Reportaje realizado por Mauricio Bravo
Lo más destacable de la movilización de profesores a contrata en la comuna de Lota,
es el hecho de ponerse de pie y reclamar frente a la injusticia que
significa la exoneración de sus puestos de trabajo, revirtiendo la idea
que este tipo de prácticas son “normales”, que suceden en cada cambio de
administración y en la totalidad de los municipios del país, además, se
construye el precedente que con organización y lucha, los profesores
podemos defender nuestro derecho al trabajo. Y se utiliza la palabra
exoneración, ya que sentimos que fuimos despojados de nuestros puestos
sin ninguna otra motivación que el pago por favores políticos de parte
del alcalde de la comuna Patricio Marchant Ulloa. Para el caso de Lota fueron más de 40 los profesores exonerados de un sopetón el día 1 de marzo y 22 reintegrados el 28 de marzo de 2013.
Motivaciones del conflicto
Entre las principales motivaciones que
observamos en el origen de este conflicto, aparecen el febril y
esquizofrénico deseo de venganza, odio y revanchismo de parte de la
nueva administración municipal que busca sustituir del sistema a todo
aquel que huela a la administración anterior. Junto con ello, el necesario pago a la clientela electoral,
con las que el alcalde tiene enormes deudas, tanto económicas como
políticas. Las y los profesores y sus puestos de trabajo se convierten
en trofeo de las elecciones municipales que el alcalde reparte
prodigiosamente.
La chispa que enciende la mecha se produce el primer día de trabajo del presente año,
es en ese momento que nos enteramos que “no vienen en la nómina”; que
no pueden continuar ejerciendo la profesión, en definitiva, que no
tienes trabajo. Así de simple sin siquiera avisarnos, ni explicarnos qué
había sucedido, situación para ellos normal, arguyendo que siempre se
ha producido. Desde el punto de vista contractual era muy injusto que ni
siquiera por respeto hacia las y los trabajadores, como personas, nos
hallan avisado. Nos habían quitado la dignidad como profesores, como personas y eso no lo aceptaríamos.
El comienzo de las acciones
A través del Colegio de Profesores
comunal Lota, los profesores exonerados que decidieron recuperar la
dignidad, nos organizamos y articulamos con el resto de la sociedad y
estamentos que nos apoyaron. En varias asambleas que contaron con el
apoyo de los concejales, apoderados, estudiantes, familiares, amigos y
vecinos se decidió llevar adelante la lucha y exigir la reintegración de
todos los profesores exonerados. Para ello, se decidió llevar adelante
la “vía institucional”, que significaba buscar el diálogo con el alcalde
a través del concejo municipal y apoyar esta vía con la mayor cantidad
de movilizaciones posibles. Necesitabamos colocar el tema en la
opinión pública de la comuna, de la región y del país, a través de los
medios de comunicación y la concienciación de nuestra comunidad.
Fueron varios los hechos que se
produjeron, por ejemplo el primer día de clases encontró a los
estudiantes del liceo A-45 sin sus profesores, lo cual generó la primera
marcha en repudio por la medida tomada por el alcalde. Continuaron las
acciones con marchas y mitin frente a la municipalidad, pero el alcalde
no daba la cara y cada día que pasaba nuestras acciones comenzaban a
radicalizarse aún más. Se produjo un encadenamiento de 4 profesores en
los pilares de la municipalidad demandando ser escuchados por el
alcalde, hecho que llamó la atención de la prensa regional. El puente
Juan Pablo II también fue escenario de las movilizaciones y más de una
decena de profesores se tomaron este puente por una hora, la madrugada
del 12 de marzo.
Punto de inflexión en estas acciones la constituye la “toma de la sala del concejo municipal de Lota”,
protagonizada por profesores exonerados, acompañados por 5 de los 6
concejales de la comuna. Hecho importante porque se esperó al alcalde
desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde sin que hubiese
aparecido a entregar alguna respuesta o excusa. Junto con ello, la lucha
de ese día fue contra los “secuaces” del alcalde quienes con amenazas y
amedrentamientos intentaban desalojarnos del lugar. Nuevamente la
prensa informaba a la región de las audaces medidas que los profesores
lotinos realizaban. Sin embargo, la importancia medular de ese
12 de marzo, fue el comienzo de la huelga de hambre que los profesores
de historia Miguel Angel Machuca y Manuel Rivera, esa misma tarde en una sala de la iglesia San Juan Evangelista de Lota Bajo.
