Según datos del Mineduc, dos mil profesores ejercen en calidad de reemplazantes y 24 mil en la modalidad ?a contrata? (36%).
por Ruby Gamboa Navarro - 23/02/2013 - 09:13
El
último día de trabajo de Yan Marta Carrasco como directora de la
Escuela El Palomar fue el 15 de enero. Un cargo que no sabe si seguirá
ejerciendo, porque hace dos años asume como subrogante. “Nadie me ha
avisado si seguiré o no”, dice.
Ser
subrogante en estado permanente es complicado: “No puedo planificar
metas a largo plazo”, dice. La situación se agrava aún más, pues el
colegio, ubicado en Copiapó, tiene 42 profesores y, de ellos, 11 son
reemplazantes. Es decir, más de un cuarto de su planta está formado por
docentes que sustituyen a los titulares con licencia médica, algunos
incluso por el año completo.
Una
realidad que se replica en todo el país. De 4.406 establecimientos
municipales, según datos proporcionados por el Ministerio de Educación
vía Ley de Transparencia, 1.130 tienen en sus aulas a profesores de
reemplazo (26%), los que suman más de 2.040.
No
es todo: 108 recintos educacionales tienen sobre el 20% de su planta en
esta modalidad. Algunos casos críticos son la Escuela Básica Fundo
Chanco de Concepción (33%), la Escuela Radimadi de La Unión (27%), la
Escuela Andrés Alcázar de Laja (22%) y la Escuela El Palomar de Copiapó
(26%). Es más, en seis escuelas unidocentes (generalmente rurales), el
único profesor trabaja bajo la modalidad de reemplazo.
La
sustitución no puede superar los seis meses; de ser así, se debe
contratar al profesional por un año y cancelarle enero y febrero.
“Muchos sostenedores hacen artimañas para eximirse del pago de
vacaciones. Dejan un espacio de cuatro días entre cada contrato y le
hacen el otro, así se quedan con la plata de vacaciones”, acusa el
presidente del gremio, Jaime Gajardo.
¿El
problema? Según Francisco Claro, docente de la Facultad de Educación UC
y miembro del directorio de Elige Educar, bajo esta modalidad no se
logra un buen aprendizaje. “Los profesores reemplazantes suelen hacer
pocas horas y no logran afianzar la relación entre profesor y alumno. Un
profesional debiera estar mínimo un año con un curso”.
Bien
lo sabe la directora de la Escuela El Palomar, quien ha visto el
desempeño en Simce, especialmente entre los cursos menores. “Es porque
no hay seguimiento académico en la primera etapa escolar”, dice.
Un
problema similar puede darse cuando se trata de los profesores “a
contrata”, los que están de marzo a diciembre, y no saben si volverán el
siguiente año. Situación que afecta a 24.296 docentes, el 36% de los
profesores que hoy ejercen en los establecimientos públicos.
Razones
El
excesivo uso de licencias médicas es evidente y un fenómeno en alza en
el sistema educacional chileno. “Nosotros tenemos muchas ausencias
durante el año. Es más, una de las profesoras ya suma dos años con
licencia”, comenta Marta Carrasco.
Según
Claro, sin embargo, que más de un 20% de los profesores de un colegio
sea reemplazante no parece justificable: “Me parece un problema y habla,
tal vez, de un abuso más que de un uso de licencias médicas”.
La
baja matrícula también genera la contratación de suplentes. Es el caso
de la Escuela Básica Fundo Chanco, en Concepción, donde seis de sus 18
profesores son reemplazantes. “No se llama a concurso para contratar por
la alta variación de matrícula. Si un profesor pasa a ser titular y
luego no hay alumnos, ¿cómo lo financiamos?”, explica el jefe del
Departamento de Educación, Jorge Riffo.