Entrada del Colegio Manuel Baquedano, en Santiago Centro, y alumnos del Colegio El Sembrador de Puente Alto.
“Hemos firmado un cheque en blanco, pero confiamos en que el Mineduc
cumpla y presente los reglamentos en los próximos días”. Con esas
palabras Lily Ariztía, gerente de la Sociedad de Instrucción Primaria
(SIP), habla de la decisión de integrar los 17 establecimientos de la
red a la gratuidad en 2016, cuando comience a regir la Ley de
Inclusión.
De hecho, fueron los primeros en anunciar que pasarán a ser
gratuitos. “Tuvimos un año de reflexión. No es idea propia: pasábamos
este año o en dos más. Pero nuestra misión no está en ser colegio
pagado. Decidimos sumarnos ahora a la gratuidad con la promesa de una
mayor flexibilidad en el uso de la subvención en los reglamentos, porque
hoy los colegios tienen necesidades reales que no pueden subsanar con
los fondos de la misma subvención. Estamos de parte de una mayor
flexibilidad, pero con rendición de cuentas”, dijo Ariztía.
Los colegios SIP actualmente tienen el 50% de sus estudiantes
prioritarios -los que estudian sin pagar-, a ellos se suma un 6% de
alumnos becados, por lo que actualmente más de la mitad ya estudia
gratis. “Tenemos además un porcentaje de morosidad alto, por lo que es
una situación un tanto complicada”, remarcó Ariztía.
De acuerdo al Mineduc, serán 757 los colegios que pasarán a ser
gratuitos el próximo año. Como contraparte, se mantienen en 20 los
establecimientos que se convertirán en particulares pagados y otros dos
cerrarán. Uno de los colegios que pasará a ser gratuito es El Sembrador,
en Puente Alto, mientras que el Colegio Manuel Baquedano cerrará sus
puertas a fin de año.
“Estamos muy contentos, porque significan más de 230 mil jóvenes que
pagaban y van a dejar de pagar por su educación. Avanzamos así en
gratuidad y en educación como un derecho, en una ley que fue
controvertida, pero hoy está dando sus frutos”, dijo la ministra de
Educación, Adriana Delpiano.
Sin embargo, desde la Federación de Instituciones de Educación
Privada (Fide) advierten que 12 de sus colegios ya les han notificado
que cerrarán. “Hay muchos que se han tomado un año para analizar la
situación. Once pasarán a ser pagados y 12 estarían cerrando el año
próximo: cuatro en la Región Metropolitana, cuatro en Valparaíso y el
resto en distintas regiones. Las razones son porque no pueden subir la
colegiatura, como los que pasan a pagado, o porque no pueden llevar
adelante el proyecto educativo por el que fueron creados. La mayoría
tomará la decisión a partir del próximo año y muchos están a la espera
del reglamento”, aseguró Jesús Triguero, presidente de la Fide.
Al respecto, el secretario ejecutivo de la reforma educacional,
Andrés Palma, dijo ayer en el Congreso de Colegios Católicos realizado
en la UC, que el Mineduc se encuentra afinando los reglamentos en torno a
los “fines educativos” que se permitirán en el uso de las subvenciones.
Según el Mineduc, serán cerca de 16 reglamentos que estarán terminados
en los próximos días.
FIN A 35 AÑOS DE HISTORIA EN FORMACION TECNICO-HUMANISTA
Casi 1000 alumnos estudian en el Colegio Manuel Baquedano de
Santiago, pero a partir del próximo año no podrán seguir haciéndolo.
Esto, debido a que el 30 de julio se les informó el cierre definitivo
del establecimiento particular subvencionado a través de una circular.
“Fue una decisión de la sociedad sostenedora. Estimaron que los cambios
que propone la reforma educacional hacen inviable el proyecto educativo y
decidieron cancelarlo”, explicó el director del colegio, Marcelo
Riquelme.
