Las autoridades destacaron el aumento del consumo cultural y la
mayor asistencia a conciertos y cine chileno, pero la inequidad y la
centralización en el acceso a cultura son problemas que siguen sin
solución.
Durante todo 2012, en la región de Magallanes hubo 50 funciones
de espectáculos de artes escénicas: siete de teatro; 14 de ballet,
danza moderna o folclórica; seis de circo; y 23 de música docta o
popular. Otras zonas extremas, como Aysén o Tarapacá, vivieron panoramas
similares. En la región Metropolitana, en cambio, hubo más de diez mil
funciones de distintas disciplinas, con más de dos mil conciertos y más
de siete mil de teatro.
La centralización del acceso a la cultura es uno de los problemas evidenciados por el Informe Anual Cultura y Tiempo Libre, elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) junto al Consejo de la Cultura.
Al presentar el estudio, el ministro Roberto Ampuero, señaló que la
situación se está enfrentando con la construcción de la red de centros
culturales que se están instalando en comunas con más de 50 mil
habitantes.
Asimismo, el secretario de Estado hizo una positiva evaluación del
incremento en el consumo cultural registrado durante el año pasado,
impulsado especialmente por los conciertos de música popular y el cine,
que además mostró un aumento explosivo para las producciones nacionales.
Distintos especialistas, sin embargo, plantean algunos matices ante
los resultados del anuario. La directora del diplomado en Gestión
Cultural de la Universidad Católica, Romina Pantoja, consideró que “son
cifras positivas si se mira aisladamente y comparándolas al año
anterior. Sí que ha habido aumento en algunas áreas, pero nada que no se
haya observado otros años. Por ejemplo, en términos de espectadores de
teatro infantil, en 2009 hubo más que en 2012 y menos que en 2011, lo
que no nos está mostrando una tendencia”.
“Uno de los grandes incrementos se visualizan en el caso de la danza
moderna, que en 2012 registra alrededor de 1.400 funciones, casi el
doble del año anterior. Sin embargo, el aumento de espectadores fue de
un 31 por ciento, algo así como 69 mil espectadores más”, añadió.
Por su parte, el subdirector de la revista del Magíster en Gestión
Cultural de la Universidad de Chile, Fabián Retamal, cuestionó el
positivo balance que se hizo para el cine chileno: “Cuando uno mira con
lupa cuáles son las producciones nacionales que acarrean más público, se
da cuenta que hay un género, que es la comedia más bien comercial. Es
un fenómeno antes que un proceso donde uno realmente pueda ver que la
industria cinematográfica nacional está viviendo un auge. Diría que son
fenómenos que emergen, relacionados directamente con la televisión. Sin
embargo, al mirar todo, te das cuenta que hay producciones que no tienen
público y que se ha invertido en la creación, pero muy poca gente las
conoce”, explicó.
Fabián Retamal también subrayó que el incremento del público de
música popular, relacionado con la intensa agenda de conciertos
internacionales que se realizan en Santiago, esconde varias
limitaciones: “En el caso de los conciertos, las entradas son bastante
caras y están restringidas a un grupo que tiene el capital para poder
pagarlas. Mientras, un grupo importante de la población no tiene acceso
no solo por recursos económicos, sino también por el capital cultural
que posee. Por otro lado, estas cifras no se hacen cargo de lo que pasa
en términos más específico: si se hiciera un análisis comparativo, por
ejemplo en la región Metropolitana, sobre todas las comunas en las que
se exhiben estas manifestaciones artísticas, esta actividad que se ve
pujante se focaliza en tres o cuatro comunas”, subrayó.
Una crítica que es compartida por Arturo Navarro, director del Centro
Cultural Estación Mapocho, quien añadió que “ha habido un aumento, pero
también habría que mirar un instrumento que sea más fino respecto a los
aportes que dejan esos conciertos y a las razones por las cuales
aumentan. Hay una relación muy directa entre asistencia a conciertos
caros y tarjetas de crédito y endeudamiento, entonces no me atrevería a
calificarlo como un gran desarrollo cultural. Tal vez es un gran
desarrollo del endeudamiento”.
La metodología del estudio tampoco deja conforme a Navarro, quien
aseguró que el estudio no considera eventos que convocan a grandes
cantidades de público, como los que se realizan en ese mismo recinto:
“Hay una metodología bastante atrasada respecto a los desarrollos
generales que ha tenido el mundo de la cultura. Creo que es un esfuerzo
muy loable, pero tiene un criterio de recolección de datos anticuado. A
nosotros nos piden que respondamos el cuestionario y no tenemos cómo
decir las tantas miles de personas que vienen a Pulsar, Chaco o a la
Feria del Libro, porque incluso dice explícitamente que no hay que
considerarlo. Entonces el INE está muy detrás de los avances que ha
tenido el desarrollo cultural, la infraestructura y los eventos o
actividades culturales. Porque no se puede decir que estas ferias no son
culturales”, indicó.
Arturo Navarro subrayó además las negativas cifras que presenta el
informe sobre museos e instituciones relacionadas con el patrimonio,
justamente, una de las áreas que reciben mayores recursos públicos en el
ámbito cultural. “El 48 por ciento del aporte del Estado a cultura está
dedicado al patrimonio versus el 18 por ciento para el desarrollo de
las artes, los fondos concursables y todo eso. Cruzando las estadísticas
de este informe con aportes de dinero, lo que está más estancado es lo
que recibe más plata”, afirmó.