Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

sábado, 25 de mayo de 2013

¿En qué quedó la revolución educativa?


Creo que gran parte de la ciudadanía siguió con expectativas el gran y último discurso presidencial de Sebastián Piñera. Sin embargo, este año su discurso estuvo lejos del Chile real que se moviliza por una educación pública gratuita y de calidad, un sueldo mínimo, los abusos del retail, los robos de AFP e Isapres, la defensa del medio ambiente, la salud, pensiones dignas, etc. En su primer discurso del 2010 nos encandilo y entusiasmo con una gran “Revolución Educativa”… Esta gran reforma se desinfló fundamentalmente porque no estaba en concordancia con lo que pedían los estudiantes, profesores y apoderados movilizados en las calles. No se escucho a la ciudadanía y hoy persisten el lucro, la segregación y la inequidad en la educación. Lo destacable del 2013 es que dará rango constitucional, si se aprueba en el Parlamento, la obligatoriedad de kínder que después de seis años de promulgada la Ley 20162 ya llega a un 95% su acceso universal y gratuito. Es decir, se colocará en el papel lo que ya es una práctica, distinto habría sido si hubiese ampliado esta obligatoriedad al nivel de Prekinder cuya matrícula alcanza actualmente al 80%. ¿Qué nos ha quedado después de tres años de gobierno y de la prometida revolución educativa? Sumemos a lo anterior el aumento de recursos vía subvenciones, la rebaja en la tasa de interés del CAE, la puesta en marcha de la Superintendencia de Educación y la Agencia de la Calidad. Todas estas acciones o parches se contraponen con otras propuestas negativas que se evidencian en su discurso, como son: el proyecto de superintendencia de educación superior que en vez de eliminar el lucro en las universidades la consolida, la defensa del lucro y el financiamiento compartido agregando una subvención especial para la clase media que profundiza la segregación escolar y los Liceos Bicentenarios que selecciona y segrega aún más en el sistema municipal de educación como ocurre en Coyhaique. Finalmente la educación pública gratuita seguirá esperando y la calidad lo ha encuadrado únicamente en los resultados del Simce, exitismo peligroso para una sociedad que requiere de niños y jóvenes con una formación cognitiva y valorica integral, humanista, solidaria y de gran civismo. Tampoco hizo referencia a un necesario debate para modificar los proyectos de ley que se discuten en el Congreso, como la Carrera Docente y Desmunicipalización, que van en una dirección contraria al no dialogar con los protagonistas de la educación. En consecuencia, la ciudadanía se seguirá movilizando en un sentido contrario a las políticas educativas de este gobierno, que no ha aprendido a escuchar, ni siquiera a los organismos internacionales como la OCDE.
Juan Varela