Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

martes, 2 de julio de 2013

La crisis del Instituto Nacional ad portas de sus 200 años: falta de docentes y división interna


En el establecimiento hay 165 profesores para 4.400 alumnos. En marzo se perdieron 400 horas de clases.

por E. Simonsen / F. Cadenasso, Santiago - 30/06/2013 - 03:30











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“Hoy vengo a hablar de aquello que todos como institutanos callamos. De aquello que la historia oficial prefiere olvidar”. Así comenzó su discurso el estudiante Benjamín González, en la graduación de los cuartos medios del Instituto Nacional en diciembre 2012.
El mensaje, en el que se cuestionaba el enfoque del colegio destinado al éxito académico y se lo acusaba de discriminatorio, es mencionado hoy en los pasillos como el anticipio de lo que se venía: la toma que terminó el viernes, cuando los estudiantes entregaron el liceo tras acordar avanzar en una mesa de trabajo con la alcaldesa, Carolina Tohá.
Un busto, exposiciones, obras de teatro. Todas esas actividades que el instituto tenía programadas para su Bicentenario en agosto, están detenidas, fruto de la crisis que provocó la salida del rector, Jorge Toro, tal como en 2008 sucediera con su antecesor, Omar Letelier.
Pese a todo, en la PSU logró 17 puntajes nacionales,el máximo en todo el país, y en el Simce de segundo medio se ubicó en el lugar número dos entre los municipales.
El patio Calama
En 2008, se asignaron $ 2.700 millones a recuperar la infraestructura. Se reacondicionaron baños y se les cambió el piso a las salas. Además, se recuperó el patio en altura, el llamado Calama, colocándole bancos y plantas.
Pero los pisos, de plástico, se levantaron. Quedó el cemento, con pegamento. “El patio Calama se cerró, no había inspector para supervisarlo”, agrega el vocero de la toma, Pablo Quezada. Sólo se abre en recreos.
El resto del edificio, de 3.300 metros cuadrados, con seis pisos y sin ascensores, se mantiene igual. Aún no recibe la recepción final de obras. Sus dos auditorios, tres gimnasios y 10 salas especializadas se ocupan “pero en condiciones paupérrimas”, reconoce Toro.
Los profesores hablan de un colegio colapsado. Hay cinco cursos de segundo medio que deberían tener jornada de mañana, pero que van en la tarde. El problema se originó por la repitencia de unos 800 alumnos en 2011, tras la toma de casi 7 meses, a lo que se sumaron otros 200 en 2012, por rendimiento. En vez de 12 cursos, hay 19 terceros y 19 cuartos, los que casi coparon las salas de la mañana. “Hay 4.400 alumnos en un espacio para 2.500”, dice Toro.
Según la Dirección de Educación Municipal (DEM), ya hay destinados $ 30 millones para reparar los pisos.
Un sicólogo
Hay 165 profesores, 30 auxiliares, cuatro inspectores generales (dos por cada jornada), dos orientadores y un sicólogo. “Los orientadores se comunican con los alumnos vía oficios”, dice un estudiante. No hay tiempo para atender de manera personalizada.
Este año los recursos humanos escasearon aún más cuando 10 profesores se acogieron a jubilación. Sumados los que se fueron y los que presentaron licencia, hubo que reemplazar a 30 docentes. Sólo en marzo en una de las cuatro inspectorías hubo más de 400 horas no hechas. Por ejemplo, ese mes el I° B perdió 24 horas de clases de lenguaje, historia y biología, entre otros.
“Los horarios deben quedar listos en noviembre. Se sabía que esos docentes iban a jubilar y no se les reemplazó”, dice Gloria Neculqueo, presidente del Consejo Gremial de Profesores.
La DEM realiza un catastro sobre la dotación real de profesores y lo que se necesita.
Plan educativo
No es todo. En la comunidad existen divisiones, en especial apoderados y profesores. “Los docentes están divididos: los que quieren cambio y quienes prefieren mantener el status quo”, dice un ex institutano. Entre ellos, hay rencillas personales, agregan los alumnos.
El conflicto nació en 2008, entre quienes apoyaron a Letelier y quienes pedían su salida. “El trabajo de Toro era mejorar el clima de trabajo”, dice Neculqueo. Pero la división se profundizó.
Los alumnos piden un nuevo proyecto educativo, cuyo norte no sólo sean los puntajes nacionales. “Los tiempos cambiaron. Los docentes hacen bien su pega, pero la formación humana es cuestionable”, dice Quezada.
Se refieren al estilo pedagógico autoritario de ciertos docentes. Por ejemplo, hoy, uno de ellos está sumariado por insultar a un alumno. “Se necesita un líder que empuje a la comunidad a formar buenos ciudadanos”, dice el ex presidente del Centro de Alumnos, Tristán Zamora.
El municipio nombró dos nuevos vicerrectores a cargo de gestión y de convivencia. Ambos son ex institutanos y serán los encargados de reestablecer las confianzas.