Narayan Vila
La conmemoración de este Día del Trabajador estará marcada por
la coyuntura política, pero además por las demandas de los movimientos
sociales, que las multinsindicales han asumido como propias. Reforma
tributaria que garantice la salud y la educación, un nuevo sistema de
pensiones y otro Código Laboral, son los ejes que deberán discutirse "o
en mesas de negociación o en la calle".
La marcha convocada por la Central Unitaria de Trabajadores
(CUT) junto a diversas agrupaciones sociales es la más importante del
primero de mayo en nuestro país; esa donde se escuchan pifias y aplausos
a la dirigencia de la central, a la que asisten distintas autoridades
políticas y la que, de alguna forma, establece la variable “fuerza del
mundo laboral” durante el año.
El bloque partirá a las 10:00 horas en el frontis de la Universidad
de Santiago hasta la intersección de Avenida Brasil con la Alameda.
Por ello la multigremial ha realizado un esfuerzo importante en
convocar a distintas organizaciones de la sociedad civil. Desde
estudiantes hasta ambientalistas, todos están invitados y se espera una
convocatoria “masiva e importante”.
Desde la CUT son tres las banderas de lucha que levantarán con fuerza
en el corto y mediano plazo: una reforma tributaria, que garantice el
otorgamiento por parte del Estado de derechos básicos como educación y
salud; un nuevo sistema de pensiones, solidario y tripartito y una nueva
institucionalidad laboral.
Estas reivindicaciones deberían darse “no solo para el mundo privado,
a través de un nuevo Código del Trabajo, sino que también de nuevos
instrumentos para la administración pública centralizada y
descentralizada, que finalmente también venga a superar los abusos que
están viviendo los trabajadores y que nos permita negociar
colectivamente, ejercer el derecho a huelga, que le devuelva el poder a
los sindicatos para negociar pero que también, por sobre todas las
cosas, establezca un nuevo trato hacia los trabajadores y trabajadoras
para terminar con las prácticas abusivas y sindicales que hemos vivido
tanto en el mundo público como en el sector privado en estos últimos
años”, detalló la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa.
Año de elecciones
Dos temas son claves durante este 2013: la carrera presidencial y el último año de la actual administración.
Sobre el primero, Raúl de la Puente, presidente de la Agrupación
Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), cree que hay que aprovechar la
coyuntura electoral para que los aspirantes a La Moneda se refieran a
los temas laborales “omitidos hasta el momento”.
“El país hoy día ha cambiado, lo vemos en las grandes marchas
estudiantiles, de los ambientalistas, de la diversidad sexual, en las
regiones y también los trabajadores vamos a unirnos en esto y eso tiene
que entenderlo la clase política, ya sea aquellos que aspiran a ser
candidatos presidenciales o parlamentarios. El tema del trabajo es
fundamental, sin trabajo no existe una sociedad, no existe desarrollo”,
expresó.
De la Puente indicó que la evaluación del cuarto y último 1 de mayo
para el actual gobierno es “negativa”, ya que no se avanzó en ninguno de
los puntos “más sentidos” para los trabajadores, como negociación
colectiva o el mejoramiento de las condiciones de seguridad.
A esto se suma la ausencia de capacitación laboral, la mantención del
multirut, la desigualdad en los salarios entre hombres y mujeres y los
nulos avances en materia de sindicalización.
“No existen leyes importantes tramitadas bajo este gobierno. Al
revés, hubo 11 mil despidos dentro de la administración pública a pesar
de que este Presidente manifestó por escrito y verbalmente a los
trabajadores y funcionarios que no habría desvinculaciones. Para
nosotros este gobierno de derecha, empresarial, ha sido nefasto”,
diagnosticó de la Puente.
A estas demandas deben añadirse ciertos hechos que han tensionado aún
más la relación entre trabajadores y el Gobierno, tales como el anuncio
adelantado de un reajuste al salario mínimo, que no cumple con las
expectativas de las organizaciones, la muerte del dirigente sindical
Juan Pablo Jiménez y movilizaciones en sectores específicos como la
pesca y la minería.
Consultado por estas críticas, el subsecretario del Trabajo, Bruno
Baranda, afirmó que han existido avances en leyes “con tremendo impacto
social”, como la extensión de postnatal y el subsidio para la mujer
trabajadora.
La autoridad reconoció, en todo caso, que quedan muchos temas
pendientes. “Esperamos que durante este último año realmente el Congreso
se aboque a sacar adelante proyectos que van al corazón de las
necesidades de los trabajadores, como la solución definitiva al
multirut, mejorar los estándares, las normativas que giran en torno a
seguridad y salud en el trabajo. Igualmente proyectos importantes como
bajar las jornadas de trabajo a los trabajadores de casa particular,
proyectos que dicen relación con la calidad en el empleo y cómo mejorar
las características del trabajo”, afirmó.
