Cinco de los 23 ministros que conformarán el próximo gobierno
han manifestado su respaldo al mecanismo para establecer una nueva
Constitución. Algunos sectores consideran que es una señal positiva,
pero otros plantean que existen “pocas esperanzas”.
Michelle Bachelet nunca se ha pronunciado a favor de establecer
una Asamblea Constituyente, pero sí lo hicieron algunas de las personas
que conformarán su primer gabinete: cinco de los 23 próximos ministros
manifestaron su respaldo al mecanismo para establecer una nueva
Constitución, una de las principales propuestas que contiene el programa
de la presidenta electa.
José Antonio Gómez, próximo ministro de Justicia, insistió en la
Asamblea Constituyente durante su campaña para las primarias
presidenciales y podría tener incidencia en el tema desde su futuro
cargo. Algo similar ocurrirá con Ximena Rincón, quien desde marzo
asumirá en el ministerio Secretaría General de la Presidencia. Antes de
la primera vuelta, la actual senadora DC adhirió a una declaración de la
campaña Marca Tu Voto, la que consideró legítima cuando otros miembros
de su partido la cuestionaron.
También manifestaron su apoyo la ex concejal comunista Claudia
Pascual, quien asumirá en Sernam; el representante de Izquierda
Ciudadana Víctor Osorio, quien será ministro de Bienes Nacionales; y
Claudia Barattini, quien llegará al Consejo de la Cultura y las Artes e
incluso participó de Marca Tu Voto.
Para la ex vocera de esa campaña, Javiera Parada, la presencia de
esos cinco ministros es una positiva señal: “No se ha zanjado ni se ha
dicho cuál será el mecanismo para hacer la nueva Constitución, la puerta
nunca ha estado cerrada para la Asamblea Constituyente. La nueva
Constitución sí está en el programa de la nueva presidenta, por lo
tanto, es una muy buena señal para quienes formamos parte de este
proceso constituyente que hayan cinco ministros -y en los puestos en que
están- que sean partidarios de que la nueva Constitución sea hecha de
manera participativa, democrática e institucional, como es una
convención constituyente”, dijo.
En tanto, el cientista político Miguel Ángel López, académico de la
Universidad de Chile, consideró que el rol que podrían jugar esos
ministros no es tan relevante como la presión que podría ejercer la
ciudadanía en favor de una Asamblea Constituyente: “Todo va a depender
del apoyo que tenga la Asamblea Constituyente en la población y el rol
que puedan jugar los partidos políticos, conversando con la presidenta
para que lleve a cabo el proceso. Creo que lo de la Asamblea
Constituyente no está muerto por ahora, pero el primer año de gobierno
va a ser fundamental para ver si se lleva adelante el proceso. Gran
parte se va a ver en cuánto apoyo haya en la población y el rol que
tengan todos los actores políticos, tratando de convencer a la
presidenta de que es una buena idea para el país”, afirmó.
Una visión distinta planteó el historiador Sergio Grez, una de las
161 personas de distintos ámbitos que el año pasado firmaron un
manifiesto por la Asamblea Constituyente.
El académico dijo tener “pocas esperanzas” en el próximo gobierno y
sostuvo que los sectores hegemónicos de la Nueva Mayoría son contrarios a
la iniciativa. Además, advirtió que, “como suele ocurrir en la
historia, los díscolos o contestatarios de una coalición suelen limar su
carácter contestatario y reducirlo una vez que se producen los
repartos, en particular, los de cargos ministeriales. De insatisfechos
pasan a ser satisfechos y en aras de la gobernabilidad y el ‘realismo
político’, terminan transando sus principios, convicciones y
declaraciones de fe democrática, para conservar los puestos o
equilibrios políticos”.
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