Dela Barría, periodista y asesora de prensa y comunicaciones aquejada por un cáncer de mama fue testigo de diversas anomalías en el hogar de acogida para mujeres con cáncer de Las Damas de Verde y denunció estos hechos a Cambio21.
La asesora de prensa y
periodista del senador Camilo Escalona, Dela Barría, a quien le
diagnosticaron un cáncer de mama en mayo del año pasado, por lo que fue
derivada al Hospital de Valdivia para comenzar la radioterapia, denunció
a Cambio21 irregularidades en los hogares de acogida para los enfermos aquejados con este mal.
Barría está adscrita al Plan Auge, por lo tanto, entre muchos otros beneficios, tuvo acceso a traslado y hospedaje gratuito. Fue así como la periodista llegó al hogar femenino de Las Damas de Verde de Valdivia, donde fue acogida por dos señoras, -a las que describió como "trabajadoras y esforzadas"- y una administradora.
Pese a esto, Barría constató varias irregularidades durante su estadía, como lo que sucedió en una ocasión, cuando el hogar recibió cajas llenas de frutas descompuestas, -probablemente provenientes de alguna donación- de las cuales se seleccionaron las menos podridas y se hizo una mermelada.
La periodista reconoció que es un práctica común entre los chilenos donar cosas que no les sirven o productos a punto de vencer y destacó que en este caso eran "duraznos en proceso de pudrición, para pacientes con cáncer" y agregó "con las disculpas que corresponden, incluso para los animales se compran productos cuidando la fecha de vencimiento, por lo que cuestiono profundamente que la administradora de esta casa reciba una donación de esta especie y más encima las use en personas enfermas".
Además de esto, Barría denunció que "estas casas reciben dineros del Estado y el Plan Auge es un derecho de todos los chilenos con enfermedades especificadas en la ley. Están equivocados quienes piensan que es un beneficio para los más pobres. Nadie, rico o pobre, está libre de sufrir una enfermedad catastrófica como el cáncer y nadie tiene derecho a realizar una acción indigna en contra de quienes estamos afectados".
Pese a esto, la periodista aseguró que esta institución sin fines de lucro "merece todo mi respeto", pero "están ocurriendo hechos a lo menos cuestionables".
Otra de las irregularidades de las que Barría fue testigo es lo ocurrido en el albergue de hombres, el que "cuenta con baños nauseabundos y quienes se atreven a reclamar son descalificados. El personal no tiene un contacto cercano con los pacientes y realizan un trabajo superior a sus fuerzas".
También añadió: "Pude ver a una compañera de aflicción que sufre cáncer en la columna que permaneció varios días en la casa recibiendo tratamiento con morfina. Los demás vimos, con impotencia, como ella sufría y nada podíamos hacer, por fortuna la doctora tratante llegó de sus vacaciones y decidió hospitalizarla".
Además de esto, Barría relató que "los pacientes deben hacer sus camas; el desayuno se sirve a las 8 de la mañana y en el segundo piso hay un solo baño para doce personas que deben ducharse, por lo que el peregrinar y la guardia para el uso del sanitario comienza a las 6.30 horas. Está prohibido que los pacientes laven ropa, debido a que se gasta mucho en agua, sin embargo el fitting malo del baño, en el que el agua corre día y noche, no es reemplazado y su costo no supera los cinco mil pesos".
La periodista explicó que este tipo de denuncias y reclamos se repiten en otras casas de acogida de pacientes oncológicos y aseguró que "estas situaciones ameritan una investigación y a lo menos una revisión fiscalizadora de parte del Ministerio de Salud. No es menor que el Estado esté pagando por cada albergado y estos consuman alimentos donados y en descomposición. En mi modesta opinión, en algo tan importante como la alimentación de pacientes tan vulnerables, debería haber intervención de nutricionistas".
Ese maldito pesar
Barría expresó "los pacientes de cáncer estamos expuestos a depresión, no es una enfermedad fácil de llevar y a quienes trabajamos el Compín nos cuestiona las licencias médicas, como si pudiera haber colusión o diagnósticos falsos en el caso de los cancerosos". Es por esto que estas irregularidades en los hogares de acogida para las personas con cáncer agravarían aún más una situación que de por sí es dolorosa.
Además de esto, la periodista señaló que pese a que "el Plan Auge es una bendición" y a que "doctores, tecnólogos médicos, radioterapistas, quimioterapistas y todos los profesionales de la salud hacen un trabajo extraordinario", esto "se ve entorpecido por la acción de algunos".
