Por María Cristina Prudant
Nadie esperaba el fracaso del reality show Mundos Opuestos 2 (C13),
porque hasta hace un año este género dominaba el rating y arrasó con
cuanto programa se le puso en el camino, incluido el Festival de Viña
del Mar. Pero la teleaudiencia está cansada de lo mismo, de la falta de
creatividad de los productores que no ofrecen nada nuevo y que al final
han logrado saturar al televidente. Como contrapartida, el género de las
telenovelas ha vuelto en gloria y majestad.