas, no hay garantías de que la situación cambie. En este sentido, recuerda que “Jaime Veas es un funcionario de largo tiempo en el MINEDUC”. Comenta que “con anteriores ministros de la Concertación también fue asesor y sólo en el período de Sebastián Piñera salió del Ministerio de Educación, pero apenas asumió este Gobierno, volvió. Es alguien cercano a todas las políticas educacionales que hemos conocido en los años de la Concertación y que nosotros y el mundo social ha cuestionado fuertemente”. Agrega que “Veas es uno de los cerebros del proyecto de carrera docente que fue rechazado por el profesorado y gran parte del mundo académico y de los parlamentarios. Jaime Veas defendió el proyecto en la prensa, en el mismo Congreso inclusive y, después, producto de las movilizaciones, a regañadientes del señor Veas, se introdujeron cambios, pero que no fueron propiciados por él”.
El dirigente nacional del Colegio de Profesores asegura en forma categórica: “No me genera grandes expectativas este escenario, en el sentido de que puedan venir cambios profundos en la concepción del centro. Insisto, este funcionario ha estado ligado a las políticas cuestionadas por el profesorado y lo único que podría haber de positivo, pero en comillas, es que antes había un ingeniero comercial a cargo – Rodolfo Bonifaz- y, ahora, hay un profesor”.
Pero, el que Jaime Veas sea profesor, tampoco da respiro al Magisterio ni pone término a los cuestionamientos de lo que ha sido, en los últimos años, el manejo de este centro. En este sentido, Mario Aguilar sostiene: “si es un profesor que va a aplicar las mismas políticas de siempre y va a propiciar la lógica que estaba en el proyecto original de carrera docente, que en alguna medida aún se mantiene, probablemente no nos vamos a entender muy bien”.
Pérdida del sentido de origen
Al interior del Colegio de Profesores se reconoce que el CPEIP, en los años sesenta, por ejemplo, era visto como un gran centro de capacitación, perfeccionamiento, actualización e investigación pedagógica de los académicos en ejercicio. Sin embargo, a juicio del Prosecretario Nacional del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, “con la llegada de las políticas neo-liberales, el centro terminó siendo un licitador de servicios que el Ministerio de Educación terceriza”.
El dirigente, a través de un ejemplo concreto explica sus dichos, argumentando que “el CPEIP tiene a su cargo la administración de la evaluación docente, pero terceriza gran parte de los servicios, como las correcciones, las filmaciones y la creación de los portafolios”.
Hay que señalar que al cuestionado funcionamiento actual del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas, se añade una nueva situación que, lejos, de generar confianza en el profesorado, alimenta la desconfianza: el proyecto de carrera docente, actualmente en discusión en el Senado, potencia este organismo y, según sus críticos, abre nuevos espacios para derivar a terceros los servicios, lo que significa en la práctica, que crea las condiciones para ampliar el “negocio”, a través de las llamadas mentorías y las certificaciones.
Sobre ese punto, Mario Aguilar afirma que, probablemente, este centro no realizará en forma directa las mentorías y las certificaciones, porque tendrá la atribución de derivarlas. “El CPEIP, en los últimos años, ha sido un administrador de ciertos nichos de negocios, porque quienes obtienen esos servicios, quienes se ganan las licitaciones, reciben grandes recursos y son, en gran parte, empresas privadas (universidades y centros de estudios, aparentemente sin fines de lucro). Entonces, hoy día, el CPEIP está absolutamente distorsionado de su sentido original”.
Proyecto que potencia al “monstruo”
Dentro del Colegio de Profesores existe inquietud respecto de los beneficios que el proyecto de carrera profesional docente concede al Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas. Esto, porque en esta iniciativa se destinan fondos por concepto de mentorías y certificaciones. Así, por ejemplo, en el caso de las mentorías para 2017 se contemplan $4.793 millones, para 2018 la cifra aumenta a $9.587 millones. En 2019, el monto se incrementa llegando a $14.380 y para 2025, la cifra se empina en $19.173 millones.
Cabe preguntarse, si están todos esos millones de pesos en juego y el CPEIP deriva los servicios a terceros, ¿las entidades que ganan las licitaciones se ven beneficiadas económicamente? La respuesta es sí, porque todos esos dineros se distribuyen entre quienes asuman la realización de los servicios, porque, obviamente, gratis no lo hacen.
