Publicado: 21.09.2012
Sobre
el terreno donde antes estaba el Liceo Alemán del Verbo Divino, en
Recoleta, la Universidad San Sebastián construyó su casa central, un
centro de extensión y tres torres residenciales de 19 pisos cada una. Un
proceso que no estuvo exento de vicios. En esta columna, además de
revelar el oficio que presentó ante la Contraloría, Patricio Herman
explica cómo el municipio permitió la construcción de esos enormes
edificios en una zona con restricciones de altura que lo impedían y cómo
la inmobiliaria vinculada a la universidad sorteó la edificación de su
equipamiento educacional sin pasar por el Sistema de Evaluación de
Impacto Ambiental.
En la manzana
delimitada por las calles Bellavista, Ernesto Pinto Lagarrigue,
Dardignac y Pío Nono, comuna de Recoleta, la Universidad San Sebastián
construyó por medio de una de sus empresas inmobiliarias relacionadas su
casa central, un centro de extensión y tres elevadas torres
residenciales de 19 pisos cada una.
A solicitud de terceros interesados en conocer el desarrollo de los
hechos, nos llenamos de datos y documentos obtenidos inicialmente por
periodistas de un canal de televisión que averiguaban cómo y por qué se
demolió el Liceo Alemán de la Congregación del Verbo Divino, el
tradicional establecimiento educacional que ocupaba esa manzana y que
ahora se mudó al emergente sector de Chicureo, en Colina.
De acuerdo a la normativa de zonificación del Plan Regulador Comunal
(PRC) de Recoleta, esa manzana de una hectárea y media tiene diferentes
condiciones de edificación. Una de ellas es la que rige la franja que
limita al sur con avenida Bellavista, denominada zona E-A1, donde se
permite la edificación en altura. Por otro lado, la franja que enfrenta
la calle Dardignac por el norte se llama zona E-M3, donde se admiten
solo alturas de hasta 20 metros, es decir, de aproximadamente ocho
pisos.
Para burlar la norma de la altura limitada fijada para la zona E-M3,
antes del inicio de la tramitación del permiso de edificación, la
Municipalidad de Recoleta había introducido un rebuscado cambio en su
PRC que estaba vigente desde enero de 2005. Con ello se pretendía
eliminar para el proyecto específico la restricción de altura, asunto
que con posterioridad fue objetado legalmente por la propia
Sub-Secretaría de Vivienda y Urbanismo. Con ese ardid administrativo,
detectado extemporáneamente por el ministerio aludido, se asemejaba la
zona E-M3 a la zona E-A1 y así se “autorizaron” y construyeron las
torres de 19 pisos.
En la época en que Gonzalo Cornejo ejercía como alcalde de Recoleta,
la Dirección de Obras Municipales le otorgó un permiso a los dueños de
esa universidad para construir los equipamientos educacionales y las
tres torres residenciales que se alzaron en el sector que permite sólo
una altura de 20 metros. Por la gran carga de ocupación del proyecto
global, era necesario someterlo a un riguroso Estudio de Impacto
Ambiental (EIA), que contempla un proceso de participación ciudadana.
Pero eso no ocurrió. En cambio, para simplificar las cosas, la empresa
titular del negocio optó por someter sólo las tres torres habitacionales
a una abreviada Declaración de Impacto Ambiental (DIA), la que
rápidamente fue aprobada por la ex Corema.
Ni la casa central ni el centro de extensión de la Universidad San
Sebastián fueron evaluados ambientalmente. Es más, esa pomposa
institucionalidad no se atrevió a sancionar al privado que
conscientemente infringió la ley.
Este caso fue denunciado por organizaciones ciudadanas de Recoleta y
por nuestra fundación ante las propias autoridades municipales
competentes: la Dirección de Obras –cuyo arquitecto titular, por fuerza
mayor, ha sido reemplazado por una colega suplente–, la Seremi de
Vivienda y Urbanismo, la Contraloría General de la República, el Consejo
de Defensa del Estado, la ex CONAMA y ex Corema, el ex intendente
metropolitano y la alcaldesa Sol Letelier, quien recibió el “pastel” de
su antecesor.
Como ninguna autoridad hasta ahora ha hecho valer la ley porque
posiblemente el caso se considera “de alto riesgo”, el jueves 20 de
septiembre pasado, el autor de este artículo ingresó en la Contraloría
General de la República, dirigido al titular de este órgano de
fiscalización, el documento que también suscribieron Juan Pastén,
concejal de Recoleta, y Gerardo Lanzarotti, presidente de la Junta de
Vecinos Nº 35 de esa comuna y que por obligatoria transparencia, damos a
conocer públicamente en CIPER.
El documento de marras dice:
En nuestro ingreso Nº 112602 del 11/12/09 informamos a Ud. que la
Dirección de Obras de Recoleta y digámoslo con claridad, con el apoyo de
la propia Municipalidad de Recoleta, con tal de favorecer un negocio
inmobiliario del particular “Desarrollo Inmobiliario Bellavista S.A.
consistente en la construcción de 3 torres habitaciones de 19 pisos cada
una, interpretando “equivocadamente” el marco regulatorio local había
otorgado un permiso de edificación vulnerando el artículo 2.1.21 de la OGUC,
asunto que, con bastante acopio documental, habíamos denunciado el
17/12/09 al Seremi de Vivienda y Urbanismo, antecedentes que también
entregamos en su oportunidad a su órgano fiscalizador.