Asegura que recibió la noticia con tristeza, después de haber
trabajado 35 años allí, misma edad que tiene el colegio. “Apenado y
resignado uno recibe la orden, porque no tenemos nada que hacer frente a
esta decisión. Es algo administrativo y no tiene que ver con la
comunidad educativa. Hubo pena y frustración al principio, sobre todo en
los apoderados y los alumnos, pero se avisó con anticipación para que
todos tomen las precauciones y puedan buscar con tiempo otro colegio”,
remarcó el director.
El establecimiento incluso organizó una feria de colegios que tienen la capacidad de recibir alumnos. “Estamos
gestionando acciones como buscar colegios de continuidad para ellos y
organizar actividades en que puedan otros planteles mostrarles sus
proyectos educativos, de manera que puedan conocer una amplia gama de
establecimientos para elegir y el próximo año puedan continuar
estudiando sin problemas”, aseguró el director.
El colegio cobra un copago mensual de $ 54.000 y es polivalente, por
lo que imparte una rama científica humanista, pero además especialidades
técnicas en contabilidad y administración. Desde los apoderados
aseguran que encontrar un nuevo colegio no es tan sencillo. “La verdad
es que a uno le da mucha pena, porque uno matricula a sus hijos aquí
pensando que van a terminar aquí y ellos se encariñan con sus compañeros
y profesores. Además, tampoco es llegar y encontrar otro colegio, hay
muchos, pero uno tiene que revisar bien caso a caso”, aseguró Claudia
Gómez, apoderada.
El recinto obtuvo un Simce promedio de 218 puntos en Lectura,
239 en Matemáticas y 232 en Ciencias, todos por debajo de la media
nacional e incluso por debajo de los resultados de colegios de igual
grupo socioeconómico.
"OJALA QUE EL DINERO SEA PARA COMPRAR LIBROS PARA SUS HIJOS"
Un profesor normalista, que cree en la educación pública, es el dueño
y director del Colegio El Sembrador de Puente Alto, fundado en 1986.
Gilberto Aguirre explica que tomó la decisión de sumarse a la gratuidad
porque “todos los muchachos tienen derecho a tener educación gratuita,
salvo una pequeña elite que va a llegar igual a la universidad, porque
sus padres pagan mensualidades que, incluso, superan los costos de una
universidad”.
El Sembrador tiene 3.400 alumnos en sus tres establecimientos, todos
ubicados en Puente Alto. Desde sus inicios se ubicaron en una de las
zonas más pobladas de esa comuna: Gabriela Oriente. Y luego, a la altura
del paradero 31.5 de Vicuña Mackenna, hacia el Poniente. También tienen
una sede en el sector de Casas Viejas, el que es gratuito desde 2011.
En la sede central del colegio hay un 52% de estudiantes vulnerables,
los que actualmente no tienen que hacer ningún pago. El 48% restante
tiene que cancelar un copago de $ 12 mil mensuales, pero desde marzo de
2016 ya no habrá cobro a los apoderados.
Según cuenta el director, el 15% de las familias mantiene sus
cuotas pagadas mensualmente, “el resto se pone al día recién en
noviembre o diciembre para asegurar su matrícula para el próximo año”,
dice Aguirre.
“Los padres ya no van a tener ese martirio, ni ese gasto. Y ojalá que
ese dinero sea para unas buenas vacaciones o para comprar libros para
sus hijos y tener pequeña biblioteca, pero no para un tablet o un
celular”, señala el profesor y dueño de El Sembrador.
Cada año un centenar de alumnos del establecimiento da la PSU y en
promedio obtienen entre 530 y 550 puntos. Muchos logran entrar a un
plantel del Consejo de Rectores (Cruch) y otros acceden a planteles
privados con el correspondiente costo económico para sus familias.
“Me carga que salgan muchachos con una mochila de deuda en la
espalda, me hace sentir privilegiado por haber estudiado gratis en mi
tiempo, pero a la vez siento que es algo muy injusto”, reconoce
Aguirre.
Sobre la reacción de los apoderados, el director dice que “la gran
mayoría se mostró contento, pero hay un buen numero desinformado, porque
políticamente le han dado a esta ley un cariz que no es el que debería
tener”.
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