Patricia Muñoz Garcìa

Patricia Muñoz Garcìa
Departamento Nacional Profesores Jubilados DEPROJ

lunes, 25 de febrero de 2013

Matrícula en internados de Región Metropolitana baja un 41% en cinco años


Según la seremi metropolitana, en 2007 había 1.890 alumnos en este tipo de establecimientos, mientras que en 2012 se registran 1.102.

“Ilustrar al pueblo y enriquecerlo”, fue la idea que guió al Presidente José Manuel Balmaceda al momento de crear el Internado Nacional Barros Arana (Inba). Era fines del siglo XIX, y el número de alumnos del Instituto Nacional crecía rápidamente, por lo que se decidió hacer esta nueva escuela, la cual acogería a los niños de las familias que estaban asentadas, de manera dispersa, en el valle central.
A través de los años, por este colegio han pasado presidentes, científicos e incluso el antipoeta Nicanor Parra. Los resultados del liceo emblemático en las pruebas Simce y PSU están sobre el promedio nacional, pero, al igual que en los otros 18 internados de la Región Metropolitana, el número de alumnos internos ha disminuido considerablemente en los últimos años.
Según datos de la seremi de Educación Metropolitana, en 2012 la matrícula promedio anual del Inba fue de 131 internos (aparte de los cerca de 1.400 estudiantes que acuden al liceo), mientras que en 2011 los residentes eran 162 y en 2007, 271 alumnos. Esta caída “responde a la baja de matrícula que se ha registrado en la educación pública en general en los últimos años”, señalan en el Departamento de Educación de Santiago.
A nivel regional, la matrícula de los internados pasó de 1.890 alumnos en 2007 a 1.102 en 2012, confirmando una baja de 41,6%. Alan Wilkins, seremi de Educación, señala que entre las razones de disminución de más de 700 alumnos en los últimos cinco años está el aumento de colegios con buen rendimiento en las regiones. A eso se suman los liceos Bicentenarios: “Hoy encuentras un liceo de excelencia en Purén, en Calama, en Aysén. Entonces, aparte de un tema demográfico, las regiones se han ido diversificando y están entregando ofertas más atractivas”, dice.
Otro elemento que influye, según Wilkins, es la entrega de Becas de Residencia por parte de la Junaeb. Este beneficio es para las familias que reciben a jóvenes en sus casas durante el año escolar. “Para las familias puede ser más seguro que el niño se vaya a la casa de una familia a que esté solo en el internado”.
Para evitar situaciones complejas para los alumnos, en el Inba existe un “plan de convivencia”, según el Departamento de Educación, el que busca “prevenir situaciones de agresión entre los estudiantes y donde se busca promover las actitudes que fortalecen una sana convivencia”.
La situación es similar en el internado de niñas Carmela Silva, de Ñuñoa, que existe desde 1913. Su directora, Verónica Cisternas, cuenta que “tenemos tutoras en las noches que se preocupan de las niñas, tenemos un trabajo exhaustivo con la orientadora, vemos los casos de bullying y tenemos protocolos de acción”.
En un principio, el colegio llegó a tener cerca de 800 niñas, según la directora, mientras que ahora la matrícula es cercana a las 100 internas, según datos de la seremi. Las jóvenes que llegan al liceo son “niñas que tienen un proyecto de vida, metas bien definidas y quieren educación de calidad”. Añade: “A veces hay familias detrás, a veces hay un tío, un hermano, pero principalmente son ellas”.

La experiencia agrícola
La rutina de los residentes del Complejo Agrícola de Talagante comienza a las 6 am, cuando deben levantarse para ir a las duchas, y luego hacer su cama. Los jóvenes, de 15 a 18 años, tienen clases hasta las 17.00, luego talleres, y ya a las 22.00 los inspectores de dormitorios apagan la luz.
Jesús Barahona (18) es de El Monte y desde hace cuatro años que estudia en el internado de Talagante. “Aquí se pasa toda la semana, la gente pasa a ser tu familia, son parte de todo”. Y añade que después, “es raro llegar a tu casa, falta algo, pero es bueno estar internado, por el ritmo de estudios que se genera”.
María José Valenzuela (15) agrega que “uno no le cae bien a todo el mundo, pero aquí la convivencia es buena; encuentro que no hay mala onda, porque (...) uno pasa más tiempo acá que en sus propias casas”.
La directora del establecimiento, Cecilia Rodríguez, sostiene que “lo fundamental para nosotros es tener una escuela acogedora, donde participen todos en todas las actividades, queremos desarrollar talento”. Y añade que los internados, de manera general, “son de vital importancia” para muchas familias.
Alan Wilkins sostiene que “los internados están dentro de las estrategias para dar más oportunidades a las familias y a los estudiantes”.