Finalmente, Barría aseguró que hace esta dencia "sólo para informar situaciones anómalas, sino para que ellas sean reparadas y para que los miles de pacientes oncológicos del país reciban una atención digna. Todos los chilenos pagamos nuestras cotizaciones e impuestos para que el Plan Auge funcione" y sentenció que " existe el mal concepto de que el paciente recibe este beneficio como una limosna o una dádiva, y no es así [...]Considero que mi deber como periodista y como enferma de cáncer es dar a conocer los hechos".
Barría está adscrita al Plan Auge, por lo tanto, entre muchos otros beneficios, tuvo acceso a traslado y hospedaje gratuito. Fue así como la periodista llegó al hogar femenino de Las Damas de Verde de Valdivia, donde fue acogida por dos señoras, -a las que describió como "trabajadoras y esforzadas"- y una administradora.
Pese a esto, Barría constató varias irregularidades durante su estadía, como lo que sucedió en una ocasión, cuando el hogar recibió cajas llenas de frutas descompuestas, -probablemente provenientes de alguna donación- de las cuales se seleccionaron las menos podridas y se hizo una mermelada.
La periodista reconoció que es un práctica común entre los chilenos donar cosas que no les sirven o productos a punto de vencer y destacó que en este caso eran "duraznos en proceso de pudrición, para pacientes con cáncer" y agregó "con las disculpas que corresponden, incluso para los animales se compran productos cuidando la fecha de vencimiento, por lo que cuestiono profundamente que la administradora de esta casa reciba una donación de esta especie y más encima las use en personas enfermas".
Además de esto, Barría denunció que "estas casas reciben dineros del Estado y el Plan Auge es un derecho de todos los chilenos con enfermedades especificadas en la ley. Están equivocados quienes piensan que es un beneficio para los más pobres. Nadie, rico o pobre, está libre de sufrir una enfermedad catastrófica como el cáncer y nadie tiene derecho a realizar una acción indigna en contra de quienes estamos afectados".
Pese a esto, la periodista aseguró que esta institución sin fines de lucro "merece todo mi respeto", pero "están ocurriendo hechos a lo menos cuestionables".
Otra de las irregularidades de las que Barría fue testigo es lo ocurrido en el albergue de hombres, el que "cuenta con baños nauseabundos y quienes se atreven a reclamar son descalificados. El personal no tiene un contacto cercano con los pacientes y realizan un trabajo superior a sus fuerzas".
También añadió: "Pude ver a una compañera de aflicción que sufre cáncer en la columna que permaneció varios días en la casa recibiendo tratamiento con morfina. Los demás vimos, con impotencia, como ella sufría y nada podíamos hacer, por fortuna la doctora tratante llegó de sus vacaciones y decidió hospitalizarla".
Además de esto, Barría relató que "los pacientes deben hacer sus camas; el desayuno se sirve a las 8 de la mañana y en el segundo piso hay un solo baño para doce personas que deben ducharse, por lo que el peregrinar y la guardia para el uso del sanitario comienza a las 6.30 horas. Está prohibido que los pacientes laven ropa, debido a que se gasta mucho en agua, sin embargo el fitting malo del baño, en el que el agua corre día y noche, no es reemplazado y su costo no supera los cinco mil pesos".
La periodista explicó que este tipo de denuncias y reclamos se repiten en otras casas de acogida de pacientes oncológicos y aseguró que "estas situaciones ameritan una investigación y a lo menos una revisión fiscalizadora de parte del Ministerio de Salud. No es menor que el Estado esté pagando por cada albergado y estos consuman alimentos donados y en descomposición. En mi modesta opinión, en algo tan importante como la alimentación de pacientes tan vulnerables, debería haber intervención de nutricionistas".
Ese maldito pesar
Barría expresó "los pacientes de cáncer estamos expuestos a depresión, no es una enfermedad fácil de llevar y a quienes trabajamos el Compín nos cuestiona las licencias médicas, como si pudiera haber colusión o diagnósticos falsos en el caso de los cancerosos". Es por esto que estas irregularidades en los hogares de acogida para las personas con cáncer agravarían aún más una situación que de por sí es dolorosa.
Además de esto, la periodista señaló que pese a que "el Plan Auge es una bendición" y a que "doctores, tecnólogos médicos, radioterapistas, quimioterapistas y todos los profesionales de la salud hacen un trabajo extraordinario", esto "se ve entorpecido por la acción de algunos".
Finalmente, Barría aseguró que hace esta dencia "sólo para informar situaciones anómalas, sino para que ellas sean reparadas y para que los miles de pacientes oncológicos del país reciban una atención digna. Todos los chilenos pagamos nuestras cotizaciones e impuestos para que el Plan Auge funcione" y sentenció que " existe el mal concepto de que el paciente recibe este beneficio como una limosna o una dádiva, y no es así [...]Considero que mi deber como periodista y como enferma de cáncer es dar a conocer los hechos".
