Con la acusación constitucional contra
el ministro Harald Beyer en la discusión pública, los estudiantes
adelantaron su agenda para incidir en el escenario electoral del 2013 y
presionar al gobierno y los candidatos a asumir postura frente al lucro y
la gratuidad en la educación. A la espera de la llegada de Bachelet,
vislumbran un escenario de marchas hasta -por lo menos- el 21 de mayo y
aspiran a presionar en la calle un pronunciamiento de los candidatos.
Fue el mismo Harald Beyer, con su intervención en la Universidad del
Mar, el que adelantó la agenda. Eso dicen los dirigentes del movimiento
estudiantil al referirse al escenario que los volvió a poner en pauta la
semana pasada tras la acusación constitucional contra el Ministro de
Educación y el posterior peloteo de opiniones al interior de la
coalición que espera a la ex directora de ONU Mujeres.
Un escenario proyectado desde fines del año pasado para incidir en el
debate electoral de 2013 y que ahora promete revivir las marchas
multitudinarias contra el lucro en la educación, justo en medio del
aterrizaje de Michelle Bachelet a la carrera presidencial.
El adelanto con la U. del Mar
Entre los estudiantes sabían que después de un 2012 sin grandes
aglomeraciones, con el debate instalado en el parlamento y solo
reactivado por la fiscalía tras las detenciones al ex presidente de la
CNA y dos dueños de universidades privadas cuestionadas, este año debían
reinstalar el tema en la discusión pública.
Siendo una de las materias obligadas a contestar por cualquier
candidato presidencial, el empujón lo trajo la actuación de Beyer a
fines del año pasado. Entre los universitarios, el análisis fue que se
comenzó a abrir una nueva veta crítica hacia el titular del Mineduc al
intentar “lavarse la boca” con su intervención en la Universidad del Mar
y el caso CNA sin hacer nada concreto y desconociendo el lucro de
manera directa, como en el informe final de retiro de personalidad
jurídica de la U. del Mar.
“A fines del año pasado el Confech empezó a amasar esta idea, después
del caso CNA, del caso Universidad del Mar, cuando empieza a generar la
idea de que no se estaba haciendo cargo. En ese momento nos dimos
cuenta del abandono de deberes. Lo comentamos y la Concertación no lo
pescó, sólo algunos diputados principalmente los que levantaron la
comisión investigadora. Pero el grueso no los pescó mucho, hasta ahora”,
cuenta un ex dirigente.
Ante eso, la crítica de los universitarios comenzó a hacer un efecto
bola de nieve al ver la improvisación con la que se trató el cierre de
la universidad, algo que se confirmó este mes con la salida de la
interventora nombrada por el Mineduc, Nury Pedrals, y la compleja
reintegración de alumnos de ese plantel a otras universidades.
“El tema de la Universidad del Mar fue lo que rebalsó el vaso. El
ministerio se desvinculó de su responsabilidad y dejó a muchos
compañeros a la deriva. El conflicto sabíamos que estaría, pero nos
parece muy inapropiado lo que ocurrió porque podría repetirse con otras
universidades privadas que están siendo investigadas. Eso nos ayudó a
adelantar las críticas con más fuerza”, cuenta un dirigente de una
univesidad de Valparaiso.
Bajo este escenario, los estudiantes se sumaron con un apoyo a la
acusación constitucional y lejos de la discusión posterior que se dio
entre parlamentarios de la misma Concertación, lograron uno de sus
primeros objetivos del 2013: tomar distancia del empate político y
desmarcarse de cualquier partido con miras al calendario de
movilizaciones.
“Esa imagen deja en muy buen pie al movimiento por la educación
porque permite resituar un problema que la clase dirigente y los medios
de comunicación estaban tratando de pasar para preocuparnos únicamente
de la fiesta electoral”, dice Francisco Figueroa, ex vicepresidente
Fech.
Las marchas y el arribo de Bachelet
Con el empujón de la acusación constitucional a Beyer, el calendario
de moviliaciones tomó un color más intenso del que tenían programado los
propios estudiantes. Con miras a la primera gran marcha, convocada para
el 11 de abril, los estudiantes aspiran a tener un escenario de
discusión política y técnica que pase por el rol que lleva adelante el
ministerio de Educación, la posición frente al lucro de los
parlamentarios en un año electoral y el aterrizaje de Michelle Bachelet.
Esta semana, incluso, ya hay una convocatoria para marchar -el jueves
28- de los universitarios privados, estafados por el crédito Corfo y la
Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces). Más allá de la
convocatoria que logren en víspera de semana santa, la marcha será un
día antes de la conmemoración del día del Joven Combatiente y podría
realizarse un día después del arribo de la ex presidenta Bachelet a
Chile.
La intención es, con una semana política agitada tras la llegada de
la futura pre candidata del bloque PS-PPD, prolongar la discusión en el
parlamento y llegar al 11 de abril con la acusación discutida o votada y
la carrera presidencial ya completamente desatada.
“Para nosotros es muy importante la acusación constitucional para que
la oposición pueda responder. Si hoy la oposición no es capaz, eso
claramente va a cimentar de mala manera lo que ocurra con los
precandidatos presidenciales, independiente de si es Bachelet o no”,
dice Mario Domínguez, dirigente de la Feuv.
De esa forma el movimiento estudiantil podría generar un reimpulso
con miras a la discusión electoral y tendría, junto con otras
organizaciones y movimientos sociales, una proyección para dos nuevas
fechas emblemáticas de movilización: el 1º y 21 de mayo, día del
trabajador y de la cuenta presidencial anual, respectivamente.
A estas movilizaciones, las Juventudes Comunistas no van a estar
excentas a pesar de las conversaciones con la Concertación por cupos
parlamentarios y la definición de un programa de gobierno, anuncian que
seguirán manifestándose en la calle.
“El debate programático debe darse acompañado de un proceso de
movilización social. Creo que los estudiantes, trabajadores y pobladores
perderíamos una gran oportunidad si es que decidimos sumarnos a un
proceso electoral y no poner el debate en la calle”, dice la secretaria
de las Juventudes Comunistas, Karol Cariola.
A la espera de su pronunciamiento y de la pelea desatada entre la
Concertación y la derecha, con anuncios de sacar “trapitos al sol” a la
ex presidenta, el análisis de los estudiantes es que el movimiento
estudiantil partió bien el año.
Junto a las peleas internas de la presentación de la acusación
constitucional contra Harald Beyer, la situación mostró lo que ellos
querían: que le estallara en la cara a todos. “Si te fijas, la acusación
genera más miedo en la Concertación que en ellos, los Velasco, los
Bitar, y ese es un escenario que dice las cosas como son, nada más”,
dice Figueroa.