Entre los resultados que se
arrojan, el 83,3% de los estudiantes del grupo socioeconómico alto
certifican sus estudios, mientras que el bajo sólo llega a un 0,8%.
Por otro lado, el 81% de los estudiantes de los
colegios particulares pagados certificó el examen; mientras que de los
subvencionados un 15% y de los municipales, 7%.
por Fabiola Melo - 06/06/2013 - 12:18
El secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, Sebastián Izquierdo, dio a conocer hoy los resultados del Simce de Ingles 2012, el que fue rendido por 186.385 alumnos de 2.688 establecimientos a nivel nacional.
Los resultados arrojaron que el 82% de los estudiantes no logró certificar el examen, es decir, 154.531 estudiantes. Asimismo, el test reveló una importante brecha entre grupos socioeconómicos y dependencias.
De este modo, el 83,3% de los estudiantes del grupo
socioeconómico alto certifican sus estudios, mientras que en el bajo
sólo llega a un 0,8% quienes maneja el idioma.
Por otro lado, el 81% de los estudiantes de los colegios
particulares pagados certificó el idioma; mientras que en los
subvencionados sólo lo hizo un 15% y en los municipales el 7%.
En tanto, el 18% de los estudiantes obtuvo una certificación A2 o B1.
Es decir, 31.854 alumnos certificaron su nivel de inglés, un aumento de
9 mil estudiantes más que en 2010 lograron certificar el dominio.
UN PRIVILEGIO APRENDER INGLESLa ministra de
Educación, Carolina Schmidt calificó los resultados como positivos, dado
que 9 mil jóvenes más pudieron certificar el idioma, sin embargo,
reconoció que "nos queda mucho, muchísimo por mejorar".
"Hoy la abismante diferencia que existe en el aprendizaje del
inglés entre los niveles socioeconómicos nos hablan que aprender inglés
en Chile es un privilegio de quienes más tienen y esa es una realidad
inaceptable", afirmó la secretaria de Estado.
En esa línea, Schmidt aseguró que "en el mundo de hoy aprender inglés
es una herramienta fundamental para generar oportunidades, para abrir
puertas. Lo que no se mide no se mejora".
LA PRUEBAEsta es una prueba que se aplica cada
dos años, desde el 2010, a los estudiantes de tercero medio y mide los
niveles A1; A2; y B1, definidos por el marco común europeo.
La prueba mide compresión lectora y auditiva y se distribuye en una
escala de 0 a 100 puntos, donde el puntaje corresponde al promedio de
ambas habilidades.
Por nivel, los puntajes de distribuyen de la siguiente forma: B1: 90 a 100 puntos; A2: 70 a 89 puntos; y A1: 69 hacia abajo.
El test se realizó en 2010 por primera vez. Sólo 11% de los alumnos logró certificarse en el idioma.
Los estudiantes que alcanzan los niveles exigidos por el test,
reciben un certificado internacional que acredita su manejo en el
idioma.