La universidad
ubicada en la capital del Maule es vista desde el Ministerio de
Educación como un modelo de gestión y excelencia entre las estatales
regionales. Con el aumento en matrícula sostenido en los últimos años,
pergaminos internacionales en investigación y un porcentaje mayor al 80%
de estudiantes provenientes de los primeros quintiles, el plantel se
erige como un muy buen ejemplo para replicar en la creación de las dos
nuevas universidades que prometió crear la Nueva Mayoría durante este
período, en las regiones de O’Higgins y Aysén.
¿Cómo se crea una universidad regional estatal en el siglo XX1? Esa
es la pregunta que ronda la cabeza de los nuevos inquilinos del
Ministerio de Educación, con la meta impuesta del programa de Michelle Bachelet de crear dos nuevos planteles públicos: uno en la región de O’Higgins y otro en Aysén.
Una pega titánica para un ministerio que debe responder con una
reforma “refundacional” del sistema educacional, tras la crisis revelada
en 2011, y que a la par debe asegurar calidad en estos dos nuevos
establecimientos, que potencien a esas regiones y cultiven un modelo de
excelencia parecido al de las mejores universidades estatales actuales
de este tiempo.
La lupa está en la capital de la Región del Maule por el trabajo
silencioso y a largo plazo que ha convertido a la Universidad de Talca
en la mejor universidad estatal regional de Chile y en una de las
mejores entre las 59 existentes hoy a lo largo del territorio.
Talca, Paris y Bologna
Fue en 1995. Nacida de la fusión de las sedes regionales de la
Universidad de Chile y la UTE (Usach) y tras 14 años de existencia
-nueve de ellos durante la dictadura, el plantel comenzó un proceso de
aseguramiento de la calidad de sus académicos, varios años antes de que
se creara la Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado (CNAP),
precedente de la actual CNA.
Según su rector, Álvaro Rojas, inspirados en el modelo europeo
-específicamente proveniente de Bologna, Italia-, la universidad fue
pionera en este ítem elaborando un Plan Estratégico Institucional en esa
época, llegando en el 2000 a someterse de manera voluntaria a una
evaluación del Consejo de Rectores Europeos (CRE).
De ese informe comenzaron a implementar su plan de aseguramiento de
la calidad, con el que en 2002 acreditaron su primer Magíster
(Horticultura) y al año siguiente la primera carrera de pregrado:
Agronomía.
Desde ahí no paró y solo el terremoto del 27 de febrero de 2010
interrumpió, transitoriamente, el crecimiento de la universidad. Hoy sus
números la avalan frente al resto e incluso la ha llevado a capturar
alumnos que antes preferían la Universidad de Concepción.
Según los datos del portal Mifuturo
del Mineduc, que reúne la información sobre Educación Superior en el
país, la U. de Talca tiene curvas ascendentes en casi todos los gráficos
relacionados a desempeño. De los 2.630 alumnos que tuvieron en 1990,
tras el cierre de las carreras de Educación (7) y Salud (2), el año 2013
registraron 8.747 matriculados en pregrado, más los cerca de 1.400 en
posgrados.
La cifra es aún más sorprendente tomando en cuenta que es el plantel
del Cruch que tiene mayor porcentaje de estudiantes de los primeros
quintiles: 91,6% de ellos vienen de colegios municipales o particulares
subvencionados.
“Me enorgullezco mucho de lo que hemos hecho. Partimos de manera muy
carenciada y en estos 33 años hemos dado el salto quizás más
significativo, dándole más importancia a nuestra labor con más de un 80%
de la matrícula con estudiantes de los tres primeros quintiles”, dice
Rojas.
Rojas, ex ministro de Agricultura durante el primer gobierno de
Michelle Bachelet, ha liderado el plantel desde 1991 a la fecha, sólo
con la excepción de los dos años que fue secretario de Estado y luego
los dos que se desempeñó como embajador de Chile en Alemania.
Hace algunas semanas, incluso, se reunió de forma privada con el
ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, antes de la reunión que
sostuvo con el pleno del Consorcio de Universidades Estatales (Cuech),
donde ese grupo de rectores entregó el documento que generó la polémica con el G-9 durante la primera cita del Cruch, a la que asistió el propio ministro.
Esa cercanía, aseguran, puede generar aún más conexión entre el
Ejecutivo y la U. de Talca para replicar su modelo de gestión en las dos
nuevas universidades.
Ejemplo
Acreditada en por cinco años en Gestión institucional, Docencia de
pregrado, Investigación y Vinculación con el medio, el plantel es visto
como un ejemplo, sobre todo por estos dos últimos ítems. Siendo estos
dos aspectos voluntarios dentro del sistema de acreditación, ambas
características son las que despiertan más apetito para implementar en
las prometidas dos nuevas universidades.
“Es un modelo a seguir porque junto a una gran gestión, ha
contribuido a la valoración de la región y se ha logrado expandir
incluso a Santiago, dándole valor a los profesionales egresados de
ella”, señalan desde el Mineduc.
El historial de la U. de Talca además destaca la apertura de cuatro
sedes (Curicó, Colchagua, Santiago y Linares el próximo año), que
sumadas al centro científico-tecnológico de Talca han equilibrado la
misión institucional de ese plantel.
Esto es, comparten desde el ministerio, parte fundamental de lo que
mandató la Presidenta Bachelet para que las universidades nuevas no
fracasen en el camino y se constituyan verdaderamente en centros de
conocimiento y apoyo regional.
Esto, a pesar de la resistencia que generó el anuncio en los rectores
de las universidades tradicionales en octubre pasado, cuando Bachelet
-en campaña- hizo el anuncio. Incluso, el rector de la Universidad Austral se mostró contrario a la medida.
Nada casual tomando en cuenta que ese plantel tiene sede en Coyhaique,
una de las ciudades en las que se levantaría una nueva estatal.
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