Oriana Miranda
El fin al lucro, la gratuidad de la educación y el cambio del
modelo educacional son los principales desafíos que tendrá que enfrentar
quien asuma como Ministro de Educación luego de la destitución de
Harald Beyer. Esto, en un tenso contexto político y ante el
fortalecimiento del movimiento estudiantil, que continuará movilizado
hasta concretar sus demandas.
El ministro del Interior, Andrés Chadwick, anunció que el
Gobierno dará a conocer el nombre del nuevo Ministro de Educación “en
los próximos días”. Con un tenso ambiente político y un movimiento
estudiantil empoderado, son múltiples los desafíos que el futuro
ministro tendrá que enfrentar, pese a lo breve que será su
administración.
Para el Coordinador Nacional de Educación 2020, Mario Waissbluth, son
precisamente esos factores los primeros que dificultarán la gestión del
nuevo ministro, quien “llega a asumir una crisis política, en primer
lugar, en que los ambientes están enrarecidos al máximo posible. Por lo
tanto, independientemente de las tareas, es un ministro que va a tener
que tener un extremado buen manejo y tacto político para que podamos
volver a hablar de educación. Además, hay que considerar que este
ministro va a tener una vida corta, no más allá de marzo de 2014,
cualquiera sea la coalición que entre a gobernar”.
El experto evidencia que el nuevo ministro tendrá que asumir tareas
pendientes en el terreno legislativo. Entre ellas, la ley de carrera
docente, la ley de acreditaciones y la creación de una superintendencia
de educación superior, las que están estancadas en el Congreso “no por
politiquerías, sino por graves discrepancias”.
Pero las clásicas demandas del movimiento estudiantil también tendrán
que ser escuchadas por el ministro, para no repetir los errores de
Harald Beyer que desencadenaron en su destitución. Más allá del fin al
lucro y la educación gratuita, la vocera de la ACES, Eloísa González,
apunta que “los grandes desafíos del próximo ministro son esencialmente
tener una postura determinada que trascienda el plano ideológico, porque
hasta ahora hemos visto distintos ministros que han defendido el modelo
educativo a pesar de todas las contradicciones y problemas que hemos
planteado los estudiantes. Lo que se requiere es que se asuma que aquí
existe un problema con un modelo determinado y no solamente de más o
menos fondos”.
Los estudiantes han sido claros en señalar que la salida de Beyer no
significa un triunfo para el movimiento ni una solución automática a los
problemas de la educación. “No se puede decir que ahora el Ministerio
de Educación va a hablar de fin al lucro y educación gratuita para
todos, eso lo va a continuar decidiendo el Presidente Piñera junto a los
presidentes de partidos de la Coalición”, expresa Moisés Paredes,
vocero de la CONES.
“Por eso el llamado que hacemos a los estudiantes es a continuar
movilizados, a seguir en las calles porque que la educación sea
calificada como un derecho fundamental que debe ser garantizado por el
Estado lo vamos a conseguir con la movilización, con la participación e
irrumpiendo en la agenda política de este país”, señala.
Pero ni siquiera la elección de un nuevo presidente significará
necesariamente un cambio de modelo. “No va a ser así de fácil, porque
los candidatos y los grupos políticos que van a las elecciones son los
mismos que han venido jugando con la educación y con el lucro, entonces
confianza en ese sentido no hay”, explica Fabián Araneda, vicepresidente
de la Fech.
En lo que Araneda sí confía es en que “somos un movimiento social que
está desarrollando una propuesta para el país y ese movimiento tiene
que hacerse cargo de las decisiones, no simplemente estar exigiéndole al
gobierno sino que ser capaz de levantar sus propias líneas
programáticas”.
Así, independiente del Ministro de Educación de turno, los dirigentes
estudiantiles apuntan a un cambio del modelo como la más probable
solución a los problemas de la educación y el principal reto tanto para
quien asuma como ministro como para el propio movimiento estudiantil.