Demandas en regiones
Pero Santiago no es Chile y además de las actividades de las células
de la CUT, destaca la convocatoria realizada por el Movimiento Sindical
por la Seguridad Social y la Previsión a una marcha en la Plaza Santa
Cecilia de Talcahuano. La CUT de la Araucanía conmemorará la fecha con
una marcha y una cicletada previa, que se iniciará a las 9:30 hrs. en el
Estadio Germán Becker de Temuco. Y en Valparaíso, la marcha principal
se realizará en calle Cochrane, siguiendo por Esmeralda, Condell y Pedro
Montt, para culminar en el escenario ubicado en la plaza Salvador
Allende, junto al Parque Italia.
En tanto, la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), desarrollará sus
actos de conmemoración en las regiones de Coquimbo, O’Higgins y el
Biobío.
“Creemos que es importante tener un nuevo Código del Trabajo, porque
el actual está obsoleto. Hay que cambiarlo y que en ello participen los
trabajadores, los empresarios, los gobiernos, los técnicos, todos, para
un Código moderno. Creemos que hay que tener un salario mínimo decente,
hay que modificar el tema de las AFP porque no es posible que hoy día
los trabajadores salgan con fondos miserables después de haber cotizado
por 20 o 30 años, además de resolver el tema de la educación y salud
pública y de calidad”, señaló Oscar Olivos, presidente de la CAT,
evidenciando similitudes con lo exigido por la CUT.
Olivos aseguró que estas demandas, en extenso, fueron presentadas a
los candidatos presidenciales José Antonio Gómez y Marco
Enríquez-Ominami y que esperan poder entregarle el documento a todos los
aspirantes.
Una postura distinta tuvo Segundo Steilen, presidente de la Unión
Nacional de Trabajadores (UNT), quien dijo “no nos vamos a arrodillar
más ante el mundo político, sea quien sea, todas las exigencias las
vamos a conseguir movilizados”.
Esta agrupación convocó a un evento en Plaza Brasil, en Santiago, y a una concentración en la Plaza de Rancagua.
La UNT, al igual que la CAT, mantiene diferencias importantes con la
dirigencia de la CUT, no en cuanto a las demandas sino que en la forma
de lograrlas. “Tenemos visiones y estilos de hacer sindicalismo
diferentes. Ellos dicen que la única forma de cambiar las cosas en este
país es que los trabajadores lleguen al poder a través de la vía
política y para eso se casan con los partidos. ¿Ganamos algo nosotros?
Ahí tenemos una diferencia. Pero si no la llegamos a solucionar,
tendremos unidad en la acción. Ellos también quieren el bien para los
trabajadores”, explicó Steilen.
Independiente de los disensos, lo cierto es que durante este mes, las
directivas de las tres centrales se reunirían para alcanzar acuerdos
que permitan la tan ansiada “unidad del movimiento sindical”.
Esto, en directa sintonía con lo que ha ocurrido en las calles
durante los últimos años. Un proceso de maduración donde distintos
actores sociales levantan petitorios que parecen transversales.
El fin de la “transición pactada”
Educación pública, gratuita y de calidad; recuperación de los
recursos naturales, mejor salud, previsión y trabajo han sido demandas
que se han enarbolado en marchas estudiantiles, ambientales, de derechos
civiles, de inmigrantes, etc.
Esto, a juicio de Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT, es la
muestra que, independiente del actual y futuro Gobierno, de las
evaluaciones y proyecciones, la sociedad cambió y, por ende, las
agrupaciones deben estar a la altura.
“Lo que Chile vive tras el periodo de Sebastián Piñera es el cierre
de una eterna transición, una transición pactada con políticas de
consenso, con políticas restrictivas respecto de los derechos sociales y
laborales”, expresó.
“Por lo tanto, aquí más que proyectar solo respecto de un próximo
periodo presidencial, lo que corresponde es proyectar qué es lo que
esperamos para Chile en el nuevo periodo que se abre, donde los actores
sociales, el movimiento sindical, los partidos políticos y la
institucionalidad en general se ponen a prueba, a pensar en el desafío o
en el futuro de Chile en los próximos 20 o 30 años”, manifestó.
Dentro de los próximos días, tanto la CAT como la UNT definirán
futuras movilizaciones, lo propio hará la ANEF. La CUT, por su parte, ya
convocó a un Paro Nacional para el próximo 11 de julio y los
estudiantes para este 8 de mayo.