El proyecto consiste en la edificación de la casa central de la
Universidad San Sebastián, su centro de extensión y 3 torres
habitacionales.
La casa central y el centro de extensión de esa universidad privada
se localizan en la zona E-A1 del PRC de Recoleta que permite sus
alturas, pero a esta fecha estas dos impactantes construcciones nunca ingresaron al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA),
lo que significa una violación al artículo 8º de la Ley Nº 19.300 que
impide el inicio de obras de proyectos que se deben someter al SEIA.
Esta situación ha sido reconocida por la respectiva institucionalidad
ambiental en informe del 20/01/11 del Gobierno Regional Metropolitano,
firmado por el Intendente Metropolitano, en respuesta a nuestra objeción
y en ORD. Nº 400 del 22/02/11 firmado por el Director (S) del Servicio
de Evaluación Ambiental y por su propio servicio contralor.
En cambio, esas 3 torres habitaciones de 19 pisos c/u se emplazan en
la zona E-M3 del PRC de Recoleta que permite una altura máxima de 20 m.
es decir, 8 pisos, razón por la cual la Contraloría General de la
República (CGR) le pidió en Oficio 72032 del 29/12/09 al Ministerio de
Vivienda y Urbanismo un informe fundado respecto de nuestra presentación
del 11/12/09.
La Subsecretaria de Vivienda y Urbanismo, en su ORD. 18 del 11/01/10,
responde categóricamente a la CGR en orden a que nuestra posición es la
correcta respecto de la supremacía del artículo 2.1. 21. de la OGUC
sobre las normas de los PRC, acorde a lo dispuesto en el artículo 2.1.1.
de la OGUC. Es decir, el ministerio que tiene a su cargo la aplicación
de la Ley y Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones, como
también la supervigilancia de los distintos planes reguladores hace
32 meses ya se pronunció sobre la ilegalidad cometida en esa
municipalidad en el caso puntual de las 3 torres de 19 pisos c/u.
Es más, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) en su ORD. Nº 2629 del
02/05/11 le expresa a la Seremi de Vivienda y Urbanismo que las 3 aludidas torres se edifican con infracción a la normativa urbanística
y la funcionaria sectorial, en su ORD. Nº 2268 del 23/05/11,
respondiendo la interpelación del suscrito del 09/05/11, se limita a
aseverar que le solicitó un pronunciamiento al Director de Obras
Municipales por “las posibles irregularidades de este proyecto” (sic),
sin que se conozca la correspondiente respuesta.
Por otro lado, una empresa relacionada con la Universidad San
Sebastián obtiene lucro con la explotación de un estacionamiento
subterráneo cuyo acceso se construyó en la calle Pío Nono a través de un
simple permiso precario.
Señor Contralor, en su informe Nº 6607 del 02/02/11 usted nos decía
que en relación a nuestra “solicitud de remisión de antecedentes al
Ministerio Público, cabe consignar que este Ente Contralor ponderará esa
posibilidad, según el mérito del proceso disciplinario que se encuentra
sustanciando en la Dirección de Obras Municipales de Recoleta, una vez
que dicho procedimiento se encuentre afinado”.
A esta fecha, diecinueve (19) meses después de este informe,
desconocemos el resultado del sumario y del proceso disciplinario,
aunque estamos en conocimiento que el titular de la Dirección de Obras
de Recoleta y otros funcionarios municipales se encuentran imputados por
otras razones en el Ministerio Público, exactamente en la Fiscalía en
Delitos de Alta Complejidad.
Hasta ahora constatamos que ninguna institución de la Administración
del Estado, por motivos incomprensibles en un Estado Democrático de
Derecho como el nuestro, haya adoptado la decisión de paralizar y
enseguida demoler, conforme a lo ordenado en los artículos 148º y 157º
de la LGUC, las obras de esas construcciones. Ante esta evidente falta
de servicio, lo que en nuestra opinión es una clara señal de impunidad
para el sector privado, el titular de la empresa “Desarrollo
Inmobiliario Bellavista S.A.” ya está ofreciendo en el mercado de la
vivienda los cientos de pequeños departamentos que conforman esas 3
torres.
En conocimiento que su órgano contralor, a través de su persona, ha
suscrito en París, Francia, un convenio con la OCDE para mejorar sus
procesos de gestión y fiscalización, estamos seguros que su próxima
resolución para este caso, dirigida al suscrito, a la alcaldesa de
Recoleta, al ministro de Vivienda y Urbanismo y a las dos (2) personas
que firman apoyando esta nota, debería ser ejemplificadora con el
propósito de que en el futuro todos los actores del mercado inmobiliario
operen en igualdad de condiciones, es decir, sin tratos de privilegio y
sobre todo respetando las leyes vigentes. Solo así se evitará el
enriquecimiento ilícito de algunos temerarios que confían en sus
“contactos” municipales para actuar de manera tan impúdica.