A juicio de Mario Aguilar, Prosecretario Nacional del Colegio de Profesores, en el caso de las mentorías, resulta innecesario tercerizar la formación de mentores, para preparar a un contigente de docentes que tendrán que someterse a cursos y diplomados. Según el dirigente, la inducción o ayuda al nuevo docente que se incorpora a una determinada dotación, “la tendría que hacer un profesor de la misma escuela, al que se le designen algunas horas para ayudar y guiar al nuevo en su trabajo y en su inserción a la cultura escolar. Eso no requiere de grandes cursos y de preparaciones especiales que significan gran cantidad de recursos que se gastan, sino que se precisa de un profesor que tenga buena evaluación –con ciertos requisitos (grados altos de la carrera, con determinados años de experiencia y sea reconocido dentro de la propia comunidad como destacado)- para que induzca al docente nuevo”.
Aguilar es enfático al señalar que, en el caso de las llamadas mentorías, “llama la atención cómo el Ministerio de Educación ha defendido las mentorías con dientes y muelas y, precisamente, se trata de uno de los puntos en los que hay negocio involucrado”. Agrega que en el caso de las certificaciones, el servicio también se deriva a terceros. “Los que van a certificar o hacer las pruebas de conocimientos específicos y pedagógicos a los profesores también será entre terceros, porque formalmente, según la ley está a cargo el CPEIP, pero este organismo no tiene el personal para hacerlo y, por lo tanto, lo va a tercerizar y uno eso lo puede prever sin tener que ser muy agudo”.
Guido Reyes, Vicepresidente Nacional del Colegio de Profesores asegura a EL MURO que en el proyecto de carrera docente están involucrados dos mil cuatrocientos millones de dólares, cifra que, en su gran parte, dice, será destinado de los establecimientos educacionales hacia arriba. “Hoy día, muchos organismos externos están capacitando mentores para que generen el proceso de inducción y todo eso va a ser coordinado por el CPEIP, es decir, se está construyendo un nuevo monstruo, así como tenemos a la Superintendencia de Educación, tenemos un monstruo que es la Agencia de Calidad, paralelo a la función del MINEDUC, hoy tenemos al Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas que va a certificar el proceso de inducción, va a certificar a los mentores, va a certificar los tramos en los cuales se encasillará a cada profesor y también a quienes tengan que rendir la Prueba de Evaluación Docente y la Prueba Disciplinaria y de Conocimientos a la que cada docente tendrá que someterse”.
Según el dirigente nacional del Magisterio, el CPEIP en la actualidad es “un organismo burocrático para implementar el modelo de carrera profesional docente, en vez de dedicarse a la formación continua que debiéramos tener todos los profesores en este país y lo lamentable es que se ha ido desvirtuando la función que cumple este centro”. Agrega que resulta preocupante el rol que, en la actualidad y también a futuro desempeñe este organismo: “Todo va estar centralizado en este organismo, hablamos a partir de 2025 de 180.000 docentes”.
Para Guido Reyes, el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas, hoy en día, “es un organismo político incapaz de implementar los propósitos para los cuales fue creado. Es importante recalcar que al, externalizar las funciones, muchos de los recursos van a llegar a terceros, a organismos de formación de mentores”.
Según asegura el dirigente nacional del Magisterio, el mentor en el esquema fijado actualmente podrá tener un máximo de tres alumnos (profesores nuevos que se integran al sistema), durante diez meses y por cada uno recibirían $1.100.000. En el caso de los docentes principiantes que se sometan a la inducción recibirán, por un plazo de seis meses, $86.000. “Ahí tienes tú lo que nosotros reclamamos que es un negociado. Si me preguntas como profesor de aula, ¿quién debiera tener la mentoría? La responsabilidad es de la dirección del establecimiento, ¿quién debe hacerla? El profesor más destacado, competente en el proceso de evaluación docente e, incluso, puede ser electo por el mismo equipo directivo o por los profesores del establecimiento”.
Reyes enfatiza que “es efectivo que los profesores jóvenes que ingresan al sistema debieran tener un proceso de inducción, pero no tiene por qué estar supeditado a recursos. Hoy, hay instituciones que están formando mentores para que se inscriban en este proceso de inducción que habrá para los principiantes, a los que el CPEIP certifica”.
El Vicepresidente Nacional del Colegio de Profesores añade que otra anomalía radica en que, en una primera etapa de implementación, faltarán mentores y “vamos a tener muchos principiantes que, quizás, la función la tendrán que cumplir los directores de los establecimientos educacionales, porque no tiene sentido que a un profesor que ingresa al sistema municipal le hagan un acompañamiento en el segundo año. Eso, la ley lo permite, precisamente, para garantizar este negocio que está siendo implementado”.
Daisy Castillo Triviños/ El Muro

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