La importancia de esta decisión, radica
en el hecho de vitalizar aún más el movimiento, sentir que nuestros
compañeros estaban dispuestos a llegar a las últimas consecuencias
significaba un tremendo compromiso con la causa y además redoblar
nuestros esfuerzos por lograr nuestros objetivos. Junto con ello, se
cambió el foco de la atención, la huelga de hambre atraía cada vez a más
personas que venían a apoyarnos, a colaborar con huelguistas, con el
movimiento, junto con ellos atraían a los medios de comunicación, de
esta forma, el diario “El Sur” finalmente no pudo continuar
ignorándonos. Además, a través de dicho medio, sumamos a un nuevo
protagonista que jugaría un rol muy importante: la Iglesia Católica se
veía involucrada directamente en el conflicto.
La irrupción de los estudiantes
Sin lugar a dudas quienes cumplieron un rol fundamental, que vienen protagonizado hace ya bastante tiempo, fueron los estudiantes secundarios
del Liceo Industrial, Liceo Comercial y Liceo Carlos Cousiño, más
conocido como Liceo Acuático, protagonista de la revolución pingüina de
2006.
Junto con apoyar permanentemente a los
profesores exonerados, acudían constantemente a las asambleas como a las
manifestaciones que se acordaban, fueron por lo menos 7 marchas, con
una participación entre 300 y 800 estudiantes cuando se unían con los
del Liceo Industrial y el Liceo Comercial.
Un acontecimiento que marcaría un antes y
un después lo protagonizan los estudiantes del Liceo Acuático, quienes
el día 20 de marzo ejecutan la toma del establecimiento, paralizando
completamente las actividades del mismo, así como de una escuela básica
que estaba de allegada en el recinto.
Con
la estrategia de la ocupación del establecimiento por las mañanas y
entrega de éste por la tarde, los estudiantes lograron la atención de
los medios de comunicación así como de la comunidad lotina,
quienes ya estaban hartos de la ineficiencia y autoritarismo del
alcalde, quien no puede solucionar un conflicto que cada día suma más
protagonistas.
Por esos días, un grupo de apoderados de
la escuela básica, adherentes del alcalde así como de funcionarios
municipales y del departamento de educación lotino, realizan un salvaje y
bárbaro acto al intentar desalojar violentamente y por sus propios
medios a los estudiantes que se encontraban en la toma, hiriendo a dos
de ellos con golpes de fierros asi como de manos y puños. Con la
identificación de los agresores y el repudio público y generalizado de
la comunidad se procede a las denuncias a los tribunales que afecta
contundentemente la credibilidad del alcalde.
La victoria de los estudiantes al
resistir el desalojo, junto a su bastión el Liceo Acuático fortalecerán
la propuesta de los estudiantes de exigir el reintegro de sus profesores
exonerados.
La institucionalidad, la Iglesia Católica, fin de la huelga y del conflicto
Los partidos políticos y sus
representantes hoy en día acumulan un alto nivel de rechazo por parte de
la opinión pública, en Lota también se cumple esta aseveración, sin
embargo, los concejales de la comuna durante el desarrollo de este
conflicto cumplieron un rol fundamental. Desde el primer momento 5 de
los 6 concejales estuvieron presentes en asambleas, movilizaciones y
gestionando constantemente para lograr revertir la decisión del alcalde.
Uno de los actos más osados fue la toma del salón de reuniones del
concejo municipales en protesta por las reiteradas inasistencias del
alcalde Marchant a los concejos, así como la negativa de escuchar tanto a
los profesores como concejales. Ellos promovieron constantemente el
diálogo con el alcalde, además de contribuir constantemente a mantener
el tema en los medios de comunicación e informar de las últimas
novedades del conflicto, generando una opinión favorable hacia los
profesores y, al mismo tiempo desenmascarando las mentiras que el
alcalde informaba en los medios de comunicación locales y regionales.
El ingreso del arzobispo de Concepción
Fernando Chomalí, se produce debido a las gestiones que realiza el
Colegio de Profesores Regional Concepción, quienes logran una entrevista
en la cual participan tanto los concejales como las y los dicentes. Cabe
destacar la buena disposición del arzobispo, quien inmediatamente
redacta un documento para el alcalde solicitándole escuchar a los
profesores y negociar para lograr un acuerdo para poner fin a la huelga
de hambre que a esa altura ya llevaba más de 10 días. Junto con
ello se logra el compromiso de visitar a los huelguistas el domingo
siguiente, que coincidentemente , fue la simbólica fecha del domingo de
ramos para el mundo católico.
Uno de los principales aportes del
arzobispo para finalizar el conflicto es constituirse en un ente valido
que respalde los acuerdos y compromisos que se logren, además de ofrecer
su casa particular como espacio para lograr los acuerdos. También se
convirtió en la carta del alcalde para poder finalizar el conflicto,
puesto que de otra forma no tenía posibilidad debido al descrédito y
falta de confianza que caía sobre él.
Finalmente el día sábado 30 de marzo en
dependencias de la casa del Arzobispo de Concepción, se firma el acuerdo
que pone fin a las movilizaciones, produciéndose el reintegro de 22 de
los 40 profesores exonerados de la comuna de Lota.